Capítulo 2

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-Jajaja, que estupida. No pensaba que sería tan fácil. - Dice Mike divertido.

-¿No sabías que no se ha de tratar así a una señorita? Y más esta exactamente.

-¡Tú! Ya estabas tardando mucho en aparecer. Jajaja, tranquilo la trataré bien. - La coje del cuello y se la acerca a la cara. - És bastante bonita ¿No crees? Y ahora aún más que ha echo el cambio. Será un buen regalo para mi señor. - Sonríe y deja al descubierto una hilera de dientes puntiagudos como una sierra.

-¿No te han dicho nunca que no se deben tocar las cosas de los demás?- Le aparta la mano del cuello de ella bruscamente. La coje en brazos y empieza a irse.

-¡Auch! ¿Desde cuando un principito como tú esta tan interesado en alguien? Sabes que podrias encontrar a miles como ella en el lugar de donde viniste y tendrías menos problemas. Así que devuélveme la si no quieres que esa bonita cara tuya se estropee. - De pronto deja revelar su verdadera forma. Un ser desgarbado, de piel rugosa y áspera de un color marron oscuro, con grandes garras y sin pelo.

La deja en el suelo con cuidado apoyada en un arbol.
-Creo que el que no entiende eres tú. No me gusta compartir y esta precisamente es mía. Para empezar, te recomiendo que si no quieres que acabe contigo dejes de molestarme. Me estoy hartando de ti. Y yo que pensaba que iba a ser un día tranquilo. - Dice algo molesto.

-El principito saca los dientes esto sera divertido. Aparte no tengo ninguna intención de dejar que te la lleves, no me gusta que mi trabajo no sirva de nada y incluso estaba empezando a cogerle cariño, es una lástima que cuando acabe contigo me tenga que separar de ella tan rápido. Aunque si acabo contigo rápido incluso me puede dar tiempo de divertirme con ella un rato. - Sonrie de forma maliciosa mientras lo dice.

- Eres realmente desagradable.- Dice asqueado.

De pronto desenfunda su espada y se lanza a gran velocidad contra Mike. El cual consigue reaccionar tarde perdiendo su brazo izquierdo pero evitando que le corte la cabeza.

-¡Me rindo, me rindo tu ganas! - Dice Mike asustado.

-Lo siento, pero nadie toca lo que es mio y sale impune.

En eso que de un rápido movimiento de espada le corta la cabeza. El cuerpo en pocos instantes se vuelve cenizas y desaparece con una brisa de aire.

El angel de la luna roja Donde viven las historias. Descúbrelo ahora