El angel de la luna roja

Capítulo 3

¿Que ha pasado? Lo último que recuerdo es beber de esa copa....
¿Que me habia dado a beber?
¡Un momento! ¡Estoy en brazos de alguien!
Me muevo en un intento de que me suelten.

-Calma preciosa necesitas descansar, esa droga suele ser bastante potente y dudo que puedas caminar por ti misma. - Dice el desconocido que me tiene en brazos.

-La verdad es que me gustaría un poco de espacio personal y enteder que ha pasado asi que... Si no te importa soltarme en el suelo te lo agradecería. - Estaba empezando a mosquearme no me gustaba el rumbo que estaba tomando esto.

-Tus deseos son ordenes. -Le oigo decir en tono burlon mientras me deja suavemente en el suelo.
Intento incorporarme pero mis piernas no responden, ¡Que rabia! Odio esto...

En ese momento me fijo en el...
La verdad es que es realmente guapo y debe tener mi edad, aunque no parece que sea de por aqui por sus pintas.
Lleva una ropa que parece mas un disfraz que algo que usaría alguien dia a dia, su pelo es largo y plateado y sus ojos son de un tono rojizo amarronado.
No habia visto nunca a nadie como el, aun asi no pude evitar confiar en el.

-¿Me podrias ayudar a levantarme? No puedo sola. - Digo mirando al suelo avergonzada.

-Claro preciosa, coje mi mano. - En ese momento sonríe y me tiende la mano.
Me agarro a el y intento levantarme. En ese momento mis piernas fallan y acabo en sus brazos. Que calido me gustaria quedarme asi un rato pero muerta de vergüenza me intento separar de él, pero él no me suelta y sigue abrazandome.

Justo en el momento que voy a hablar me interrumpe.
-No digas nada, ya lo entenderás todo con el tiempo, lo primero es lo primero. Asegurarnos que estas bien. Tu cuerpo va ha estar entumecido por unos dias, lo mejor sera que descanses si no quieres acabar adolorida por culpa de lo que tomaste. - Dice dulcemente cerca de mi oreja.

Intento volver a hablar.
-Shhh... Te lo acabo de decir no digas nada te llevaré a casa y ya podras preguntarme lo que quieras cuando estes completamente bien.

Una especie de grito suena cerca nuestra, su cuerpo se tensa y en eso que me coje en brazos otra vez sin pedirme permiso alguno y sale corriendo de allí.
-Mierda.... Se han dado mas prisa de lo esperado, debo llevarla lejos antes de que se den cuenta... - Le oigo decir apenas entre susurros.

En su carrera lejos de ahi mi mente se nubla y al poco tiempo me doy cuenta que estamos ya en la ciudad. Lo veo mirar constantemente hacia atras hasta que su cuerpo al fin se relaja. Que fuerte esta... No, no, estupida céntrate, no es el mejor momento para esto ahora. Me deja en el suelo y me apoyo en una pared de espaldas para no caerme. Le veo sacar un movil y llamar a alguien. Recién cuelga aparece un taxi que se para delante nuestra.
Me señala que suba pero me doy cuenta que he perdido mi bola mi cartera y todo lo que llevaba.
-No tengo dinero lo he perdido todo antes- Digo para persuadirle.
Aunque resulta inútil porque no se mueve en lo más mínimo.
-Sube tranquila, dejame todo eso a mi cargo. - Dice para calmarme.
Entro en el taxi, se siente realmente cálido y agradable. Y caigo remdida por el esfuerzo del día.