5; No lo hagas.

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El ambiente estaba tenso, nadie decía nada, hasta que Ciel bajó su mano, la cual estaba cerca de a cara de la joven de cabellos rubios. Sebastian hizo caso omiso a lo que acababa de pasar, sonriendo con arrogancia, pues le había probado a aquella joven que su presencia tenía más efecto que la de ella.

—Y-yo me quiero ir.–Dijo la joven, había leído perfectamente él ambiente y solamente le quedó claro algo; Ciel no la queria de la misma manera en que ella lo hacia. Luego de eso, salió de ahí corriendo sin ser detenida por su prometido, y tal vez, eso fue lo qué más le dolió, saber que tendría que aceptarlo, aceptar que era una molestia y nada más en la vida de su muy querido Ciel. Minutos más tardes, ella y Paula se fueron sin dar explicaciones, aunque había quedado todo muy claro.

Por otro lado, Ciel estaba avergonzado por aquella situación, ya qué cuando Elizabeth salió de la habitación lo empujó con intenciones de qué cayera, sin embargo su leal mayordomo lo había sujetado justo a tiempo, causando que sus rostros quedasen juntos, más de lo qué él estaba acostumbrado, aunque no se le veía con intenciones de querer soltar a su mayordomo.

Miró a los labios de Sebastian, lo estaban tentando. Miró a sus ojos y vio una chispa, él también estaba de la misma manera. Sus labios. Lo miró nuevamente, lo pensó, después de todo no tenía nada que perder. Lo estaban tentando. Se acercó a la cara del mayor, aún más que antes, pero Sebastian cerro los ojos y le dijo lo qué él consideraba como mejor.

—No lo haga.– Susurró, dejando a Ciel avergonzado. —No lo haga si usted no esta seguro.–Ciel lo vio, estaba jugando con él, lo había tentado y no se iba a quedar con las ganas.

Lo besó.

Lo había esperado en secreto durante mucho tiempo, y aunque solo fue una presión sobre aquellos labios del demonio que poseía su mayordomo, le basto para dejar claro todo.

Lo comprendió. Comprendió porque no quería estar con Elizabeth, él porqué no quería besarle, tocarla, o tener algo con ella. Porque realmente no la quería de esa manera. Quería hacer esas cosas, pero no con ella, no quería porque todo ese tiempo, quiso hacerlo con otra persona.

Alguien que lo quisiera no de manera obsesiva, ni como lo hacia su prometida. Y se preguntó para si mismo si Sebastian sería esa persona, se preguntó si no se estaba equivocando, aunque después de todo su alma ya le pertenecía a Sebastian, así que ¿Por qué no intentarlo?

Sebastian por otro lado, supo que entre todos los besos que había dado, ese había sido uno de los mejores. Tal vez no duró tanto como otros, y tal vez no fue tan "caliente". Pero lo supo porque había sido tierno, delicado. De esos que te dejan con ganas de más, pero por él momento eso le bastaba.

Le bastaba a ambos con eso, porque eso los había unido y querían pensar, sólo por un momento que por más débiles que fueran separados, juntos rechazaban cualquier tentación que se interpusiera en su camino.

Aunque eso no fuera lo correcto para otros. Aunque les trajera problemas, no importaba más qué eso, más que estar juntos.

Demon » Kuroshitsuji yaoi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora