Capitulo 5

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No te busqué, sabía que necesitabas tu espacio, pero no te miento, cada día en la incertidumbre de tu ausencia fue la cosa más agonizante por la que haya pasado en la vida.

Por eso, cuando el verano se fue, y el otoño arribó, comencé a deambular con las calles, tratando de hablar con el atardecer, como tu lo hacías, le hablé de ti, y me escuchó, pues te vi pasar por la acera de enfrente, en tu bicicleta, ajena a todos los suspiros que robabas al pasar.

Cuando me viste , te pusiste más blanca que un muerto, yo comencé a bailar para librar la tensión, para hacerte reír como en los viejos tiempos, te pusiste más roja que un tomate, y, como siempre, te estampaste con un poste...

PiscisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora