¿Qué hicimos?

834 103 28
                                    


La mañana para Wonwoo desgraciadamente comenzó con el llamado de la tan conocida comisaría a su casa, había ido a atender él ya que sus padres habían salido, y todo se desmoronó otra vez cuando le avisaron lo ocurrido la noche anterior, Vernon se había quitado la vida, había tomado miles de pastillas antidepresivas y su cuerpo no lo resistió entrando en paro cardiaco. Sus rasgados ojos pronto se llenaron de lágrimas y cortó la llamada para llorar como se lo estaba pidiendo su garganta, no entendía nada de lo que estaba pasando... era un juego, un maldito juego psicópata que lo alejaba de sus amigos, pero muy dentro sabía que el suicidio venía por el hecho de haber perdido a Seungkwan

Y sí... volvió a temer por Mingyu, eran todos amigos... inseparables, casi como hermanos, pero amaba a Mingyu con cada célula de su cuerpo y otra vez confirmó que no sería nada sin él

"eres una sucia perra, si yo no te hubiese escogido como mi novio, ¿ qué serías? Nada serías, porque eres una basura... no sirve Wonwoo, no sirves que te quede bien claro"

Sacudió su cabeza con fuerza al recordar las horribles palabras de su ex novio, Mingyu definitivamente había llegado para salvarlo... a su manera claro

La puerta de su casa se abrió con fuerza mostrando a sus dos padres sonrientes, que al verlo en el suelo abrazando sus rodillas de inmediato soltaron las bolsas del súper mercado arrodillándose junto a él

-¿ volvió a suceder?- preguntaron sus padres a lo que su hijo asintió

-es Vernon, se quitó la vida anoche- susurró ocultando su cabeza en el pecho de su padre –esto ya se está saliendo de control debemos hacer algo ya- dijo la mujer de repente, levantándose, yendo a buscar su agenda -¿querida qué haces?- preguntó su esposo cuando la vio marcar números en el teléfono

-llamaré a las demás madres, no me quedaré con los brazos cruzados, en cualquier momento podría venir por Wonwoo, no te asustes corazón- dijo la mujer, sonriendo cuando fue atendida

-oh! Sami, buenos días, ¿ tu hijo ya se enteró? ¿él está bien?- preguntó una vez que la madre de Mingyu la atendió –claro entiendo, el mío está igual... creo que debemos de hacer una reunión de padres para hablar sobre esto, ya se está saliendo de control y la policía no nos notifica nada, yo digo que hay que hacer un piquete frente a la comisaria- la mujer habló tan rápido que su esposo y su hijo se miraron negando entre ellos,

-bien... tu encárgate de avisarle a los demás y los esperaré en casa a la noche, bye- sonrió colgando la llamada

-¿es en serio mamá? No estamos de humor para una cosa así- se quejó el morocho

-no me interesa... entiende que ya es algo dentro de su grupo, no sé jovencito en que lio anduvieron los 13, pero de que ese infeliz se las está haciendo pagar, eso tenlo por seguro- la mujer estiró uno de sus cachetes, prendiendo el fuego de la cocina para hacer el desayuno. Wonwoo trató de hacer memoria pero nada, siempre en su vida fue correcto, educado y amaba la naturaleza, hasta el punto de creerse un perdedor, todos tenían una novia bonita, ropa envidiable y salían a lugares lujosos a festejar... pero Wonwoo se mantenía encerrado en su cuarto, leyendo, rodeado de viejos libros y peluches, tampoco era que lo invitasen o algo así, solía caerles mal a los hombres por ser nerd y a las chicas por usar ropa fuer de moda y lentes gruesos, fue siempre rechazado hasta que los conoció, a esos 11 demonios que cambiarían su vida para siempre, hasta que llegase Mingyu a salvarlo del tormento que le haría vivir su ex novio

-hijo, ¿te encuentras bien?- preguntó su padre al ver como de sus ojos caían lágrimas y salió de su trance limpiándose el rostro con el dorso de su mano,... cuanto los extrañaba

Ojos de cordero y sonrisa de lobo (Meanie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora