Ojos de cordero y sonrisa de lobo (Meanie)

Nieve delatora

La noche pronto cayó, hacía tanto frío que las nubes amenazaban con soltar los copos de nieves en cualquier momento. Pero sin embargo Jisoo se encontraba en el lugar acordado a la hora acordada, tratando de protegerse del espantoso frío de la noche

Su madre lo mataría si se enterase que se había escapado, ya tenían todo, absolutamente todo listo para partir hacía su nueva vida, en Estados Unidos, pero no se iría sin aclarar el asunto de su ángel

Sabía perfectamente que podía ser una trampa, y que podría terminar con el cuello rebanado, pero sin embargo aquello no lo desmotivó. Necesitaba saber la verdad, necesitaba conocer al bastardo que le arrebató a Jeonghan, dejándolo sin la oportunidad de darle su merecido por las infidelidades. Sacudió su cabeza para despejar cualquier pensamiento oscuro, debía concentrarse y estar alerta

Sus ojos se abrieron al escuchar unos tacones provenir desde el otro lado, se paró tratando de estar lo más tranquilo posible, pero estaba más al borde de una taquicardia que de otra cosa. La silueta femenina pronto se presentó delante de él, ocultando en las sombra cualquier rasgo que el pelirrojo pudiese reconocer

-recuerdo haber hablado con un hombre, y no creo que seas...- trato de hablar pero la mujer soltó una pequeña risa

-solo distorsioné mi voz para que se escuchara más aterradora jajajaja es sexy en ocasiones- dijo para luego soltar una risa algo aniñada

-¿vas a decirme quién fue?- preguntó una vez arto de esperar

-¿te gustan las cosas fáciles? ¿sabes? Yo las odio, si traes el dinero, yo te entrego la información – la mujer sonrió mostrando sus grandes dientes blancos, que relucían al salir un poco de la oscuridad

Jisoo sacó de su abrigo un sobre lleno de dinero extranjero arrojándoselo a los pies de la mujer, se inclinó un poco para tomarlo e hizo lo mismo pero con un cd. -¿no vas a decírmelo para ahorrar tiempo? ¿Cómo sé que no me estás engañando?- preguntó el pelirrojo

-no te queda otra opción que confiar en mí- le respondió casi de inmediato

-¿conoces de verdad al bastardo?- preguntó sintiendo como la inevitable nieve caía sobre sus hombros

-es tan cercano a mí que nunca se daría cuenta de la traición, quiero que lo encuentres antes de que los termine de matar a todos y lo condenen a perpetua- le respondió dando media vuelta dispuesta a irse

-¡¡espera!! ¿sabes por qué está haciendo esto?- la detuvo, atreviéndose a agarrarla del brazo, pero por la oscuridad del lugar no pudo reconocerla

-en el cd está, no pierdas el tiempo y corre a averiguarlo, en este momento otro de tus amigos debe estar por morir... no quedan mucho de ustedes, así que muévete- le sonrió soltándose del agarre del joven, metió sus manos dentro de su abrigo y se subió al tren cuando apenas este pasó por el lugar

El pelirrojo suspiró derrotado, optando por sentarse un momento sobre las bancas, miró una vez más el cd sobre sus manos y parecía virgen, sin ninguna ralladura o algo parecido... pero era creer o reventar, y cruzando los dedos para que allí estuviese lo que necesitaba tomó nuevamente el camino hacía su casa

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Luego de haber pasado un lindo y agotador día juntos, luego del cine, los helados, la caminata, las compras excesivas de libros por parte de Wonwoo por fin la pareja había decidido parar por el momento. Pero pronto las mejillas del morocho se tornaron violetas por el frío y por la vergüenza porque Mingyu terminaría de cumplir con lo prometido en el hospital