Proyecto 9 cumplido: con ayuda

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-me niego rotundamente- gruñó Jihoon cruzándose de brazos. El nuevo fiscal suspiró por décima vez en las pocas horas que llevaba en la casa del pequeño pelirosa, además su madre parecía no cooperar tampoco

-yo cuido demasiado bien a mi hijo, no necesitamos de tres agentes custodiándonos hasta la sombra- se quejó la mujer

-entienda señora, son especialistas, ya nada es tan inoperante como antes... soy un profesional- le contestó el hombre, pero sin embargo la mujer parecía no dar brazo a torcer, hasta que desde a fuera se escucharon unos cuantos forcejeos y blasfemias

El pelirosa abrió los ojos cuando los tres agentes, designados a ser su custodia traían a las rastras a un lloroso Seungcheol -¿ves lo que hago por ti? Perdóname mi amor- sollozó una vez que los hombres lo soltaron y este cayó al suelo

-levántate, estás dando un espectáculo lamentable- le dijo Jihoon, sin sentimiento alguno en su voz, sorprendiendo hasta a sus padres

-acepto la custodia, si pueden alejar a este imbécil de mi vida- dirigió su vista al fiscal, quien solo sonrió pasándole la planilla donde colocar su firma

-¿así terminará todo? ¿nuestra bella historia de amor terminará en la nada? Yo te amo Jihoon- habló el morocho poniéndose de pie, tratando de agarrar las manos del menor

-no lo haces, solo te amas a ti mismo y a todo lo que le de placer a tu miembro, hazme un favor... hazte dar Seungcheol - gruñó subiendo las escaleras, para perderse hasta llegar a su habitación

Los presentes quedaron en shock al oír hablar así a Jihoon, el perfecto niño prodigio del instituto, el modelo perfecto de ciudadano, el hijo maravilloso, el que mantenía en armonía sus sentimientos por temor a desbordarlos.... Había puesto en ridículo de la manera más genial a su ex novio

-joven Choi, por favor acompáñeme a su casa, que a usted también debo darle sus custodios correspondientes, lamento el desentendido con los agentes del joven Lee- le dijo el fiscal, guiando al pelinegro hasta el móvil policial, despidiéndose rápidamente de la familia del pelirosa

/...../

-no merezco todo esto, entiendo que soy una basura pero ... yo lo amo, ¿es un delito amar a una persona?- sollozaba el morocho una vez estando en su casa

-no, pero si pone en riesgo su integridad física y psicológica, temo que sí... ¿sus padres? – preguntó el fiscal ya con los tres agentes correspondientes del morocho

-no están, vendrán recién a la noche.. trabajan todo el día- susurró dejándose caer nuevamente sobre la mesa

-señor, le sugiero que lo internemos por lo menos un tiempo en alguna clínica psiquiátrica, solo para su control y de paso allí estará seguro- susurró uno de los oficiales en el oído del fiscal

-sí puede ser, tendremos en cuenta esa opción hasta que vengan sus padres- le respondió, para pararse y acomodar sus ropas

-muy bien joven, debo marcharme- le sonrió dándole la mano en un rápido saludo, dejándolo solo con los tres enormes policías

-debiste de haber sido muy miserable, para que alguien te humille de esa manera- se burló uno de ellos

-el niño parecía buena persona- le respondió el otro, mientras salían por la puerta de entrada para resguardarse en el móvil policial, no percatándose del cambio profundo en la mirada de Seungcheol

/..../

El pelirgris luego de haber estado un largo rato en la casa de Wonwoo con cara de ultratumba, decidió volver a su casa, obviamente siendo custodiado desde atrás por el móvil policial con los tres estúpidos agentes dentro

Ojos de cordero y sonrisa de lobo (Meanie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora