CAPÍTULO CINCUENTA Y CUATRO; ÚLTIMO

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30 de enero

Raúl's POV

Suspiré al escuchar la alarma de mi móvil sonar a mis espaldas. La apagué tras comprobar que eran las seis en punto y me levanté de mi cama con toda la desgana del mundo, sabiendo que aquella había sido la última noche que iba a dormir en ella. 

Tras ducharme y preapararme, miré por última vez al que había sido mi hogar aquellos últimos años. Estaba muy cambiado, muchas de mis cosas ya habían sido enviadas a Argentina y su ausencia se hacía notar. Arrastré mis dos maletas hasta el portal y observé cada rincón del pasillo mientras andaba por él. Cuando estuve delante de la puerta del portal, miré mi móvil, con la esperanza de tener algún Whatsapp o llamada perdida de Marta. Pero no. Lo que pedía era un milagro, algo prácticamente imposible de conseguir. Suspiré y salí a la calle, donde me esperaba mi padre dentro de su coche. Él, mi madre y mi hermana me llevarían al aeropuerto. El viaje se produjo en completo silencio. Ninguno de ellos tres me apoyaban en mis nuevos planes de vida. Pero sabía que algún día me entenderían, y que incluso vendrían a visitarme. 

Me despedí de ellos en las puertas del control de seguridad, y a partir de ahí todo se me hizo demasiado lento. El avión no salía hasta las nueve y aún eran las ocho, así que decidí desayunar algo en una de las muchas cafeterías de mi terminal. Fue eterno. Se me hizo tan largo... Me sentía tan sólo... Y encima no dejaba de pensar en Marta... Sólo esperaba que, al estar tan lejos de ella, pudiese... No. No podría olvidarla. Lo tenía claro. Desesperado por salir de ahí, por dejar de sentirme así, me dirigí a la barra y pagué el bocata y el café que acababa de tomarme antes de dirigirme a mi puerta de embarque. Había poca gente. Sólo dos parejas, una familia con dos niños y un chico que parecía que, al igual que yo, viajaba solo. Tras hacer la pequeña cola, pude entrar dentro del aparato que iba a llevarme tan lejos de mi familia, de mis amigos y del amor de mi vida. Suspiré mientras me sentaba en mi asiento, en el lado de la ventana. ¿Qué me pasaba? Yo había tomado una decisión, y estaba completamente seguro de que era lo correcto, pero cada segundo que pasaba me arrepentía más y más de estar dentro de ese avión.

- Perdona, ¿puedes dejarme en el lado de la ventanilla? Me encanta estar ahí cuando se despega.

Me giré para contestarle a aquella chica que no, que a mí también me gustaba ese sitio por ese mismo motivo, pero al verla me quedé sin palabras. Era ella. Era Marta. Sonriente, tan radiante como siempre. Me levanté de golpe de mi asiento, y, olvidando el lugar en el que estaba, golpeé mi cabeza contra el techo del avión. Ella simplemente se rió, y se acercó a mí para depositar un beso en mis labios. 

- Te quiero, y tanto yo como Auron iremos contigo hasta el fin del mundo, porque nosotros tampoco podemos vivir sin ti.

Sonreí como un idiota enamorado, y volví a besarla, con muchísima más pasión esta vez. 

WhatsApp (AURONPLAY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora