El cielo esta empezando a llenarse de nubes grises, tiñendo a su paso todo del mismo color, triste y depresivo.
Hasta mis ojos tienen un matiz de ese color por culpa del cansancio.
Me limito a mirar al frente, con la mirada perdida en alguna parte, pestañeo y por mi mejilla siento caer una lágrima.
Con una sola es suficiente para saber que vendrán más.
Empieza a llover.
Como si las nubes quisieran llorar por mi, siento como las gotas golpean fuerte contra mi cuerpo pero no hago nada, permanezco en silencio pensando en ti mientras el agua me empapa.
TÚ, TÚ y otra vez TÚ... Por tu culpa yo estoy ahora aquí, sola, llorando ¿y dónde estas? en todos los sitios del mundo menos a mi lado.
Aparto un mechón de mi cabello mojado que tenía en el rostro, limpio el agua que me cae por las mejillas con la manga de mi jersey y me miro en un charco que se ha formado alrededor de mi.
Dijiste que me querías... Entonces ¡demuéstramelo! no solo con palabras tan simples como "te quiero" sino con acciones y deja de tratarme como a un juguete que puedes romper y volver a reparar.
Precisamente hoy pensé: No lloraré, solo quiero sonreír aún llevando en mis ojos el cansancio.