capítulo 4

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   Ya va una hora y media desde que se fueron por las medicinas...Pandora esta algo preocupada, de vez en cuando se le salen algunos suspiros de tristeza, creo que esta pensando en que le puede estar pasando a su novio en estos momentos...yo también estaría así si Joseph hubiera ido con ellos. 
   Creo que mejor me voy a hablar con ella.
   -Hey-le dije.
   -Hey...
   -¿Cómo estás?
   -Pensando...
   -¿Sobre lo que podría pasarles?
   -...Sí.
   -¿Por qué tan preocupada?
   -Es que...no se si decirte...me da algo de vergüenza...
   -Eres una de mis mejores amigas, puedes contarme lo que sea.
   -Bueno...-hizo una pausa un poco larga antes de decirme.-La verdad es que...
   -¿Qué?-soy muy impaciente con estas cosas.
   -Estoy muy preocupada porque no quiero que el padre de mi futuro hijo muera.
   -¿El qué...de tu futuro qué?
   Estaba impactada.
   -No se lo he dicho aún...no se lo digas a las chicas por favor eres la primera a la que se lo digo.
   -¿Pero estás segura que lo estás? Porque puede ser un retraso nada más.
   -Estoy 95% segura.
   -Ufff, solo no te estreses.
   -Eso haré, voy a descansar un rato al sofá.
   También yo debería ir a descansar, me siento cansada, y me voy al sofá de la salita cerca a la puerta, pero veo que ya esta lleno por mis amigas que estaban hablando de yo no se que.
   -Hey Talulah-me dijo Clem.-¿qué tienes? Te ves como cadáver.
   -Tal vez sea porque casi no salgo-le dije.-y que me siento cansada...¿saben donde esta Joseph?
   -Esta arriba con los muchachos.-me respondió Cloe.
   -Gracias.
   Estaba tan cansada que casi me tropiezo al subir las escaleras, y antes de que me diera cuenta llegué arriba y vi a Leonard y a Joseph con un papel que parecía plano encima de la mesa de centro.
   -Hey, ¿qué hacen?-les pregunté.
   -Estamos haciendo un plan para los suministros-me dijo Eibell.
   -Aquí pondremos las cuentas de las medicinas, armas, comida y agua que tengamos.-Me dijo Joseph.
   -Esta genial.
   Cuando lo ví, era ultra organizado, la comida estaba de un lado y decía la cantidad de latas de comida que teníamos y los litros de agua también, teníamos como que 10 litros en botellas de medio litro, había la suficiente...en otra parte estaban las armas, decía cuantos bates con clavos hay y cuantos palos de golf, pero no habían armas de fuego y así con el resto de las cosas.
   -¿Les molesta si me acuesto en el sofá?-dije.
  -Tranquila acuestate aquí.-me dijo Joseph dándole unas palmadas al sitio libre al lado del suyo.
  Puse una almohada al lado de Joseph (no me quería recostar de el para no fastidiar mientras escribía) y me acosté...
   No soñé.
   Solo cerré mis ojos y me relajé. No tenía tanto sueño como para dormir y menos si es de día y también mucho menos si hay gente hablando cerca mío.
   Mientras tenía mis ojos cerrados me di cuenta de que Joseph acariciaba mi cabello, tal vez lo hacía porque me veía la cara de cansancio y quería verme dormir, eso me relajaba, pero no lo suficiente.
   En mi mente llegaban pensamientos...pensamientos de mi madre y mi padre ahí afuera indefensos...sin poder hacer nada...siendo comidos por esas criaturas...no podía pensar en otra cosa aunque tratara...
   Trate de dejar de pensar en eso y pensé en mi lugar de ensueños, o cualquier otra cosa para evitar de pensar en mi familia posiblemente muerta.
   Después de unos minutos creo que soñé,  soñe con mi abuela, la veía del otro lado de una habitación totalmente blanca, y ella estaba ahí con los brazos extendidos como para que la vaya a abrazar.
    Lo cual hice.
    Fui corriendo a abrazarla, y al llegar me abalance tan fuerte que casi la hago caer.
    -"Cariño, no tengas miedo.-me estaba diciendo ella.-nada malo te va a pasar."
    -"Pero abuela...la gente esta muriendo"
    -"Si el mundo cae, no te caigas con el, mantente de pie y lucha por lo que amas."
    -"Abuela..."

   Y en ese momento desperté.
   Me di cuenta que Leonard se había ido, pero Joseph se había quedado, y se había quedado dormido también, y su mano todavía estaba en mi cabeza. Para no despertarlo me quito su mano con suavidad y la pongo sobre su regazo, y me levanto del sofá. Aunque mis esfuerzos fueron en vano, porque se despertó.
   -¿A donde vas?-me preguntó con un bostezo al final.
   -Voy a la cocina por algo de agua...¿me quieres acompañar?
   -Claro.
   Cuando bajamos a la cocina nos dimos cuenta que los chicos ya habían llegado.
   Y Pandora se emocionó.
   -ALEX-dijo ella lanzándosele encima para abrazarlo.- REGRESASTE.
   -Te dije que lo haría-le respondió el con una sonrisa y la besó.
   -¿Cómo están? ¿Consiguieron las cosas?-preguntó Cleo.
   -Oh claro que lo hicimos preciosa.-contestó Jason.-pero no todos estamos bien.
   En ese momento entró Myselle con el brazo ensangrentado. Tenía una raja por todo el brazo derecho. Me pregunto que le habría pasado.
    -MYSELLE-gritó Robin exaltada.-¿QUÉ TE PASÓ?
    -Pasando la cerca se cortó.-respondió Benn.-pero Eibell la curará ¿no es cierto, Eibell?
    -Claro que eso haré.
    -Así que no te preocupes linda- y Benn le giñó el ojo.
    Joseph y yo intercambiamos miradas de asombro.
    -Myselle ven por aquí.-le dijo Eibell.
    -Okay.
    -¿consiguieron algo más?-dijo Joseph.
    -Claro que lo hicimos, bro.-dijo Edward lanzando un saco.-conseguimos estas.
    Yo fui la que abrió la bolsa...dentro de ella habían armas.

    -¿Cómo consiguieron esto?-pregunté.
    -Había una tienda de armas en la misma calle que la farmacia-me respondió Edward.-así que decidimos ir a ver que tenían.
    -¿y las balas?-preguntó Leonard.
    -Al fondo.
    -Bueno será mejor que descansemos.-dijo Jason.
    -Estoy de acuerdo con el.-dijo Anastasia.-estoy exhausta.
    -De acuerdo.-dijo Edward.
   
    Jason y Anastasia fueron a lavarse. Myselle estaba siendo curada por Eibell en la cocina. Benn se fue a la sala con Joseph y Leonard para ordenar las armas y medicinas. Y Edward pasó por el frente mío yendo al comendor, y noto que tiene una herida en la espalda.
    -Eh, Edward-le digo.
    -¿Dime?
    -Tienes una herida en la espalda.
    -Oh, si...no es nada, ya sanará.
    -Tonterías...quédate ahí que ya vengo a curarla.
    Cómo Eibell tenía uno de los botiquines le tuve que preguntar donde había otro.
    -Revisa en la repisa de arriba del baño.  
    -Gracias, te esta quedando bien el brazo de Myselle por cierto.
   -Jaja gracias.
   Salí corriendo de la cocina al baño. Y vi el botiquín en la repisa y lo agarré lo más rápido que pude y me fui a donde estaba Edward. Y tal como le dije no se movió de ahí.
   -He vuelto.
   -Por fin-lo dijo con una risa así que me di cuenta que era en broma.-entonces ¿me vas curar?
   -Eso trataré.
   -De acuerdo, con eso basta.-entonces se quitó la camisa.
   Nunca me había dado cuenta lo bien formada que estaba su espalda y de lo extremandamente guapo que era. No tenía muchos músculos, pero no estaba mal su figura, muy atractiva la verdad. Me tomó un tiempo reaccionar era como si me hubiera quedado en shock perp reaccioné rápido antes de que el se diera cuenta de que me había quedado embobada con su cuerpo. Y procedí a colocarle un poco de alcohol a la herida. Edward hizo un sonido de queja pero solo fue por un par de sengundos. Cuando terminaron las quejas por el alcohol siguieron las quejas por el agua oxigenada y se calmó cuando le puse la gasa y las vendas.
    -Bueno ya está.
    -Muchas gracias Tal.-y me dio un abrazo y un beso en la mejilla, después de eso se limitó a sonreirme por un momento y fue por su camisa que la había dejado en la mesa.- Me voy a descansar.
    -Vale. Descansa.
    Ya era bastante tarde, así que fui al sofa con Eibell, Myselle, Leonard, Jason y Anastasia a ver las noticias.
    Todo se remotaba a lo mismo, los zombies que atacaban la ciudad, los negocios con las ventanas rotas y todo eso, yo no prestaba atención y Joseph tampoco, el parece que solo se limitaba a ver al vacío y jugar con mi cabello.
    Joseph ha sido el único que no se ha exaltado llamando su familia, debido a que ellos están en otro país y no los puede llamar.
   Parece que la peste de los zombies no ha llegado a tantos países por ahora...solo esta en varios países de América, no ha llegado a los otros continentes.
   -Es mejor que nos vayamos a dormir.-me dijo Joseph al odio medio susurrando porque los otros se habían dormido excepto por Edward y Benn que estaban montando guardia por si acaso algo pasaba.
    -Pero no tengo sueño.
    -Al parecer si lo tienes por la voz que tienes ahorita.
    -Bueno, pero tu duermete también.
    -Lo haré, tranquila.
    Me apoyé en su pecho, porque Srta.  Anastasia me quitaba el puesto del apoya brazos del sofá, y ambos nos quedamos dormidos.
    "Mañana será un nuevo día"- pensé y me dormí.

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