Revelación

76 2 1
                                    

Han pasado un mes desde el último cumplemes del chico, lamentablemente, este mes no ha sido celebrado.
El chico se la ha pasado trabajando en los trabajos forzados del gobierno Illuminati.

Los niños al convertirse en jóvenes, comienzan a trabajar generalmente desde los dieciséis años para luego seguir haciéndolo hasta su muerte, los países disminuyen su población, los países pobres son historia, la devastación no permite que nadie sobreviva en ellos.

Se ha levantado rebeliones en contra del sistema, pero hasta ahora ninguna ha logrado algo, ni lo más mínimo,
Los abusos, siguen acabando con muchas vidas, todo, todo es controlado por el Illuminati King.

Las rebeliones son débiles, hasta ahora es sólo un gran sueño, nadie puede expresar su opinión, o será muerto. Y es que si no fuese por la poca tecnología que poseen, por el poco entrenamiento, la poca valentía y el miedo a afrontar la muerte, tal vez los golpes al gobierno hubiesen logrado algo.

Pero no, volviendo a la realidad, el chico trabaja en una planta nuclear, es pagado con el sueldo mínimo, como todos, sin derecho a reclamo.

A veces los cumplemeses, son imposibles de celebrar.

Al volver a casa, su madre no ha vuelto aún. El chico se tiende sobre un sillón, mete la mano debajo del mismo, saca una maleta larga y pesada, la coloca encima de sus rodillas, y la abre.

-Eres, simplemente hermosa .- Le dice a su bella Ak47.- Sólo espero, que tu construcción no haya sido en vano, sólo espero, que no haya sido sólo para tenerte en esta maleta, que no haya sido sólo para verte y llorar, recordando a mi padre. Quiero usarte, quiero asesinar a los asesinos, que le quitaron la vida a nuestro padre. Ya verás, dame tiempo, seremos útiles.

En ese momento, la puerta de la calle se abre. La madre entra, y ve al chico mirando su arma. Ella se muestra preocupada, y le dice:

-Hijo, ¿Estas bien?

-No, no lo estoy, no soporto esto, no soporto esta vida. -Respondió enojado.- Mejor dicho, esto ni es vida. ¿No te harta ver, cada día más, cenizas por la calle de lo que alguna vez fueron hombres? ¿No te harta ver como ese gordo, que ahora está sentado en su trono, nos quita lo que ganamos, lo que comemos, lo que necesitamos? Ya me cansé. Necesito morir, pero, ¿Sabes como lo haré? Lo haré luchando, justo como mi padre.

-Entrégame esa arma, hijo. -Ordenó la madre. -Eres igual a tu padre, entiende, nuestro sistema es perfecto. Nuestro sistema nos ha llevado a la paz, nuestro sistema no ha provocado guerras, nuestro sistema impone orden, tal cual debe ser.-

-¡Estás loca! Que diría papá al escucharte, estás mal, nunca te la entregaré, ¡nunca!

-No me hagas hacer lo que hice con tu padre, te amo, hijo.

-¿Que hiciste? ¿Que has hecho? .-Sollozó el chico.

-Yo hijo, yo, fui la que llamó a los guardias, tu padre, y ahora veo tú, están locos, anárquicos, dementes. No se conforman con lo que Illuminati nos da, es nuestro padre, y todo lo que hace es correcto.

-¡Hija de puta!. -El chico se levanta del sillón, y sujeta su arma con ambos brazos.- ¡La única loca eres tú, que es capaz de matar a su esposo, y ahora a su hijo, por un estúpido sistema de mierda, que pasa por tu cabeza!¡Dímelo!

-Que ellos te lo digan, hijo, espero que te arrepientas de tus palabras, antes de que te maten, y en ese caso, que nuestro Illuminati King te reciba en sus gloriosos brazos.

La puerta estalla, el chico se cae hacia atrás, e intenta ver las sombras que se aproximan hacia la puerta.

-¡Maldita!.-Grita el joven, empuñando el arma que le había preparado su padre, dispuesto a dar su vida, intentando luchar.

Cinco hombres, vestidos con una armadura metálica, con una cabeza piramidal, de un sólo ojo, entraron a la habitación, con cinco armas en mano, cada uno, con la misión de capturar al chico, más muerto que vivo.

-Está detrás de ese sillón. -dijo la madre.- Por favor, no le hagan daño, llévenselo, sólo quiero que entienda y poder verlo de nuevo.

Lo que no sabía, es que tal vez, esta sería la última vez que podría ver a su hijo.

Los hombres, apuntando, se dirigieron al sillón. No había nada, extrañados, miraron a la madre. Siguieron caminando por la casa, dejaron el sillón de lado, pieza por pieza, hasta llegar, a la última de ellas. La pieza del fondo. Los hombres, se prepararon para entrar, contaron regresivamente, para apenas introducirse disparar.

Su lenguaje era muy extraño.

- A lah tre' a la doh' a la uan' ¡dale compare pa entro! xdd

Apenas entraron, un destello de luz brilló fuertemente. Sus ojos se derritieron, su cuerpo se calcinaba. Algo estaba atravesando esa dura armadura, reforzada con tanto metal sin dejar respirar a la piel.
Algo los quemaba, algo acababa con sus vidas.
Un sólo disparo de la arma de su padre, bastó para exterminar a cinco guardias.

El joven, impaktado, después de ver tan grandiosa escena, corrió hacia la calle, corrió, corrió y corrió, llamando la atención de los Illuminati Guards, quienes custodian las calles día y noche.
Corría, corría y corría, y mientras lo hacía, empezó a apretar el gatillo, matando guardias, corría, mataba, corría, mataba.

-¡No es suficiente! ¡Devuelvanme a mi padre!.-Gritaba mientras corría, e iba asesinando guardias.
Su ira, combinada con su tristeza, combinaba un sentimiento letal.

Al caer la tarde, el exterminio fue masivo. Nadie esperaba a un chico corriendo y que de la nada te disparase con una arma tan letal que te acabase en milisegundos.

Al llegar al final de su largo recorrido, miró hacia el verde cielo, cayó arrodillado, y lloró, lloró hasta desmayarse.

Sus actos no fueron en vano, su hazaña será recordada.




KILL THE ILLUMINATIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora