Esa noche al llegar del trabajo no comí, porque, aunque mi cuerpo lo pedía, por mi garganta no pasaba absolutamente nada. Esa noche me fui directo a la cama, sabiendo que no iba a dormir. Al intentar cerrar los ojos recordé la primera vez que nos vimos en ese café. Estaba lloviendo, era un día gris y yo necesitaba de un café para poder tener algo de calor en el cuerpo, tú estabas detrás de mi en la fila y cuando oíste que pedí un café, me dijiste que debía pedir algo frío si quería conseguir algo de calor, yo me reí en tu cara y te dije que lo último que quería era un resfriado. Aquel día pediste un jugo frío y terminamos sentándonos juntos y hablando del porque lo que decías no era coherente. Al final llegué a una conclusión que jamás te dije: Puede que consumir algo frío cuando la temperatura esté baja nos de calor, o puede que no. Depende de qué creamos. Si creo con fe fervorosa que me subirá la temperatura, lo hará.
Tú lo solías decir, con la mente puedo controlar mi cuerpo y decidir que sentirá y que no. Hoy obligaré a mi mente a sentir odio por ti y me obligaré a dormir, lo merezco.
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Esas noches.
RomanceEsas noches me acordé de ti, tu recuerdo me dolía. En esas frías noches recordé cada momento que pasé junto a ti, y todo lo que aprendí contigo. Esas noches te extrañé más que en cualquier otra noche, porque, como bien decías, no sabía lo que tenía...