Lágrimas de un corazón frío

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"¿Dónde estoy?" Fue lo primero que pensé. Ya era de día, estaba acostado en una cama que debo admitir que era bastante cómoda, la cabeza me dolía muchísimo, hacía bastante calor en esa habitación, era muy... Sofisticada, no sé como explicarlo ni como describir el lugar donde estaba, veía muchos cuadros, pinturas de gente antigua colgada en las paredes, como si fueran de la realeza del siglo XIV, no se... No conozco historia.

Aún no tenía claro que había pasado, estaba mareado y desconcertado mirando para todos lados tratando de descifrar el lugar donde me encontraba. Luego siento pasos por fuera de la habitación y me asuste, no sabía quién sería. Luego abren la puerta y era una niña de unos 16 años, que su apariencia no mostraba agresividad alguna. Estaba demasiado bien vestida, demasiado para mi gusto.

- Hola, veo que ya despertaste. – Me dice mientras cierra la puerta tras de sí

- ¿Quién eres? – Le respondo

- Soy Vanessa Blackwell

- ¿Debe decirme algo ese nombre? – Le pregunto con cara de desconcertado y de un total desconfiado

- ¿Eres nuevo aquí verdad?

- ¿Cómo lo sabes?

Cuando le pregunto eso entra a la habitación un caballero con un abrigo largo que le llega hasta las rodillas, una pipa y un sombrero. "¿Esta gente no sabe lo que es vivir normal?" Pensé.

- Veo que ya despertaste hijo – Me dice muy confiadamente y demostrando mucha clase en su tono de voz

- ¿Quiénes son ustedes? ¿Cómo llegue aquí? – Le respondo ya un poco asustado

- Soy Mark Blackwell, y ella es mi hija Vanessa. ¿No nos conoces?

- ¿Por qué debería de conocerlos?

- Es nuevo en el pueblo. – Dice Vanessa

- Ya veo – Responde Mark. – Para resumírtelo nosotros somos la familia Blackwell, somos... La familia poderosa del pueblo.

- ¿Robándole el dinero a los pobres? Es lo que todos hacen. – Le dije mirándolo a los ojos y luego echando un segundo vistazo por toda la habitación.

- No hijo, mis abuelos fundaron un manicomio para la gente que no tenía recursos para pagar un servicio psiquiátrico del estado, y aquí estamos.

- Si, como sea, ¿Cómo llegue aquí?

- Ayer en la noche fuimos al teatro y cuando volvíamos a casa se nos cruzo tu perro, ¿Es tu perro o no?

- ¿Uno blanco con una oreja café?

- Sí, ese mismo

- Si es mío, ¿Dónde está?

- No te preocupes, mi mujer lo está bañando y alimentándolo, siguiendo... Estaba desesperado, hasta que decidimos seguirlo y nos llevó hacia ti, estabas tirado en una vereda bastante herido ¿Te dieron una paliza o algo así? – Me hizo la pregunta riéndose un poco.

- Algo así... ¡SPIKE! – Justo que le decía eso Spike entra corriendo saltando a la cama dándome besos en toda la cara, es tan fiel mi perro, sí, Mi perro: yo lo cuido, yo lo alimento y lo defiendo. Bueno, él me defendió a mi ayer... Le debo la vida a mi fiel amigo.

- ¡Estás muy herido! No te levantes. – Me dice Vanessa mientras intentaba levantarme

- ¡Tu no entiendes lo que pasa!

- No me importa, debes estar en reposo, estas muy herido... ¿Tienes que ver en el incidente de la constructora?

No le respondí, solo la mire y me senté en la cama para ponerme mis zapatillas.

8 Laughs at midnightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora