-¡Estoy follando tu coño! -gruñí de regreso-. ¡Estoy haciendo polvo tu coñito virgen! ¿Te gusta eso?
-¡Me encanta! -gritó-. ¡Quiero que te corras dentro de mí! ¡Por favor córrete para mí!
-¿Cuánto te encanta? -gemí, mis pelotas golpeando contra su trasero mientras la follaba una y otra vez.
-¡No quiero que acabe nunca! ¡Córrete dentro de mí, James! ¡Quiero sentir tu semen!
-¡Ohhh, sí! -gruñí-. ¡Voy a correrme!
Podía sentir el placer incrementándose mientras entraba y salía de ella. Su coño estaba húmedo y resbaloso, pero aún sujetaba mi polla con fuerza. Quería que se corriera conmigo, así que bajé la mano y usé mi pulgar para tocar su clítoris.
-Córrete conmigo -le pedí.
-Ohhhhhh... -gimió suavemente-. ¡Voy a correrme... voy a correrme!
Froté su clítoris frenéticamente con mi pulgar mientras sentía mi pene comenzar a latir. Sentí el palpitante anhelo del orgasmo construyéndose, y necesité liberarlo. Gruñí en voz alta mientras estallaba, llenando su co**ño con semen. Pude sentir su co**ño contrayéndose repetidamente cuando llegó al orgasmo, masajeando mi po**lla y succionando hasta la última gota de semen de mi vara. Me derrumbé sobre ella, luchando por respirar.
-¿Te... lastime? -jadeé.
-¡No! -jadeó-. ¡Fue... increíble!
Nos abrazamos el uno al otro por varios minutos, todavía tratando de recuperar el aliento. Levanté la cabeza y miré sus increíbles ojos azules y mi pulgar acarició ligeramente su labio inferior. Estaba abrumado por la dicha.
-¿_______?
-¿Sí?
-Te amo.
-¡Oh, James! ¡También te amo! -lloró, apretándome.
-Cásate conmigo -dije de repente.
-¿Qué?
-Cásate conmigo -repetí.
-¿Lo dices... en serio?
-Nunca he sido más serio -dije-. ¿Te casarías conmigo?
-Sí -susurró, y encontré sus labios con un beso que mandó una descarga por todo mi cuerpo. _______ era mía, y nunca la dejaría ir.