- ¡No puedes hacer esto!- grité desesperado.
- Lo siento Andy, pero renuncio.- le escuché decir, al momento justo cuando mi corazón se rompía en mil pedazos.
Sólo la vi tomar sus cosas y retirarse del lugar.
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Había pasado una semana desde haberme encontrado con la pequeña nota sobre mi escritorio."Hola Andy:
Lamento no poder avisartelo mediante otro medio o incluso en persona, me encuentro en un dilema muy confuso, adoro mi trabajo, claro que lo hago y por lo tanto no quisiera hacer esto, pero debido a las circunstancias, quisiera hacer presente mi renuncia, mañana recogeré mis cosas y haré el papeleo necesario, espero que no importe. Lamento también no poder escribirte las razones, sólo quiero que sepas que a pesar de todo, siempre fuiste tú.
Atentamente; Rebecca Hernández."
Por supuesto que no me era de esperarse, después de leerlo una y otra vez, no me quedo otra opción que llamarla, a lo cual ella nunca contestaba.
Beck's POV
Había derramado cuantas lágrimas fueran necesarias, incontables veces me decía que lo que había hecho estaba correcto.
Fui a la oficina a recoger mis cosas, fui con el dueño y jefe del edificio, él aceptó a duras penas mi renuncia, firmé varios papeles que me hacían constar que ya no trabajaba más para ellos.
Fue difícil al momento de entrar a mi oficina, a los minutos apareció Andy a mis espaldas soltando un largo suspiro.
- Asi que, ¿te irás?- lo vi formar una mueca de disgusto y éste se cruzó de brazos.
- Así es.- sonreí a medias.
- ¿Por qué Becks?- noté cómo sus ojos empezaban a soltar un brillo especial y en estos empezaban a salir pequeñas gotas de agua salada.
- Me ofrecieron un trabajo en la Editorial Perks, aquí en Seattle, es un importante puesto.- afirmé tomando un pequeño suspiro.
- No me dejes, Becks.- se acercó a mi. - ¡No puedes hacer esto!- gritó con lágrimas en sus ojos.
Lo demás que pasó fue historia, llegué a mi pequeño apartamento y me senté en el sofá-cama suspirando.
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Al día siguiente me levanté para ir al baño, me miré en el espejo con cansancio y notables ojeras alrededor de mis párpados, hoy sería un día largo.- Buenos días, ¿Se encuentra Mark?- pregunté sosteniendo mi teléfono en mi oido izquierdo, era zurda, así que para mí era más fácil sostenerlo con esta mano.
- Soy Mark, ¿Qué desea?- me contesto una voz gruesa y masculina al otro lado de la línea, justo como lo recordaba.
- Oh, habla Rebecca, olvidaste tu libreta en la plaza.- me mordi el labio nerviosa.
- Rebecca...- su voz sonó dulce y tranquila.- Soy un distraído cuanto lo siento.- soltó una risa que se escuchó por mi mente cómo una banda sonora de pajaritos que después se convirtieron en mariposas quienes viajaron a mi estómago.
- No te preocupes Mark, ¿Dónde nos vemos para entregartela?- respondí casi en un susurro, de lo nerviosa que estaba, mis manos empezaron a sudar.
- En tu nueva oficina.- sé que no lo veía pero me imaginaba cómo sonreía en estos momentos, y cómo unos pequeños hoyuelos se formaban alado de sus ojos.
- ¿Qué dijiste?- mi corazón dejó de latir en una pequeña cifra de segundo.
- Oh por supuesto, lo olvidé.- lo escuché reír de nuevo.- Estas contratada.-
Y así es como había sucedido. Me encontraba sentada en mi nuevo escritorio admirando el color durazno de las paredes de la oficina a la cuál ahora me pertenecia.
Ésta era de por lo menos 5x7 mts, era más grande que la anterior a decir verdad, del techo colgaban pequeños focos elegantes que alumbraban la habitación, el escritorio hecho de una madera muy fina y color negro tirandole al café, al igual el que piso pero mas claro.
De una de las paredes con tapizado, colgaban cuadros de obras muy famosas cómo"Rama de Almendro" de Van Gogh.
Y contaba con un baño para mi sola, a diferencia de mi anterior trabajo, dónde utilizaba el mismo que el de mis compañeros de planta.
- Bienvenida Srita. Hernández.- una voz proveniente de la puerta hizo que me sobre saltara de mi asiento.
- Hola.- sonreí un poco tímida y creo que mis mejillas ahora se encontraban con un poco de calor en ellas.
- Hola.- sonrió de igual manera.- ¿Te gusta?- miró por toda la habitación.
- Si, es genial.- reí.- Aún no puedo creer que estaré trabajando para la Editorial Perks.- dije con un tono de emoción en mis palabras y al mismo tiempo que le entregaba su libreta. Él sólo rió.
- Pues tendrás que creerlo, porque está pasando.- acarició la puerta.- Nos vemos más tarde Rebecca.- sonrió sencillamente.
- Hasta luego, Mark.-
Después de un día duro de trabajo, volví a mi hogar un poco agitada.
Para mi sorpresa, se encontraba ocupado el departamento de enfrente al mío.
- Buenas Tardes, Beck.- me saludó alegremente y yo no podía creerlo.
¿Cómo es que se le había ocurrido la magnífica idea de mudarse enfrente mío?
Me quedé en shock, y lo unico a lo que pude reaccionar fue el contacto de sus ojos con los míos, unos segundos después aparte la mirada y me adentre a mi pequeño pero cómodo departamento.
Esto no podía estar pasando, no a mí.
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Same Love |#Wattys2016|
Novela JuvenilElla, una chica de 19 años de edad quien trabaja para la empresa de editoriales más grande de Seattle. Él, un chico de 21 años capaz de enfrentarse a todo, menos al amor. Trabaja en la misma planta que ella. Compañeros de trabajo, ambos se odian, al...