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POR FEDERICO

Cuando me levante, fue a darme una ducha y luego tome mi móvil. Vi la fecha, hoy cumplía 5 meses de noviazgo con Anne. No le había comprado nada, lo había olvidado, no soy bueno con las fechas.

No voy a decir que nuestra relación es la perfecta, ni de cuentos de hadas, ni nada por el estilo. Solo diré que nos peleamos bastante, pero es mas el rato en el que estamos feliz al que peleamos, por suerte, son solo muy pocas veces las que peleamos de verdad, casi siempre son por tonterías y las solucionamos en diez minutos. En estos meses que estuvimos juntos, todavía no me he acostado con ella, estoy esperando a que este lista.

Cuando me di cuenta ella ya se había despertado y se había duchado, yo no lo había notado. Creo que estaba muy metido en mis pensamientos.

-Amor, ya esta el desayuno, vamos

-Claro

-¿En que pensabas tanto?

-En nosotros - lo dije automáticamente y vi como una gran sonrisa se abría paso entre su boca

Cuando bajamos a desayunar, ahí estaban todos, como de costumbre

-Buen día -dijimos los dos al unisono y nos sentamos a la mesa

-Buen día - respondieron amigablemente

-Se han tardado un poco hija - creo que el padre de Anne no estaba de muy buen humor

-Lo lamento papa, es que me quede dormida

-¿Solo eso? - el padre de Anne me mataba con tan solo la mirada

-PAPA. Basta, ya te lo dije. Aun soy virgen - Anne ya se empezaba a enojar, lo note

-Esta bien. Confió en ti hija

-¿Y en mi señor? - conocía la respuesta

-No mucho

Todos rompimos en grandes carcajadas. Mi relación con el padre de Anne era muy buena. Claro que cuando se entero que dormía en el mismo cuarto de Anne quiso matarme, pero entendió que no iba a propasarme. Su padre y yo decidimos llevarnos bien para molestar a Anne cada vez que teníamos oportunidad alguna. Era muy divertida hacerla enojar. Una que otra nos lanzaba algún que otro hechizo de transformación para que se rían de nosotros.

Cuando terminamos de desayunar, los padres de Anne nos querían llevar a dar una vuelta. Conocer el lugar. Así que cada uno se fue a su cuarto a prepararse. Yo me puse algo simple, pero elegante, nos habían dicho que nos llegarían a cenar. Así que me puse un vaquero negro con una camisa por a fuera color blanca, y unas zapatillas ya que no me gustaba usar ni corbata ni zapatos de vestir. En verdad no me gustaba la ropa elegante. Cuando estaba a punto de bajar las escaleras, mi teléfono empezó a sonar. Una llamada.

LLAMADA TELEFÓNICA

-Hola

-Hermanito, ¿como estas?

-¿Lucy?

-¿Tienes otra hermana? Claro que no, nadie te soportaría como lo hago yo.

-¿Que quieres?

-Que la entregues. La quiero a ella. No lastimare a nadie si me la entregas

-No haré eso

-Tu has elegido la guerra hermanito

Y luego corto el teléfono, ¿a que se refería? ¿sabe donde estamos? No es posible.

¿Creemos En El Mounstro?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora