METALLICA.mov (METALLICA, HUMOR)

Capítulo 4: Magia_de_negrata.mov.

*inserte escenas de metaleros intentando pelear contra el rey Wachiturro modo titán pero mueren en el intento*

Mientras tanto...

James intentaba llamar la atención de Kirk mientras paseaban, le tocaba el hombro, lo empujaba, lo puteaba, pero aún así el moreno no le tomaba en cuenta.

- Hey, negro, ¿cómo pretendes que pasemos el rato en un cementerio, eh? -alzó una ceja, el efecto del alcohol ya se le había pasado un poco y estaba algo gruñón por la resaca que se manifestaba.

- Tenemos que buscar a Lars y revivirlo -comentó finalmente Kirk para que el rubio se callara-. Necesitamos a los seis weones para usar los elementos de la armonía del metal o sino, no funcionarán.

Recorrieron bastantes tumbas hasta hallar la de el compadre fallecido.

- Cliff mató a Lars, así que ahora hay que traerlo a la vida.

- Ah, sí... tú, gran, pony loca... -rodó los ojos, frunció el ceño después por lo mareado que se sentía.

- Voy a intentar con un hechizo de resurrección de magia negra para que reviva -sacó de su mochila un libro llamado "Metalomicón" y empezó a recitar con mucho cuidado hasta que fue interrumpido.

- ¿Y por qué no resurrectas mejor mi pene... -se rió de manera sugestiva- CON ZETZO?

Hammett le miró con asco y prosiguió a pronunciar el hechizo:

- Por aquel que duerme en rocas y arcilla, escucha atentamente mi llamado, levántate y haz lo que diga, camina de nuevo, ponte en la puerta mortal. Recupera tu carne y... ¡camina una vez más!

De la nada, se abrió un enorme portal con forma de pentagrama satánico alrededor de ellos que se iluminó de manera divina, de allí emergió un titán no cambiante, de los normales que ignoró por completo al par de metaleros y se dirigió a la ciudad para hacer desmanes.

Ambos se quedaron con cara de culo por eso mismo.

- Ups, creo que me equivoqué...

- ¿Alguna otra buena idea, eh, Einstein? -se burló el rubio.

- Oh, claro que estoy lleno de buenas ideas, querido James. ¡Soy un genio! 

- Ah, sí, claro...

...

- ¡Contempla al L.Ulrich 5000! -el moreno señaló a un robot que fabricó en su laboratorio de científico loco- Físicamente superior a Lars en todo sentido. Me di cuenta que si no tenemos al verdadero Lars, ¿por qué no mejor fabricar uno nuevo?

- Eres un idiota -reprochó de mala gana.

Presionó el botón y el robot comenzó a funcionar.

- Aplastar. Matar. Destruir. Suaj -decía con voz artificial el artefacto mientras caminaba hacia delante, a punto de chocar con una pared-. Aplastar. Matar. Destruir. Suaj -repitió, atravesando la pared y luego se fue volando hacia la ciudad, lanzando rayos lásers contra los metaleros.

De nuevo se quedaron con cara de culo.

- Buen movimiento, chico listo -bufó Hetfield.

- ¡Todavía nos queda una cosa por hacer, rubio! -le abofeteó- ¡Algo que incluso alguien con mi ingenio tiene miedo de intentar!

Con eso regresaron al cementerio y le continuó explicando:

- Algo tan cruel que todos lo ven como un tabú, pero sin miedo lo voy a hacer.

- Eh, Kirko -hizo una mueca-, ya dejas de sonar como científico y pareces más un maniático.

- La historia está lleno de maniáticos, James -sonrió de lado, mientras buscaban la tumba otra vez-. Hombre y mujeres de intelecto, tienen brillantes ideas fuera de lo normal que las normas morales las hacen tabú y buscan erradicarlas de todas las maneras posibles de la raza humana, sin tomar en cuenta que esas ideas podrían mejorar aún más para la humanidad aunque no sean morales, ni sean dignas de la sociedad y...

- Blah, blah, blah -suspiró-. Cierra el hocico -ordenó entretanto cavaba la tumba para sacar el cuerpo de Lars.

- Escucha atentamente, James, nadie de nadie tiene que saber lo que haremos ahora, nadie puede perdonar esta horrible bastardización de la ley de Dios.

- ¿Lo vamos a violar?

- ¡James, es en serio! ¡No puedes decirle a ningún metalero!

- Ah, claro... 

Se llevaron el cadáver al laboratorio y lo lanzaron sin delicadeza alguna sobre la mesa. Los doctores habían tratado de coser ambas partes mutiladas pero no lograron salvarle la vida, además de que su piel estaba podrida y emergían gusanos desde sus poros.

- Ésto va a estar de pelos, hermano -cogió un gusano y se lo comió.

- James, en serio, ésto no puede salir de esta habitación o estaremos en graves problemas.

- Ajá, lo que digas... -se comió otro gusano, le miraron mal- ¿Qué? Está bien, me relajo, sólo tengo un mal día. Revivamos a esta perra de una vez que me está dando asco. ¡Y no me mires así, es la puta resaca que me tiene así de enojón!

Kirk prefirió no tomarle atención y le quitó la camiseta a Lars, buscó dos pinzas que conducían electricidad desde un generador de energía, conecto cada pinza a un pezón y le hizo una señal a su asistente para efectuar el plan:

- ¡Dale al switch!

Y con eso un montón de rayos atravesaron el cuerpo de Ulrich, dándole miles de descargas eléctricas por segundo, su cuerpo convulsionaba en horror.

- ¡Ya es suficiente! ¡Corta la señal!

El rubio de alta estatura hizo caso y el muerto dejó de convulsionar, se mantuvo estático por harto rato hasta que notaron que por las quemaduras quedó negro de piel y su pelo se había rizado en un afro gigantesco, se parecía a Gerald de Hey, Arnold!

- Oe', enano, ¿estai' bien? -Hetfield se comió otro gusano y frunció el ceño al notar que no daba señales de vida.

Hammett se acercó para ver si respiraba y nada. Le entregó una pala a su asistente.

- Eh... entiérralo de nuevo.

- Claro -aceptó de mala gana, mientras que el de pelo rizado, deprimido, salió de su laboratorio, dejando al otro solitario con el cadáver.

Lo golpeó con la pala en la cabeza.

- ¡Eso te pasa por no darme un regalo en mi cumpleaños pasado! -le da un hostión más- ¡Y ese es por comerte mis tacos el otro día!

Lanzó al suelo el cuerpo y se dispuso a arrastrarlo por el piso porque le daba pereza cargarlo hasta el cementerio.

- Pinche perra... -murmuró resignado.

En la habitación de Kirk... 

- Querida princesa Celestia -escribía sobre un papel-, hoy sobre la amistad aprendí que... -se quedó en silencio por bastante tiempo, lo pensó bien, nada venía a su mente- Bueno, supongo que mañana aprenderé algo -se rascó la nuca y lanzó el papel al tacho de la basura.