Capítulo 4

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La cafetería de mi nuevo instituto es todo lo contrario al otro.

En el de antes no había mesas, pedías tu bocadillo y te ibas al patio a jugar al fútbol, pero en esta, es el triple de grande y puedes sentarte en las mesas. Típico instituto americano...

Empiezo a buscar una mata de pelo roja mientras voy haciendo cola para comprarme un bocadillo. Al fin la encuentro, así que me compro rápidamente el bocata de lomo con lechuga y voy hacia esa mesa. Cuando llego, están Dylan y Robinson sentados. Me tomo todo el valor que puedo en hablarles.

-Ho-hola chicos..-. Digo tímidamente.

Ellos levantan la cabeza y me sonríen como si me conocieran de todo la vida.

-Ey Aiden, ven, sientate aquí-.

Dylan se echa hacia un lado y me siento entre el y Robin.

Empiezo a comer mi bocadillo mientras el rubio y el pelirrojo empiezan a hablar del último partido de fútbol del instituto y yo de vez en cuando suelto pequeños datos sobre la jugada.

Giro la cabeza para ver el resto de la cafetería y justo a mi derecha veo a MJ con su grupo de amigos en una mesa. Ella está sentada sobre la mesa y está sonriendo al castaño que lleva pirciengs. Tiene una sonrisa bonita, las paletas un poco separadas pero tampoco una exageración. Le salen unos hoyuelo muy monos en las mejillas. Empiezo a fijarme en su cuerpo, no es la típica plana con abdomen y cuerpo perfecto, tiene los muslos regordetes.

Miro al que tiene al lado, el chico que iba encaminando su grupo antes en el pasillo. Ahora que está a su lado, se parecen bastante.

De repente, un dedo siendo chasqueado en mi cara me obliga a apartar la mirada. Ha sido Robin.

-Si le sigues mirando te va a patear las bolas, aunque a lo mejor tienes suerte y no se da cuenta de que no paras de mirarle-. Me dice mientras se rie.

-No le estoy mirando, simplemente le observo-. Respondo intentando sonar indiferente. -Por cierto, el tatuado que encaminaba antes el grupo en el pasillo, ¿tiene algún parentesco con MJ?

-Es su hermano, Corbin de 19 años y también Luke, de 17, el otro de ojos verdes-. Abro los ojos un poco sorprendido.

-Ah claro, y los otros, ¿como se llaman?

-El de las dilataciones James, el rubio con tatuajes Logan y la chica de la falda Lea-.

Asiento.

-Oye, ¿y por que le tenéis tanto miedo?-. Pregunto interesado.

-Son los más peligrosos del instituto, venden y consumen droga, se meten en peleas ilegales incluso algunos dicen que trabajan para la mafia, pero eso no me lo trago. Sólo le juzgan por su apariencia y no por lo que son-. Dice mientras pega un trago a su botella de agua. -No saben como son en realidad, aunque sí que es verdad que han cambiado desde una desgracia que le sucedió hace un año-.

Cada vez estoy más interesado por lo que me está contando y no puedo dejar de preguntar.

Mira al frente como si estuviera recordando algo, su cuerpo esta aquí pero sus ojos y su cabeza están en otra parte.

-Hace un año, su padre quiso el divorcio con su madre porque ella le fue infiel, pero la madre quería la custodia aunque sabía que no se lo iban a dar, ya que no tenía trabajo, ¿su solución? Se acostó con el juez para que consiguiera ella a los niños. Pero ellos la odiaban, la odiaban con todo su corazón, porque además de haber sido infiel, la madre había dejado a su padre en la calle sin dinero, sin casa, sin nada. MJ y sus hermanos buscaron trabajo para poder darle algo de dinero a su padre y que no dependiera siempre de sus amigos o su familia-. Para y toma aire. -Después de unos meses, su padre consiguió trabajo y luego, Corbin cumplió los 18, así que se fue con el a vivir y, al ser mayor de edad, le contó al jurado todo lo que había hecho su madre, consiguiendo así que MJ y Luke volvieran con su padre. Cuando lo hicieron, fue la primera vez que vi a MJ llorando, vivir con su madre era un auténtico suplicio, ella odiaba que sus hijos llevaran tatuajes y pirciengs, odiaba que fueran en moto, sin duda, no merecían nada de eso. Tiene que ser duro ver como tu madre, la persona que es para ti un modelo se conviertan en una pesadilla de la cual no puedes escapar, quieras o no, no puedes dejarla de ver. Lo peor de todo es que la gente les juzga por ser como son cuando no tienen motivos para hacerlo, no les conocen y ni se toman las molestias, odio eso-.

Guardo silencio sin saber que decir. Ahora mismo me odio a mi mismo porque yo les había juzgado sin saber como son en realidad. Las apariencias engañan.

-¿Como sabes tanto?-. Pregunto de repente.

El sonríe levemente.

-Fui uno de ellos-.

Suena el timbre de vuelta a clase, Robin se levanta sin decir nada más y desaparece por la puerta de la cafetería entre todas las personas. Luego, cuando todo el mundo se ha ido, regreso yo a clase.

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Las tres últimas horas se pasan rápido, tutoría, alternativa y francés, así que no tengo mucho problema.

Cuando estoy saliendo del instituto, una bicicleta pasa por delante de mis narices y casi me arrolla, pero lo que me sorprende es que un monopatín va enganchado justo detrás suyo. Es una especie de gancho que se engancha en el hierro que hay debajo del sillín, luego tiene más o menos 4 metros de cuerdas y luego una percha de madera a la que se sujeta uno. Me doy cuenta de que quien va en la bici es Corbin y el que va en skate es Luke. Van gritando y saltando como niños. Detrás de ellos va el de las dilataciones con MJ en el monopatín. Lleva las rodillas flexionadas y su pelo se mueve haciendo que le vea las orejas y muchos piercings en ella. Tres en el lóbulo, dos en el cartílago y otro en otra parte de la oreja que no se como se llaman.

-Ew Brown, como vea algún rasguño en Betty, te corto las pelotas!!-. Grita MJ a alguien que no se quien es. Giro la cabeza y veo al rubio con tatuajes (si no recuerdo mal Logan) montando sobre una impresionante moto verde y negra. Detrás de el va Lea, la chica de pelo y ojos morado agarrada a su abdomen.

-Tranqui MJ, he manejado cosas más grandes que esta belleza, no le pasará nada a Betty-. Le responde el.

Intuo que Betty será la moto.

Bajan la cuesta del aparcamiento y salen a la carretera, la moto delante y luego las bicis con sus respectivos monopatines, mientras gritan y dicen obscenidades al instituto.

Sonrío casi inconscientemente.

Me recuerdan a los de osadía, de Divergente. Jóvenes que tienen demasiadas cosas que vivir.

Jóvenes que saben vivir su vida.

TatuadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora