EL ÁNGEL Y EL LEÓN

23 5 1
                                    

Con sus alas rotas... mordisqueadas y desplumadas, al borde del abismo se encontraba.

Rendido, observó a su costado el acecho del león.

–¡Hazlo! –le dijo con su ronca voz.

Al abismo el ángel se lanzó, pero sus alas nunca abrió.

La bestia, con su mirada todo lo siguió... y con su fuerte alarido, todo otra vez dominó.



(En la Divina Tierra, se desconoce el paradero de esta poesía. No se sabe quién, ni para quién fue escrita.)

Enmiendas de un Vendaval.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora