Sofía y Dani

28 6 1
                                    

Mi relación con Cristina no duró mucho. Bueno, relación... No era una relación... Para ella. Yo sufrí cuando me dijo ¡Así, como si nada! Que había quedado con otro chico... Y en plan romántico... Me puse muy celoso... Solo me había acostado tres veces con ella, y ya me quería cambiar por otro. Ese fue mi primer amor sufrido.

Las semanas pasaban, y no me podía quitar de la cabeza a Cristina... Pero verle con el otro en las redes sociales, y, sobre todo, en persona, no me ayudaba a sentirme mejor. Necesitaba encontrar a otra persona... Necesitaba enamorarme otra vez. Estos eran los pensamientos que golpeaban mi cerebro cuando me di cuenta de que estaba perdiendo el equilibrio.

Caí al suelo. No al suelo, exactamente. Caí en las rodillas de una chica. Me dolía el golpe en la cabeza. Suspiré, tratando de aguantar el dolor y abrí los ojos. Sofía Álvarez me miraba con cara de susto, con sus preciosos ojos azules.

—Perdona—dije, aún afectado por el golpe, frotándome la nuca.

—No pasa nada—dijo, con una sonrisa.

Qué ojos más bonitos tenía Sofía. Una sensación que no conocía recorrió mi cuerpo. ¡Estaba enamorado de Cristina! ¡No me podía enamorar de alguien solo con verle la cara!

— ¿Seguro q-q-que estás b-bien? —tartamudeé nervioso.

—Sí—respondió con la misma sonrisa—. A lo mejor el que se ha quedado tonto eres tú—dijo, acariciándome el cuello. Me aparté asustado.

—Perdona—dije, volviendo a acercarme a ella. Sus amigas se reían de mi torpeza y del momento romántico que se estaba montando.

—Definitivamente, estás tonto—rio Sofía.

Me reí. Nos estábamos mirando a los ojos. El timbre del fin del recreo sonó, interrumpiendo lo que podría haber acabado en algo más.

Después de clase, sonreía tímidamente. Andaba por la calle, pensando en Sofía. De pronto, alguien me tocó el hombro. Sabía quién era. Solo tenía que darme la vuelta para ver a Sofía. Y en efecto, era ella.

—Hola—saludó con una sonrisa encantadora.

— ¡Eh! ¿Qué tal?

—Pues aquí—rio.

—Lo que ha pasado antes ha sido muy raro ¿No?

—Jajaja un poco sí.

— ¿Y qué hacemos?

—¿Acaso ha pasado algo? —vaciló.

—No... bueno, la verdad yo...

—¡Te estaba vacilando! Quiero conocerte más. ¿Quedamos el viernes?

— ¡Perfecto!

— ¿Dónde y cuándo?

—Pues como a las 7 menos cuarto, en la puerta del cole. Es cuando salgo del coro.

— ¿Vas a esa mierda?

— ¡No es ninguna mierda!

—Bueno, vale—rio de nuevo.

Ese viernes, quedamos. Nos conocimos. Dos semanas más tarde, empezamos a salir de verdad. No recuerdo más detalles... Dani tiene sus diarios... Yo solo recuerdos de hace muchos años.

Nos acostamos en verano. Después de eso, rompimos. Pero... Volvimos dos semanas más tarde. Que Sofía fue mi primer amor no es verdad. Solo fue mi primera relación realmente duradera. Recuerdo lo bien que lo pasábamos juntos. Sofía me enseñó a ser romántico. Y en cierto modo, Daniel lo agradece. A él le encanta el romanticismo. Y bueno, a mí también.

Antes, durante y después del beso y la rosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora