-¿Es que no tienes camisetas o que? ¿Ese es el ejemplo que piensas darle a tu hija? - Diego se encogió de hombros y Maurice rodó los ojos.-Pareces mi padre. - Maurice frunció el ceño.
-No es mi problema que no supiera educarte. ¿De quién fue la grandísima idea de vivir juntos? - Diego seguía recostado en el sillón cuando escucho pasos bajando la escalera.
-De Diego. - Tais estaba usando una de las camisetas de Diego, con su panza de casi 7 meses.
-¿Ahora entiendes porque no uso camisetas? - Señaló Diego.
-Tais, ¿y a ropa de pre mamá? - ella sonrió.
-Bien gracias ¿y tú? - Maurice no pudo más, se sentía el padre de ambos.
Y ambos actuaban como adolescentes, cuando uno ya era padre y la otra estaba a punto de ser madre. Subió las escaleras y escucho el llamado de Amanda, entro al cuarto donde dormía la pequeña y la cargo en brazos, tenía que ir practicando para cuando naciera su sobrino. Además, Amanda era preciosa, con sus mejillas regordetas y ese cabello rubio, era un encanto de niña, a sus 9 meses ya había robado varios corazones.
-¿Entiendes porque vine a vivir con ustedes? - Maurice asintió. -¿Me contaras algún día lo que pasó con la mujer y El Niño? - el asintió.
Por culpa de esa mujer, había perdido el lazo que más amaba, a Tais. ¡Tais! Esa diablo vestido de mujer, que dice llamarse hermana lo estaba volviendo loco, junto con sus hormonas incontrolables, si no fuera por qué estaba embarazada, seguro ya la habría amordazado o algo así, no importaba si terminaba en presión por tortura a su hermanita, seguro que en tras las rejas había más paz que a lado de Tais.
Si no estaba llorando, estaba riendo y si no, estaba enojada, miro a la pequeña amando y toco la punta de su nariz jugando.
-Tu no vayas a ser como la loca de tu tía Tais. - La niña río encantada. - Y tampoco te enamores de alguien como tú papá.
-Te estoy escuchando Maurice. - al escuchar la voz, se dio media vuelta.
-Mentiras no estoy diciendo. - Se encogió de hombros, Diego rio.
-Debo darte la razón, pero esta princesita nunca se va a enamorar, ¿verdad mi amor? - la niña río inocentemente.
Tais los observaba desde afuera, parecían pareja, Maurice la mamá, no pudo evitarlo y soltó una carcajada, ambos voltearon a mirarla, y fruncieron el ceño, menos Amanda, ella estiro los brazos a su tía Tais, ella gustosa se acercó y la cargo.
-Son la pareja perfecta, ¿para cuándo la boda? - ambos se miraron y dieron un paso en direcciones opuestas.
Tais rodó los ojos, algo muy propio de los tres.
-Hoy llegara más tarde la niñera. - Ella asintió. - La señora que limpia no vendrá hasta mañana, así que come y bebe en trastos que puedas tirar.
-Si papá. - Maurice estaba terminando de arreglarse el nudo, pero como siempre le quedo chueco, Tais lo acomodo. - Listo.
-Te amo hermanita. - le dio un beso en la frente y se fue.
-Yo también te amo cara de cola. - Tais sonrió. Diego le dio un beso a ella, otro a Amanda que dormía plácidamente en su cuna y se fue.
Al poco rato llego la niñera de Amanda, Tais no podía hacerse cargo de ella por mucho tiempo, tenía que pasar 18 horas de 24 acostada, o con los pies en alto, era un embarazo delicado, pero tenía mucha fe en que esta vez si pudiera ver a ese pequeño pateador que llevaba en el vientre.
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Egoísta
RomanceEdrik Bustamante, uno de los solteros más codiciados, según la revista millonarios, estaba en el tercero de la lista, siendo padre soltero, la tarea más difícil que tenía era encontrarle una niñera a su hija, una que no se diera por vencida a la pri...