Capitulo 12.

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-¿Es que no tienes camisetas o que? ¿Ese es el ejemplo que piensas darle a tu hija? - Diego se encogió de hombros y Maurice rodó los ojos.

-Pareces mi padre. - Maurice frunció el ceño.

-No es mi problema que no supiera educarte. ¿De quién fue la grandísima idea de vivir juntos? - Diego seguía recostado en el sillón cuando escucho pasos bajando la escalera.

-De Diego. - Tais estaba usando una de las camisetas de Diego, con su panza de casi 7 meses.

-¿Ahora entiendes porque no uso camisetas? - Señaló Diego.

-Tais, ¿y a ropa de pre mamá? - ella sonrió.

-Bien gracias ¿y tú? - Maurice no pudo más, se sentía el padre de ambos.

Y ambos actuaban como adolescentes, cuando uno ya era padre y la otra estaba a punto de ser madre. Subió las escaleras y escucho el llamado de Amanda, entro al cuarto donde dormía la pequeña y la cargo en brazos, tenía que ir practicando para cuando naciera su sobrino. Además, Amanda era preciosa, con sus mejillas regordetas y ese cabello rubio, era un encanto de niña, a sus 9 meses ya había robado varios corazones.

-¿Entiendes porque vine a vivir con ustedes? - Maurice asintió. -¿Me contaras algún día lo que pasó con la mujer y El Niño? - el asintió.

Por culpa de esa mujer, había perdido el lazo que más amaba, a Tais. ¡Tais! Esa diablo vestido de mujer, que dice llamarse hermana lo estaba volviendo loco, junto con sus hormonas incontrolables, si no fuera por qué estaba embarazada, seguro ya la habría amordazado o algo así, no importaba si terminaba en presión por tortura a su hermanita, seguro que en tras las rejas había más paz que a lado de Tais.

Si no estaba llorando, estaba riendo y si no, estaba enojada, miro a la pequeña amando y toco la punta de su nariz jugando.

-Tu no vayas a ser como la loca de tu tía Tais. - La niña río encantada. - Y tampoco te enamores de alguien como tú papá.

-Te estoy escuchando Maurice. - al escuchar la voz, se dio media vuelta.

-Mentiras no estoy diciendo. - Se encogió de hombros, Diego rio.

-Debo darte la razón, pero esta princesita nunca se va a enamorar, ¿verdad mi amor? - la niña río inocentemente.

Tais los observaba desde afuera, parecían pareja, Maurice la mamá, no pudo evitarlo y soltó una carcajada, ambos voltearon a mirarla, y fruncieron el ceño, menos Amanda, ella estiro los brazos a su tía Tais, ella gustosa se acercó y la cargo.

-Son la pareja perfecta, ¿para cuándo la boda? - ambos se miraron y dieron un paso en direcciones opuestas.

Tais rodó los ojos, algo muy propio de los tres.

-Hoy llegara más tarde la niñera. - Ella asintió. - La señora que limpia no vendrá hasta mañana, así que come y bebe en trastos que puedas tirar.

-Si papá. - Maurice estaba terminando de arreglarse el nudo, pero como siempre le quedo chueco, Tais lo acomodo. - Listo.

-Te amo hermanita. - le dio un beso en la frente y se fue.

-Yo también te amo cara de cola. - Tais sonrió. Diego le dio un beso a ella, otro a Amanda que dormía plácidamente en su cuna y se fue.

Al poco rato llego la niñera de Amanda, Tais no podía hacerse cargo de ella por mucho tiempo, tenía que pasar 18 horas de 24 acostada, o con los pies en alto, era un embarazo delicado, pero tenía mucha fe en que esta vez si pudiera ver a ese pequeño pateador que llevaba en el vientre.

EgoístaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora