Capitulo 4

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"Dicen que los borrachos son como los gatos: todos saben que han regresado a la casa, pero nadie sabe cómo. Apuesto a que tu familia pensó eso cuando llegaste a tu casa, pero no estoy seguro, yo no soy tú si no te has dado cuenta. Por mi cuenta debo decir que esa frase tenía mucho sentido en mi vida"

Los rayos del sol filtrándose por la ventana de la sala le despertaron de su corto letargo de cuatro horas. Soltando un gruñido de protesta se levantó a regañadientes del sofá del cual no duro mucho, pues al moverse bruscamente termino en el suelo.

—Te ves patético— dijo una voz bastante conocido.

—Cállate Phil— dijo sintiendo un gran dolor de cabeza; como odiaba tanto las resacas de la mañana.

—Yo no soy el ebrio— dijo aquel hombre pelirrojo de 27 años que le ayudaba a levantarse. Después de todo era su hermano menor, no podía permitirse que este se humillara aún más— ¿Dónde estuviste? Pyronica estaba preocupada por ti— pregunto. Ya no sabía si estaba enojado o realmente le interesaba su increíble aventura nocturna.

—Me salí de le fiesta con un amigo que hice en la fiesta.

— ¿Y la dejaste sola?— definitivamente su hermano estaba enojado— Joder Bill, no puedo confiar en ti.

— ¿Quién dijo que lo hicieras?— se agarró la cabeza. Le estaba matando la cabeza y sentía unas horribles ganas de vomitar.

—Como sea— rodo los ojos exasperado— vete a duchar estas que das asco y después bajas a desayunar— y tras decir eso se fue de la sala dejándolo solo. No tardó mucho en hacer lo mismo y tras ir a su cuarto y recoger unas cuantas prendas limpias salió al baño que estaba en la planta de arriba de la casa.

Cerró con seguro solo para soltar la ropa al suelo y correr al excusado donde empezó a vomitar. No había comido nada desde ayer en la tarde por lo que solo expulso una especia de bilis transparente e increíblemente amarga que le dejo una mala sensación en la garganta.

Tras acabar y limpiarse la boca con el dorso de la mano, camino al lavamanos y abrió el grifo del agua. Mientras procedía a enjugarse la boca, se vio en el pequeño espejo que colgaba en la pared. Vaya que Phil tenía razón. Estaba que daba asco. Su ya de por si piel pálida se había tornado casi amarillenta. Tenía unas ojeras bastante notorias. Su cabello era un desastre y sus ojos estaban totalmente rojos. Sin duda daba un aspecto más enfermizo por el color amarillento de su iris.

Desvió la mirada, no quería ver más su reflejo. Le daba aún más nauseas. Sin miramientos se empezó a desnudar. Su cuerpo no estaba tan mal. Era alto y delgado, tal vez demasiado pero él no lo creía así. Llevo sus manos a los costados y los apretó sintiendo el contacto con sus costillas. Hizo una mueca dejando eso y entro a la regadera. Necesitaba despejar su mente.

"todo parecía tan rutinario Dipper, tan jodidamente calmado que pensé que sería otro día de mierda. Gracias por hacer ver ese error"

—Buenos días Pyronica— saludo un Bill recién duchado. Vestía unos pants negros y una playera de mangas cortas de color amarilla. Unas gafas de sol cubrían sus ojos. Estaba en el comedor. Enfrente de el estaba un plato de huevos fritos tocino. Al lado del plato estaba una taza humeante de café negro.

— ¿Qué tienen de buenos?— gruño la joven de cabellos rosas al contrario de Bill se veía más entera a pesar de aquella piyama su pinta de haber despertado — ¿Dónde demonios te metiste?— pregunto mientras tomaba de su taza.

—De todos modos me ibas abandonar— hizo un puchero, pues era verdad esa chica anteriormente lo había dejado a su suerte— con un amigo que conocí.

—Entonces cogiste con alguien, bueno eso no me sorprende, siempre has sido un puto — suspiro — dime que al menos fuiste el activo.

—Dije que era un amigo, aunque nos besamos ayer, pero no pasó nada— frunció el ceño ante el comentario de su amiga — ¿Dónde está Phil?

—Se fue a su trabajo, le toca los sábados media día— comento algo frustrada, al parecer otras vez le tocaba pelear— pero bueno dejemos eso aun lado ¿Quién era ese chico para que no tuvieran sexo? Eso es muy raro en ti, no pensé que solo llegarías esas cursilerías.

—No lo son de hecho le di mi celular— sonrió victorioso— es más le llamare ahora mismo— dijo aunque pensándolo bien, nunca lo vio— mi celular...le di mi celular— susurro.

—Que tierno eres— comento con sarcasmo antes de echarse a reír.

—Ya cierra la boca— gruño antes de empezar a tomar su café. No sabía tan mal y de hecho le despejo aquel horrible embrollo que tenía como cerebro. Después engullo los huevos y el tocino con un hambre voraz— solo voy a llamarle desde mi teléfono y voy por él. Asunto arreglado.

—En estos momentos ya debió haberlo vendido por internet— comento la chica como si nada

—No lo creo, él se veía decente.

—No te creo.

— ¿Por qué?

—Jamás te juntas con personas decentes— dijo antes de empezar a recoger las cosas dejando al rubio en silencio.

"Tenía razón con que eres una persona decente y aunque ella tenía razón que mi selecto grupo de amistades no lo era, tú eras la gran excepción. Eras una variable rara en mi vida ¿y sabes que cosas hacen las cosas distintas a todas? Exacto, te joden la vida"

Continuara.

Bueno un poco tarde pero logre hacer mi cometido de subirlo pronto, el próximo será por el domingo o lunes.

No olviden sus sensuales votos y sus comentarios respecto a este sensual capitulo,

Nos vemos.

Te odio (BillDip) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora