Capítulo II

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El Guardián de los Sueños

Cientos de mariposas doradas y brillantes, imposibilitaba que la bestia se moviera, fijándose en su cuerpo hasta sujetarlo como si todas juntas fuesen una red que aprisionó al monstruo. Parecían estar poseídas por una fuerza invisible que las hacía enfrentarse al horrible monstruo, sentí como si hubiera visto antes a estos seres de esplendoroso brillo que iluminaba toda la azotea, Era como si tuviera una conexión extraña con ellos.

—¿Qué es esto? —Me pregunté sin dar crédito a lo que estaba ocurriendo.

«¿Acaso alguien las está manipulando?» Me preguntaba mientras más de esas mariposas seguían apareciendo hasta ver de dónde provenían; a unos casi 5 centímetros de mis manos habían dos círculos perfectos con un tejido en su centro como el de una telaraña tomaban forma, eran dos atrapasueños iluminados por una luz dorada muy parecido a aquel que años atrás me había regalado Remina. Las mariposas de estos dos símbolos emergen como un enjambre brillando con intensidad, y fue ahí cuando pude cerciorarme de que los insectos luminiscentes se adhirieron al cuerpo de este monstruo para protegerme.

«¿Soy yo quien las está invocando?» Me pregunté mientras veía cómo todo esto se hacía cada vez más fantasioso, «Tal vez todo esto sea un mal sueño y solo tenga que despertar en este momento.» Era lo que pasaba en mi cabeza ingenuamente.

Pasé del miedo al asombro al notar algo más en el  ambiente y fue la aparición repentina de otra persona. Al girar la vista para ver quien era, note que había saltado desde el edificio del frente hasta la azotea de donde vivía sin el mayor de los esfuerzos haciendo que retrocediera unos pasos hasta verlo pisar el suelo. El sujeto desenvainó una espada de lo que parecía ser más bien una lámpara con una sobresaliente llama azul colgando a su costado, y a medida que sacaba la hoja del arma se encendía al instante con un refulgente fuego de aquel objeto misterioso, quedándose al frente de mí como si intentara protegerme. Haciendo que me diera cuenta que traía puesta una chaqueta con una capucha como ese chico en mis sueños, al darme cuenta de ese detalle me percaté que era la persona que había soñado y más cuando descubrió su cabeza dejando ver ese cabello oscuro. Pero él no giró su vista hacia mí, su mirada permanecía fija en la criatura doblegada por las mariposas.

«¿Él también se había vuelto real?» pensé en ese momento, «¿Aún sigo en un sueño? ¿por qué no puedo despertar?» Las preguntas volvían a retumbar en mi cabeza.

Solo después de darse cuenta de lo que sucedía el desconocido me miró unos instantes como si buscara percatarse de algo y volvió a ver el monstruo quien no dejaba de forcejear para intentar liberarse.

—Me disculpo por no haberte encontrado antes de que esta bestia apareciera. —dijo el misterioso sujeto empuñando audaz su flamígera espada— hubiera evitado que pasaras por este horrible momento—. Concluyó.

Esa fue la primera vez que lo había escuchado hablar, en mis sueños nunca pronunciaba alguna palabra. Desde que aparecía hasta que terminaba el combate con las bestias, siempre permanecía en un silencio fúnebre.

—¿Qui-quién eres?—Titubeo al intentar hablarle. —¿Qué es ese horrible monstruo? ¿Qué demonios es todo lo que está pasando aquí?

Lancé mis preguntas sin evitar mostrar el terror y la confusión que tenía, todo esto me parecía una locura de pesadilla, quería despertar.

—Mi nombre es Zeylan Leví y soy un guardián de los sueños —respondió observando a la bestia sin bajar la guardia, el engendro gruñó desesperado dándome un susto, mi corazón comenzó a acelerarse y palpitar con prisa. —esa bestia que estás viendo es un nóctofago, una pesadilla escapada de la mente de un soñador. No dudará en devorarnos una vez que despertamos en el Reino de Medianoche.

Mera y El Poder del AtrapasueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora