1. El gran día.

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Nervioso, dejó caer el bolígrafo de su mano y rebotó en aquella mesa de madera de clase. Era el último examen y para Ryan empezaban las vacaciones de verano.

Era un joven alto, de 19 años que vivía en Nueva York. Tenía una ligera barba en su cara, era moreno de cabellera y gay de nacimiento. Su cuerpo estaba ligeramente musculado pero no en exceso, lo justo de 5 horas semanales de gimnasio. No más.

Ryan vivía sólo en un pequeño apartamento en una de las principales calles de la ciudad, ya que estaba solero. Alguna vez se había enrollado con algunos chicos, pero casi siempre era sólo sexo. Follaban toda la noche y al proponerle Ryan que sean novios, siempre salían corriendo del lugar. Parece que los hombres de allí no estaban hechos para tener una pareja estable, si eso follamigos.

Era un gran fan de Justin Bieber, desde que apareció su primera canción. Se sabe las coreografías, desde "Baby" hasta "Sorry" e incluso tiene un tatuaje que pone "Believe", en su muñeca derecha.

Esta noche era muy especial para él ya que no solo había terminado los examenes y estaba oficialmente de vacaciones, sino que esta misma noche iba a su primer concierto con Justin Bieber, además con una de las entradas más caras, que incluye acceso al backstage para conocerle tras acabar el show.

Estaba nervioso, no sabía qué ropa llevar, ni siquiera qué le iba a decir. Le iba a pedir una foto, eso por supuesto, para poder subirla en Instagram y que le llenen la cuenta de "me gusta". Le encantaban ese tipo de cosas.

También tenía claro que lo iba a abrazar, y estaría un rato en silencio, para sentir su latido del corazón y su respiración tranquila. Pensar eso le estaba poniendo muy palote.

Decidió meterse a la ducha. Tenía que estar 100% limpio y aseado para el gran encuentro. Llevaba toda su vida esperando ese momento. Encendió el grifo. El agua comenzó a recorrer su desnudo cuerpo. Cogió una esponja amarilla y le echó un poco de gel con olor a fruta. Se lo restregó por todo su cuerpo, enjabonandose entero. Cuando lo consiguió se eliminó la espuma con la ayuda del agua. Estaba caliente, llenando el baño de un vaho cálido que era muy agradable.

Salió de la ducha.

Se puso a secarse con una gran toalla blanca de algodón, que era muy suave, y fue poco a poco secando los brazos, el torso, el culo, las piernas, etc... Descubrió que ya era hora de depilarse.

Durante los exámenes dejó ese tema olvidado, ya que la mayor parte de su tiempo la ocupaba estudiando y únicamente descansaba mientras se duchaba. Su momento favorito del día.

No tenía mucho pelo, pero si se notaba y picaba, y había que eliminarlo.

Llenó de agua el lavabo y cogió una cuchilla y el bote de espuma.

Roció la espuma, en primer lugar sobre su pierna izquierda, y la expandió. Cogió la cuchilla y comenzó a deslizarla lentamente y con mucho cuidado para no hacerse ningún corte. Repitió el mismo proceso para la pierna derecha.

Luego quiso recortarse el vello del pecho, que en realidad tenía cuatro pelos escasos y se los arrancó con unas ligeras pinzas, uno por uno.

Continuó por las axilas, que era quizás la zona en la que más pelo acumulaba hasta el momento. Volvió a repetir el proceso igual que las piernas, echó un poco de espuma y pasó la cuchilla.

Pudo ver cómo la hoja de la cuchilla se llenaba de unos pelos marrones, largos y rizados. La suavidad de sus sobacos depilados le sorprendió mucho. Estaban perfectos.

La barba no quería tocarla. Le daba un punto sexy y único. No quería perderla.

Únicamente quedaba su vello púbico. Ryan no recordaba nunca haberlo tenido tan largo. Siempre, desde pequeñito, en cuanto le salia el pelo, se lo quitaba. No le gustaba que su pene estuviera rodeado de un pelo rizado tan desagradable.

Pero, Ryan recordaba que, en las noches tras largas horas de estudio, cuando se metía en su cama y se masturbaba le gustaba agarrar el pelo y tirar de él un poco, le producía una pequeña señal de placer.

Pero eso debía de terminar. Cuando se corría se le quedaban parte de los restos de semen en ese vello espesamente negro y no le gustaba el olor que debaja.

Decidió poner más espuma en su entrepierna y comenzó a depilarla hasta que se quedó sin ningún pelo, ni en el pubis ni en los testículos.

Miró la hora. Las 18:30.

-Mierda-Pensó Ryan que ya iba con retraso.

Corrió a su habitación para vestirse. El concierto empezaría en unas horas.

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CONTINUARÁ...

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Quería empezar con una nueva novela. Además de escribir "Las pajas de Auryn" me gustaría tener esta otra novela y escribirla paralelamente.

Espero que os guste este primer capítulo. Subiré nuevos con regularidad.

Me gustaría que opinarais en los comentarios de lo que sea, si os gusta, si no os gusta o si pensais que no merece la pena y que no la escriba.

Muchas gracias. ;)

Compartiendo calzoncillos. (Bieber Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora