8. Grindr (Parte 1)

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Se quedó helado. No sabía qué cara estaba poniendo ni si Justin se había dado cuenta de que Ryan habia hecho aquél descubrimiento.

Quizás estaba tardando demasiado tiempo en reaccionar.

El mundo se había detenido en ese mismo instante. Ya no pasaban las horas minutos y segundos. Todo se desvaneció.

Ya no estaba en ese baño con aquél hombre que ya era más que su ídolo, sino que se podría decir que eran novios...¿se podía decir, no? Al menos él nunca había sentido algo tan grande por alguien...y por algo grande no se estaba refiriendo a su pene.

-¿Estás bien?-Dijo Justin poniendose de pie de aquella bañera.-Te veo un poco pálido.

<<¡¡¿un poco plaído??!!>>-Pensó Ryan-<<¿Cómo quiere que reaccione ante tal situación?>>

<<Tenía el puto Grindr instalado. El puto Grindr. Sí, esa app para "ligar" entre gays que no sirve para ligar, sino más bien para intercambiarse fotos en déficit de ropa . Sí. esa app en la que las fotos de pollas son la verdadera motivación para seguir con ella. Esa app, en la que tus sentimientos se rompen por culpa de hombres que sólo quieren follarte y tu buscas algo más serio. Esa app...>>.

-No, no me pasa nada-Respondió finalmente Ryan, después de todos esos pensamientos que le inundaron la cabeza.

-Bueno cariño, pues dame un besito-Dijo Justin cerrando los ojos y encarando los labios hacia los suyos.

-Me tengo que ir-Contestó tajante Ryan, mientras buscaba sus calzoncillos, tirados en algún lugar de se baño.

<<Mierda. Los calzoncillos que llevaba son los boxers rojos Calvin Klein de Justin y se los acabo de devolver.>> Lo peor es que, los pantalones eran una de chandal grises, de tiro ancho, por lo que su rabo, en ausencia de ropa interior, se le marcaba mucho en esos pantalones de deporte.

Justin observaba la escena con cierta desorientación. No sabía a qué se debía aquel cambio en la actitud de Ryan. Así, de repente.

-¿Te acompaño a la puerta?-Dijo Justin mientras se anudaba una toalla blanca en la cadera, mientras aún goteaba agua enjabonada desde su precioso cuerpo hacia el suelo negro del baño en el que estaban.

-No hace falta, se donde está la salida.-Dijo Ryan, que, segundos después de pronunciar aquello, se arrepintió mucho de haberlo dicho.

Se arrepintió porque era el momento que toda su vida había imaginado; poder llegar a conocer a tu ídolo. No solo conocer, sino también besarle, comerle al boca, comerle la polla...sentirle dentro... oler su ropa interior, probar el sabor salado de su semen... oler su frío sudor...ducharse con él...compartir miles de experiencias juntos...pero lo del Grindr le había hecho mucho daño.

Es cierto que todavía no eran novios de manera oficial (se podría provocar un gran revuelo entre las adolescentes de medio mundo al saber que el chico de sus sueños, su novio ideal en en realidad homosexual. Podría provocar un descenso de las ventas de sus discos, entradas de conciertos y demás. Seguía siendo un icono heterosexual. Todo un macho. Y esa era una de las cosas que más le ponía a Ryan; la pinta de hetero de Justin y el sentimiento de que con él, había roto todas las normas.

Pero por lo visto no era el único.

Se fue corriendo a su casa. Iba por la calle sin rumbo fijo, pensado en un montón de cosas negativas.  No sabía lo que hacer. ¿debería decirselo? ¿cómo sería su relación con él a partir de ahora? ¿se habría acabado todo? ¿es el final?

No lo sabía.

Llegó a su casa. Se quitó toda la ropa. Le apetecía pasar un tiempo sólo y desnudo.

Se tumbó en su cama.

Tenía los ojos muy abiertos. La mandíbula bloqueada, haciendo fuerza con los dientes

Necesitaba relajarse.

Cogió su mano derecha y se la acercó a su boca. Escupió un par de veces.  A la vez, iba agitando su flácido pene con la mano izquierda. Cuando consiguió la erección, llevó su mano derecha al glande y lo empapó con su fresca saliva.

Comenzó a agitar su pene, de arriba a abajo, con gran fuerza y precisión. No pensaba en nada. Seguía apretando los dientes.

Su pene comenzó a teñirse de un color rojizo. Quizás estaba haciendo demasiada fuerza.

Continuó masturbándose hasta que llegó al clímaxy y soltó un grito de liberación, más que de placer. Su pecho se llenó de un líquido blanco, aunque no fue en exceso.

Rompió a llorar justo después.

Algo tenía que hacer.

Se levantó y buscó su móvil, que sabía que lo habia dejado tirado en algún lugar de la casa.

3 llamadas perdidas de Justin. No iba a devolverselas, al menos por ahora.

Puso su contraseña, desbloqueó el teléfono y se fue directo a la app store.

Pinchó en la barra de búsqueda y tecleó "Grindr, app gay"

Conforme con ello, aceptó y le dió a descargar.

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CONTINUARÁ...

***

Me gustaría mucho que me llenaseis esto de comentarios y likes. Y sobre todo, de muchas, muchas visitas.

Cuantas más visitas y comentarios tenga,  más rápido subiré el resto de capítulos.

Espero que os guste... a disfrutarlo!!!




Compartiendo calzoncillos. (Bieber Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora