Capítulo 10: Kanima

1.4K 133 10
                                    

Después de noquear al gigante y dejarlo fuera de combate, nuestro equipo recupera los puntos perdidos hasta quedar nueve a nueve.

El entrenador Finstock ha hecho entrar a Boyd al partido dado que uno de los chicos de nuestro equipo ha recibido una expulsión cuando uno de los del otro equipo ha fingido una lesión.

Boyd se está volviendo loco... Sus ojos brillan dorados y gruñe de tanto en tanto.

Los Argent lo van a ver. Lo matarán si se enteran.

- Boyd, debes detenerte. Tus ojos. Sal del campo. - le dice Scott.

Boyd le suelta un gruñido furioso a modo de respuesta.

La verdad es que este chico es bastante intimidante.

La pelota es lanzada al campo por el árbitro y corro para alcanzarla antes que Boyd.

Este chico es capaz de matar a alguien ahora mismo. Debo mantenerlo alejado del juego.

La gente aplaude cuando nuestro equipo toma la pelota.

- ¡Corre, Sykes! ¡CORRE! - oigo que grita Finstock.

Echo a correr campo arriba hacia la portería del equipo contrincante.

No tengo un tiro limpio...

Le paso la pelota a Scott, que de repente aparece a mi lado, y él marca por mí.

Todos aplauden y lo celebran pero yo no... Me quedo mirando un chico con el número 42 impreso en su camiseta del equipo contrario.

Va directo hacia Scott. Lo va a derribar para que no pueda seguir jugando.

Corro y me interpongo en el camino del chico.

Éste no logra frenar a tiempo y me golpea con fuerza, tirándome al suelo y haciendo que me retuerza de dolor.

Esto te pasa por no tener masa muscular. Hay que hacer más deporte, Brooke.

Que seas medio ciervo no te salvará siempre el culo.

Cierro los ojos con fuerza y reprimo un grito de dolor.

La pierna me duele como si me la hubiesen partido por la mitad.

No oigo ni una mosca, sólo el silbato del árbitro sonar con fuerza y haciendo retumbar mis oídos.

Entonces oigo pasos de alguien corriendo hacia donde yo estoy.

La verdad es que prefiero salir malherida yo, a que salga Scott. Supongo que por eso he recibido el golpe de su parte.

Los brazos que cada vez se me hacen más familiares me rodean.

- Brooklyn...

- Jackson. Dime que no está rota. - le suplico con los ojos cerrados y rezando para que se me cure la pierna rápidamente antes de que alguien se de cuenta.

Como Jackson no contesta, levanto la cabeza levemente y... Efectivamente, mi pierna está rota. Está girada en un extraño ángulo.

De repente me siento mareada y me veo obligada a cerrar los ojos de nuevo. Dejo caer mi cabeza y ésta queda apoyada en el musculoso brazo de Jackson.

- Ayúdame a levantarme antes de que vengan, corre. - le digo en forma de orden, más que como una petición.

Si alguien se da cuenta de que mi pierna está rota, también se darán cuenta que a los diez minutos ya la tendré completamente curada como si no hubiese pasado nada.

Atrapada En Mi Instinto {2a temp. de AETW} {TERMINADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora