Parte 3 -Mensaje en una botella

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Capítulo 3 –Mensaje en una botella

Complejo departamental, Odaiba.

Tocó el timbre y esperó. La puerta fue abierta.

Un chico de cabello castaño, ligeramente largo y desordenado abrió la puerta. Llevaba un refresco en la mano que terminó en el piso por la sorpresa de quien había tocado el timbre.

―Ah... ¿Ryo?

Ryo Akiyama sonrió como el solo sabía. Taichi definitivamente no esperaba su visita y la verdad es que ni el mismo la hubiera imaginado, al menos no en esas circunstancias.

―¿Qué onda Tai? ―Tan carismático como siempre.

Ambos se llevaron por el repentino entusiasmo y se abrazaron. Años y años de no verse. Estaban tan distintos, sin embargo, su esencia seguía presente.

―Vaya que sorpresa. Pasa, ―dijo Taichi apartándose del marco de la puerta ―pasa. Siéntate.

Ryo obedeció y se sentó en uno de los sillones de la pequeña sala. Pudo observar en una de las mesas una foto de la familia Kamiya. Los padres de Tai se miraban mayores, su madre ya tenía el cabello pintado con mechones blancos y su padre había ganado un poco de peso y de cabello blanco, la hermana menor, Hikari (si no mal recordaba) seguía igual de tierna como la recordaba aunque claro: la palabra niña no servía para describirla.

―Repito: que sorpresa. ¿Qué te trae por acá?

Tai se sentó en el sillón de al lado y le ofreció un refresco. El ojiazul moría de sed y no se había dado cuenta.

―Me gustaría decir que es una visita amistosa, viejo. ―Tai dejó su sonrisa y miró con seriedad a su viejo amigo. ―Pero no, hoy vengo como un mensajero.

―¿Un mensaje? ¿De quién?

―Gennai.

Ambos se miraron un par de segundos y al cabo de un par de segundos más Taichi supo el significado de aquella visita.

Nada, nada estaba bien.


Akiyama no tenía ni una hora en el departamento de Tai cuando llegó Izzy ante el llamado del castaño. El ojiazul no evitó ocultar la cara de sorpresa al ver al joven Izumi entrando por el departamento como si fuera suyo, su cabello era corto, muy corto en comparación a como lo llevaba antes, vestía muy formal para haber estado haciendo "nada" en su casa cuando lo llamaron, y para variar traía una mochila en la que seguro llevaba una laptop y otros gadgets que solían ser inseparables para el pelirrojo.

―Pedí un par de pizzas ―dijo Tai saliendo de la cocina con el teléfono en mano. ―Izzy, viniste muy pronto.

―Bueno, dijeron que era importante, y cito: "Pelirrojo genio de la informática, el Digimundo está en peligro y nosotros moriremos", fin de la cita. No es un mensaje fácil de evadir.

―¿Eso le dijiste? ―Preguntó Ryo entre risas. Solo Tai podría hacer sonar gracioso un tema tan delicado.

El pelirrojo caminó y se sentó en el sillón junto a Tai mientras Ryo ponía su portafolio en la mesa de centro. Sacó una hoja con un texto escrito y una tablet. Les entregó la hoja a los chicos.

―La enviaron el primero de agosto. Al parecer la información estuvo nadando en la red todo este tiempo, ―suspiró pensando en qué habría pasado si el mensaje hubiera llegado antes ―al parecer simplemente enviaron el mensaje. Como un mensaje en una botella que tiran al mar.

―Este mensaje... ¿es todo? ―Preguntó con intriga Tai.

Solo estaban escritas unas cuantas líneas, que se repetía por toda la hoja.

"Necesitamos ayuda. Digielegidos, una vez más acudimos a ustedes, el Digimundo está en peligro... y eventualmente su mundo."

―Eso no es todo, ―continúo Ryo ―los ataques digimons ya han llegado a nuestro mundo.


El timbre volvió a sonar en el departamento de Taichi Kamiya, la pizza había llegado al fin.

¡Digimon, la lucha continúa!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora