Comida.

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-Oye ¿Qué te pasa? Cuantos años crees que tengo, tengo 22 no estoy tan grande niña.- dijo él, hijo de su madre iba a matarlo definitivamente de qué lado estaba?

-Exacto Leonardo tiene toda la razón así que iras con él o no iras.- dijo mi prudente y agradable padre.

-Está bien.- dijimos los dos resignados.

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Después de la cena nos despedimos de mis padres.

-Iremos en mi carro.- dije sin pedir su opinión.

-Está bien.- gruño

-¿Alguna vez te han dicho que solo los animales gruñen?.- pregunte

-¿alguna vez te han dicho que calladita te ves más bonita? O no lo creo por  que estas feas como sea.- dijo él.

-Imbécil.- dije y le di un pisotón con mi tacón lo más fuerte que pude.

-Oye eso dolió fea, ¿Cuál es tu problema?

-Tú! Tú eres mi problema.

Llegamos a la casa donde seria la fiesta después de un trayecto de un silencio incomodo.

-Llegamos.- dije sonriendo emocionada olvidando con quien venía.

-No me digas.- dijo sarcástico

-Oh no puedes entrar así.- dije viendo su traje tan formal.

-¿Que se supone que haga?

-Déjame a mi.- y le quite el saco le desabroche los tres primeros botones de su camisa.

Polos Opuestos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora