Treinta días para conseguir novio. → njh.

02. ¡Esto no es mío!

Me tiré de manera brusca en mi cama y suspiré sonoramente, me quede viendo el techo por unos segundos sin saber que hacer, sin duda no fue un buen día de búsqueda y cabe destacar que estoy cansada.

Mi momento de descanso se vio interrumpido por el sonido de mi computadora indicando que alguien me estaba llamando por skype, me paré de la cama y opté por responder la llamada, la cara de Lauren se expandió por toda la pantalla.

—¿Qué quieres? —dije volviendo a tirarme en la cama.

—¡Hasta que por fin te dignas a contestar mujer! —chilló ella—. Pasé más de una hora llamándote, creí que habías muerto. 

 Fruncí el ceño mientras me paraba de la cama.

—¿Qué? ¡no me digas que quede sin batería!  —refunfuñe.

Abrí mi bolso buscando mi teléfono mientras la risa de Lauren sonaba por la habitación.

Me sorprendí al sacar un iphone 6 de mi bolso, lo observe detenidamente, ¡este no era mi teléfono! Apenas había logrado comprar el 5s y por arte de magia aparece el 6 en mi bolso.

—¿Pasa algo? Estas pálida —opinó—. No me digas que perdiste tu teléfono.

Aún sin asimilar del todo la situación alce mi mano en alto, mostrando el gran teléfono por lo cual Lauren me miró con el ceño fruncido.

—No me digas que cambiaste de teléfono —se movió de manera brusca para sacar el suyo y lo restregó por toda la pantalla—. ¿Ves esto? ¡Es un maldito 4s! Tú amiga mía, tienes mucha suerte.

Negué con mi cabeza varias veces preocupada.

—No puedo conservarlo, Lauren.

—¿Por qué no? ¿Te parece muy grande? —note una pizca de curiosidad en sus ojos—. Puedo aceptarlo con gusto.

—¡No! —grité desesperada—. ¡Este teléfono no es mío!.

Lauren puso una mano en su boca mostrándose sorprendida.

—¡¿Lo haz robado?!  —gritó a todo pulmón—. ¿Tienes idea de lo que hiciste? Es horrible, perdí toda la fe que tenía en ti Megan, ¿cómo te atreves? Debí de suponer que esto-

—¡Lauren! —dije interrumpiéndola—. No lo he robado.

—¡Ave María purísima!  —exclamó—. ¿Entonces de quién es?

—No lo se, estaba en mi bolso y... ¡sorpresa, el mío no esta!

El miedo y la angustia se extendieron por todo mi cuerpo, relamí mis labios nerviosa mientras mi cabeza se nublaba de pensamientos.

¿De quién era este teléfono?

¿Donde esta el mio?

Mi serie de preguntas mentales se vieron interrumpidas por el típico tono de llamada que tienen la mayoría de los iphone's.

Miré a Lauren asustada.

—¿Quién es? —preguntó ella con una ceja muy en alto.

Fruncí el ceño mientras intente leer el nombre en la pantalla.

—Harry Styles —dije bastante extrañada.

—¿Quién? —preguntó Lauren extrañada.

Agite el teléfono con nerviosismo.

—¡Qué se yo! Si el teléfono es de un desconocido obviamente llamarán desconocidos —grité.

—¿Qué esperas para contestar, idiota? —exclama de manera estresante.