Capítulo 3

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La cabeza me daba vueltas, vueltas y vueltas sin cesar, aun estando con los ojos cerrados podia sentir todo girando a mi alrededor, me costaba respirar con normalidad, todo era oscuridad a mi alrededor, sentía mi cuerpo moverse de un lado a otro.

"Abre los ojos."

Logre escuchar nuevamente esa voz de junto con aquella calida sensación un tanto muy familiar que me rodeaba, podia escuchar el ir y venir de las olas, pero no era el tipico que solia ver, se escuchaba diferente, aunque no podia verlo no tenia dudas, era inquieto, furioso, como si grandes olas golpearan con fuerza en las rocas, como poco antes de oir aquella voz.

"...él pronto vendrá."

¿Él vendra? 

¿Quién vendrá? 

Al sentir algo húmedo por mis piernas, empece a luchar con mayor intensidad en abrir mis ojos, pero sentía los parpados tan pesados, tuve que luchar mucho más para poder por fin abrirlos, sentí un silbido en mis oídos, el cual poco a poco fue bajando hasta que logre volver en si por completo, me tomo un poco más de tiempo de lo que pensaba en darme cuenta lo que pasaba a mi alrededor, pero creí que estaba soñando, cuando me di cuenta de que estaba rodeada de barrotes, como una especie de celda intente levantar pero mis piernas me fallaron y volví a caer, me raspe las palmas de las manos junto a mis rodillas, pude sentir el piso húmedo, acaso era... ¿agua?

—Por fin despertó. — murmuro alguien a mi costado, al girarme en aquella dirección lo primero que note fue lo extraño del lugar, sin dudas no era la única que se encontraba allí, habían más celdas, paredes de ladrillos, techos altos, antorchas apagadas intercaladas en las columnas, por el brillo que ingresaba por las pequeñas ventanillas supuse que era de día por ello no eran necesario aun encenderlas, pero lo que llamaba aún más mi atención eran las celdas, muchas pero muchas de ellas, pero luego estaba ese joven a mi lado, con aquella sonrisa cuadrada familiar, cabello negro, algo largo para mi sorpresa y con una coleta atada en la parte superior y lo demas suelto, con algunos mechones adelante que amenazaban en ocultar su mirada, con aquellos ojos amigables que parecían destellar como cada vez que me veía, esto parecía ser un sueño.—Gane la apuesta San, el chico no estaba muerto... —exclamo WooYoung mientras metía sus brazos entre los barrotes y se apoyaba, juntando sus manos, entrelazando sus dedos. —Hola. — sonrió amigablemente mientras ladeaba su rostro, este miro directamente a los ojos por unos segundos, hasta que alzo la mirada por encima de mi hombro tras no responderle, me gire hacia el otro lado y en la celda a mi izquierda lo vi, sentado en un rincón, con uno de sus brazos apoyado sobre una de sus rodillas y mirando fijamente los barrotes que tenia enfrente.

—Eso es bueno, porque tampoco no tenía nada a la mano para poder despertarle. —le respondió el otro con una sonrisa algo forzada entre sus labios, pero con aquellos ojos llenos de preocupación debido a la situación que nos rodeaba pero aun desconocía. Ellos dos aquí, San y WooYoung aquí, en primer lugar, ¿que es aquí? ¡¿donde mierda estamos?! 

— ¿Woo...Young? —tenía que ser un sueño. — ¿S-San? — claramente esto debía de ser un sueño, este al escucharme se giró a verme y sin duda era él, sentí un fastidio en mi pecho, algo que me dificultaba respirar. Junto con un dolor agudo en mi cabeza. — ¿Q-que hacen...que hacemos aquí?

— ¿Nos conocemos? — pregunto WooYoung. —¿San...?—el mencionado alzo una ceja mientras me analizaba más a fondo.

—No. — respondió San casi de inmediato. — No lo reconozco. — este inmediatamente se levantó y se apartó lo más que pudo de mí, aun con los brazos cruzados y una mirada llena de cansancio y fastidio.

goodbye, captain |ATEEZ|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora