Obsessed {j.b}

7.

- ¿De qué hablas Amy?- Ella cerró los ojos en signo de dolor. - Déjame ver la herida. 

- No es nada, estoy bien. - Sarah intentó levantar su remera para ver pero Amy se corrió rápidamente. -Dije que estoy bien.

-No estás bien Amy, ya déjame ver. - le dijo Sarah. Esta vez Amy no puso oposición y se levantó la remera ella misma, dejando ver un tajo abierto rodeado de magulladuras y moretones. Sarah dió un saltito exagerado de espanto. - Dios mío, se ve doloroso. Iré a buscar algo para curarte.

-Estoy bien chicas.

-No, no lo estás. Luego nos explicarás bien que significa todo esto. - Dicho esto Sarah desapareció por la puerta de la sala y quedamos Amy y yo.

- No debías contar nada, ¿Verdad?. - Amy me miró y asintió. - Me aterra no saber que está sucediendo.

- Créeme, te aterrará más cuando lo sepas.

- ¿Alguien está buscándonos?

- No exactamente. Esta persona quiere venganza, y digamos que estás dentro de ella.

- ¿Venganza? Amy estoy cansada de hacer preguntas y estoy segura que tú de escucharlas.

- Sólo hazme caso, mantente al margen de esto. Es lo mejor para ti.

- Tú misma me dices que soy parte de una venganza, ¿y pretendes que me mantenga al margen?

- Escúchame, estás en peligro. Tu padre tiene que ver con todo esto, no sé muy bien que pasó en el pasado pero tengo entendido que es su culpa. Él te hizo esto, no puedes confiar en nadie. No te dejes engañar. Eres lista y fuerte, puedes con esto. - Justo en ese instante el celular de Sarah comenzó a sonar, al mismo tiempo que esta entraba a la sala con un botiquín en sus manos. Amy tomó mi mano y la apretó queriendo transmitirme seguridad. Sarah cogió el móvil y dudó al atender.

- ¿Si?. - Dijo mientras nos miraba. Alguien habló al otro lado de la línea y ella tragó saliva. - No. 

- ¿Quién es? .- Articulé con los labios. Ella volvió a escuchar y dijo:

-Okay. - activó el modo altavoz y nos miró a ambas. Amy estaba perdida. - Listo. - dijo al teléfono.

- Ya sé que estás ahí, Amy. - una voz masculina se escuchó del parlante. Amy abrió los ojos. - Sé que Rebecca se encuentra al lado tuyo también. - Sentí como mis piernas comenzaban a temblar. - No intentes nada, te lo advertí.

- Eres un mounstro. - soltó Amy.

- Lo sé.  Ah y Rebecca, sé que estás ansiosa por conocerme. - al instante cortó la llamada.