Estabas dibujando tranquilamente en tu mesa cuando alguien tocó a tu puerta. Dijiste que pasara y a quien viste asomarse fue a tu papá. Alzaste tu cabeza y lo miraste
—(Nombre) hay una chica que vino a verte, otra vecina. —Dijo levemente. Te quedaste quieta un momento y asentiste, parándote de tu silla y arreglando tu blusa, volviendo a bajar las mangas que te las habías subido hasta los codos.
Tu papá de hizo a un lado y una chica algo encorvada, delgada y rubia apareció en tu puerta. Su cabello se dividía justo en la mitad de su cara y caía parejo hasta sus hombros.—Hol–
—Me llamo Violet, soy tu vecina. —Se presentó. Arqueaste una ceja y susúrrate un pequeño "Okeeey..." .
—Me llamo (Nombre), vivo aquí. —Dijiste sarcásticamente y Violet te sonrío forzadamente, tú también le regresaste una sonrisa igual.
—Oh, te traje esto. —Dijo mostrándote una rosa negra. La miraste más de cerca, preguntándote si era artificial.— Iba pasando y te vi el otro día arreglando un poco tu jardín, así que pensé que te gustaría una flor, esta es especial por qué...no es como las demás. —Explicó. Observaste la rosa unos segundos más y la tomaste entre tus dedos.
—Gracias. —Le dijiste ahora con una sonrisa auténtica, a la cual Violet te correspondió.— No recibo regalos muy a menudo. —Comentaste casualmente mientras te dabas la vuelta y buscabas un vaso de vidrio lleno de agua que tenias en tu cómoda, poniendo la rosa dentro.
—Te ves como de las que nunca reciben regalos. —Dijo. La volteaste con irritación en tu rostro y Violet rió.— No te preocupes, yo tampoco.
Suspiraste y caminaste hacia la silla de tu escritorio, donde habías estado dibujando.
—¿Y cuánto tiempo llevas viviendo aquí? —Le preguntaste, sacando conversación. Violet sintió que se le paraba su ya detenido corazón cuando entendió que no te referías a la casa, si no a la ciudad o vecindario.
—¿Como unos tres, cuatro años? —Se preguntó a ella misma.— No lo sé, no me he tomado el tiempo de contarlos.
La miraste confundida, ya que era muy extraño que no contará los años que tenía viviendo aquí. Si tan solo había vivido unos tres o cuatro años debería saber con exactitud cuanto tiempo.
—Ah, se me olvidaba, perdón por no llegar antes, la verdad es que no me había dado un tiempo. —Pronunció "llegar antes" más que las demás palabras y esto te confundió.
—No te preocupes. —Dijiste dándole una sonrisa.
—Bueno, me iré ahora. —Dijo caminando hacia la puerta, tú solo la observaste. Se detuvo un momento a ver tus dibujos y observó uno en específico que recién habías terminado. — Muy lindo, ¿es tu novio?
Miraste al dibujo al cual se refería y viste que era el que acababas de terminar de Tate. Era un boceto de él acostado boca abajo en tu alfombra, leyendo uno de tus libros y con su mano en su mejilla, recargando su cabeza en ella.
—Ah-...no, no, es solo... —Pausaste un segundo y lo pensaste.— Es un amigo.
—Pero, si ambos son tus vecinos y ambos han vivido aquí más de dos años, ¿no deberían de...?
—Es lindo. —Comentó Violet, interrumpiendo tus pensamientos.— Ojalá tú y yo podamos ser..amigas también. Te vendré a visitar luego.—Dijo. Asentiste y después de decir un pequeño "adiós" Violet se fue, cerrando tu puerta.
No sabías si te había agradado o no pero si sabías que había actuado algo extraña. Eso o tal vez tú eras la rara, probablemente la segunda opción. Suspiraste y volviste a concentrarte en tu dibujo, mientras subías la música de tu teléfono a todo volumen.
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—(Nombre)
—¿Hmm?
—¿De dónde has sacado eso? —Te preguntó Tate. Alzaste la mirada de tus cartas y viste que se refería a la rosa que te había dado Violet.
—Me la regaló una vecina, se llama Violet. —Le contaste. Tate se quedó en un pequeño shock, pero tú no lo notaste.— ¿Por cierto, ¿no la conoces? Digo, ambos llevan viviendo aquí unos cuantos años, y a ambos les gusta visitar a sus vecinos. —Dijiste con algo de sarcasmo eso último.
Tate te miró por unos segundos, parpadeando varias veces, pensando en que responderte. No se suponía que Violet se metiera contigo.
—¿Te dijo ella si me conocía? —Preguntó. Lo miraste extrañada.
—Pues, vio un dibujo de ti que hice y... —Paraste en seco cuando te diste cuenta lo que acababas de decir. Tate arqueó una ceja y antes de que pudiera decir algo saliste disparada hacia tu pizarra, prácticamente arrancando el dibujo de Tate.
Tate si sonrió de lado, bajando sus cartas al suelo.— ¿Tienes un dibujo de mi? —Preguntó, algo
aliviado de que pudieran cambiar de tema.—No. —Respondiste rápidamente. Escondiendo el dibujo a tus espaldas.
Tate se paró de el suelo y tu retrocediste cuando lo hizo.—Creí haberte oído decir que si. —Dijo con una voz grave. Sentiste que tus rodillas se debilitaban cuando la oíste.— Muéstrame. —Susurró lo suficientemente alto para que lo oyeras. Empezó a acercarse a ti lentamente.
—Te dije que no tengo ningún dibujo de ti. —Sentías que tu voz se quebrara cada vez que el daba un paso más hacia ti.— ¿Por qué rayos te dibujaría? —Dijiste rodando tus ojos y haciendo una mueca. Tate no respondió y seguía acercándose a ti.
—¿T-Tate? —Lo llamaste pero el solo sonrió más ampliamente.—Oye, detente ahí. —Le dijiste algo más firme pero igualmente el no se detuvo.
Saliste disparada hacia otro extremo de tu cuarto y esto desorientó a Tate, que de inmediato se lanzó detrás de ti. Sonreíste y atravesaste tu cama, llegando a tu cómoda y rápidamente guardando tu dibujo, tan rápido que Tate no lo notó. Antes de poder darte la vuelta sentiste a como se algo presionaba en toda tu espalda y unos brazos te acorralaban contra tu cómoda. Tu respiración se detuvo y tus ojos se fijaron al frente en shock.
Tate sonrío al ver tu reacción y acercó sus labios a tu oído, rozándolo con ellos.—Muéstrame. —Volvió a repetirte. Tu piel se erizó y tus piernas te empezaban a traicionar. Suspiraste y abriste tu cajón lentamente. Seguía presionando a tu espalda y gracias a eso te costaba pensar. Tate lo notó y sonrió satisfecho con tu reacción.
Te diste la vuelta y quedaron frente a frente, Tate seguía con sus brazos a tus costados en la cómoda.—Toma. —Dijiste interponiendo el dibujo frente a sus rostros. Por fin se alejó de ti y sentiste que volvías a respirar. Tomó el dibujo y evitaste verlo a los ojos mientras lo observaba.
—¿Ves? no fue tan difícil. —Dijo con una sonrisa victoriosa.
—Cállate.
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notas de autor
uhhhh ya casi 100 leídas, y tan solo llevo 4 capítulos (cinco contando con este). Gracias a todas por sus comentarios! Siempre me inspiran a seguir escribiendo más y más.
Ah y sé que era semana actualice mucho, pero, para que sepan no siempre actualizare así, solo fue esta que he tenido tiempo libre (cosa que nunca tengo).
Saludos!!
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about a boy. // tate langdon & tú
FanficDespués de la muerte de tu madre, tú papá y tú se mudan a una peculiar y famosa casa para empezar sus vida desde cero. Cuando empiezas a ver lo que tú crees que son "productos de tu imaginación" las cosas se empiezan a complicar y un chico de cabell...