I'm still in love with you. (Robert Lewandowski)

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A tan sólo unos días de Víspera de Navidad una gran capa de nieve se encargaba de abrigar las calles y los autos en la Cuidad de München, las personas iban muy bien abrigadas puesto que la temperatura había llegado a cuatro grados centígrados esta tarde, entre aquellas personas deseosos y presurosas por llegar a sus hogares y resguardarse del frío invernal iba Agnieszka Nowak quien con sus mejillas y nariz roja intentaba proteger la dos únicas partes de su cuerpo que iban descubiertas en los bolsillos de su abrigo blanco con bonotes negros.

-¿A quién no se le ocurre salir sin guantes?-Le reprochó su mente.

Algunas veces solía ser muy distraída y esta mañana no era la excepción. Pero esto no le impedía ser la chica divertida, la hermosa y buena amiga que suele ser siempre.

-¡Genial, lo que me faltaba!-Se reprochó mentalmente al chocar y casi caer al suelo, sin embargo aquella persona la tomó de la cintura evitando que se cayera. Ella no se atrevía a levantar su cabeza ya que estaba muy apenada, Agnieszka se alejó del hombre y se acomodó su abrigo.

-Lo siento-Dijo casi susurrando.

-No hay problema-Ella levantó la cabeza y se encontró con unos hermosos ojos Grises y una preciosa sonrisa.

Fue entonces que recordó aquellos ojos y sonrisa en aquel niño que un día conoció pero que un día dejo atrás.

Ambos se habían ido de excursión con su escuela al Zoológico de Varsovia, mientras los demás estaban con sus maestras Agnieszka estaba alejada de todos. Él pequeño niño sólo la observaba, él siempre había sido él típico niño loco y divertido del salón, casi siempre jugaba al fútbol con sus compañeros, muy pocas veces hablaba con las chicas, ya que era muy tímido, a menos de que ese alguien fuese la pequeña niña de ojos verdes y cabello rubio llamada Agnieszka Nowak, ella había sido su compañera, su mejor amiga y casi su hermana, pero luego de ese día nunca más se volvieron a ver puesto que Agnieszka se había marchado de Polonia con su familia, se fue sin despedirse y eso que para ella él había sido una persona muy especial y viceversa.

Aquel día era como esta tarde, aunque sin nieve pues era principios de invierno.

-Adoro la nieve- Le dijo el pequeño Robert Lewandowski intentando buscar conversación, ya que Agnieszka había estado muy callada durante todo el paseo.

-No me importa-Me dijo la pequeña Agnieszka cruzándose de brazos y muy enojada, lo cual a él le sorprendió, porque ella solía ser la niña más alegre, bromista y encantadora.

-¿Por qué me hablas de esa forma?-Le dijo Robert un poco disgustado por la actitud de su pequeña amiga.

-Porque no me importa nada de lo que digas-Le respondió ella levantándose de la banca en la que ambos estaban sentados.

-Agnieszka -Lo llamó Rafal Nowak, su padre.

-Debo irme, adiós- dijo alejándose del pequeño y confundido Robert.

-Agnieszka-Se detuvo, pero sin girarse a ver a Robert-¿Nos veremos mañana?- Pero ella continuó caminando como si nada.

Al día siguiente, Agnieszka nunca apareció. Lo último que supo Robert de Agnieszka se había marchado a Italia con su familia.

Agnieszka sacudió su cabeza tratando de sacar esos recuerdos de su mente, ella por un momento llegó a pensar que lo había confundido, ella lo miró desde abajo hasta arriba donde pudo notar que llevaba un abrigo gris, pantalones negros, una bufanda gris.

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