Capítulo 3.

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Llegue a mi apartamento, ya había llamado a Antonella y le había dicho que mañana a primera hora tendría la ropa allá, no le dije la razón de mi retraso.

Abrí la puerta y lo primero que hice fue dejar las zapatos en la entrada, me saque el chaleco y metí todas las llaves en mi bolso.

Estaba cansada. Y... impresionada por lo que paso hoy.

Todo estaba a oscuras, como siempre lo deja la señora que hace el servicio. Me dirigí a mi sala con pasas cautelosos y deje mi bolso en la mesa de centro.

Me estaba dando jaqueca.

Encendí la luz y me lleve el susto cuando el cuerpo de Adam se ilumina. Estaba sentando como papá esperando que su hija llegue de una fiesta a la que no le dieron permiso. Una mano estaba en mi pecho mientras la otra no se alejaba de la lámpara.

Junte mis cejas. ¿Que hace...

-¿Que Qué hago aquí?- se adelanta. Lo observe con más detenimiento, no lleva saco ni contaba, pero el resto lo tenia.-Vine a darte un sorpresa.-Se incorpora. Hago lo mismo tratando de analizar la situación.

¡La llave! La que escondo atrás del interruptor del timbre. De seguro la uso para entrar; el sabia que estaba hay.

-¿Sorpresa?- ¿Para que una sorpresa? Esto me estaba poniendo nerviosa. Me dirigí a la cocina que estaba a unos pasos y busque agua. La sorpresa de verlo aquí, hizo que mi dolor aumentará. No se por que siento como si hice algo malo. Pero, si le digo la verdad el no lo entenderá.

-¿Donde estabas?- me sigue. Apoya sus manos sobre el mesón de modo amenazante.

Aquí vamos.

-Salí de la oficina...

-Hace dos horas que me dijiste que saldrías de la oficina.-Cierto.-Vendrías aquí a buscar ropa para Antonella y luego se la llevarías. Pensé que podríamos haber ido junto y de regreso cenariamos en un lugar nuevo que reserve.-Dijo molesto. Mire sus manos, ejercían presión en el mesón, estaba...-Así que...¿donde estabas?

-No hagas esto, Adam.-Estaba luchando por no flaquear ante su mirada amenazante.

-¡¿Hacer que!?- grito. Me sobresalte, tuve que llevar una mano a mi cien.-¡No te hagas la dolida, siempre lo haces!

-¡Adam!- me estaba causando ansiedad.-Te sigo que se me hizo tarde y...

-¡Mentira!- solté un chillido cuando el tarro de vidrio que contenía café término roto en el piso a unos metros de nosotros.

Lo mire horrorizada.

-Adam...-No entendía que le pasaba al mundo hoy, ¿por que se ponía así?-Adam, por favor.-Lo mire suplicante. Conocía perfectamente este lado de el, pero lo veía muy poco. El sabía controlar su ira, y me escuchaba, jamás se había puesto a tal punto de lanzar mi jarrón de café.-Puedes pasarme la caja de Acetaminofen que esta en mi bolsa por favor.- tenía mis manos en mi cabeza. Tratando de lidera con el dolor.

El no dijo nada. Se giro y fue en busca de mi bolsa, apoye mis codos del mesón y deje mi cabeza sobre mis manos, ya no quería discutir más, por que sabía y mañana se llegaría con unas flores pidiendo disculpas y diciendo que no debió perder el control y que confía en mi, y que lo siente.

Algo cayó sobre el mesón, alce la vista y sentí mi corazón acelerarse al ver el teléfono y las llaves de Harrison. Lo mire, tenia la mandíbula tensa y la vena de su cuello sobresalía.

No iba a terminar bien.

-¿De quienes son?- siseo, el doble de amenazante. Tenia que... ¿que tenia que hacer?

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