capitulo 3

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Buenas noches, Ángel.

¿Has visto acaso lo brillante que esta la luna?
Casi tan brillantes, como tus ojos.

Tu sabias muy bien de la existencia de Valentina, mi novia. Sin embargo, nunca fue tu intención interponerte, pero tampoco fue mi intención enamorarme de ti.

Claro que eso, aun tu no lo sabias.

El tiempo iba pasando y día tras dia las conversaciones eran mas y mas profundas. Hablábamos de todo, eso es lo que mas me gusta de ti. Esa capacidad se conocer, la curiosidad que tienes y la forma tan divertida de referirte a problemas cotidianos.

Luego los problemas se volvieron un poco mas difíciles de sobrellevar. Empezaron mis problemas de salud, la extraña enfermedad se hacia cada vez mas notable y el lupus poco a poco se apodero de mi vida.

Recuerdo que por ese entonces sólo podía reprochar acerca de mi estado. "Si es que dios existe, ¿que le hice para que me odie tanto?" -Pensé. La verdad es que, con 16 años, ya había superado demasiadas perdidas, pero la perdida de salud era difícil. Hasta mi estado de animo empezó a cambiar. Y estaban todas esas pastillas que debía tomar, un cóctel de medicinas que realmente, no me apetecía. Y entonces, me rendí. "Al fin tendré lo que siempre quise, estar con mi familia. Solo debo negarme a continuar el tratamiento." - Recuerdo que pensé.

Y entonces, me rendí, deje de luchar y me hundí de una vez por todas.

Una noche, mientras ayudaba al lupus a dañar mi sistema tomando vodka hable contigo.

Lo siento ángel, estaba ebrio y quizás dije cosas que no debí decir. ¿Sabes? Debo agradecerte, porque mientras la enfermedad se apoderaba de mi, mientras me convertía en una persona distinta, llena de rencor e ira, todos se apartaron, excepto tu.

Tu, mi ángel, me ayudaste. Pero, no me sorprende porque eso es lo que hacen los ángeles y no queda duda de que tu eres uno de ellos.

Desde ese 16 de abril, decidí llamarte "Ángel" porque, aunque tu no lo sabias, habías salvado mi vida.

Después de ese momento, empecé a ser más fuerte, por ti y por mi novia, porque ustedes me necesitaban.

Hasta que un día, tu recaíste en los vacios de la depresión. Te juro que mi corazón se rompió en mil pedazos al escuchar el motivo; al parecer, habías querido mucho a un chico que había roto tu corazón. Un idiota que no te merecía, eras mucho para el y yo me encargue de decírtelo.

Mis sentimientos hacia ti ya estaban saliendo de control, sin embargo no era importante para mí. Podría cortejarte, total, mi novia nunca se enteraría, ya que no se conocían... ¡Gran idiota al pensar eso!

Lo siento, princesa. Pero todos tenemos una debilidad y la mía era el vodka y las mujeres. Nunca quise dañar a nadie, pero ¿que podía hacer yo?. Ya es muy tarde para volver atrás.

Buenas noches, ángel.(Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora