Nuevo Hogar

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Hola,mi nombre es Índigo y tengo 12 años. Actualmente vivo en Pennywell,una cuidad apartada muy pacifica y silenciosa.
Hace dos horas, aproximadamente,llegue a mi nueva casa. Es gigante,a decir verdad,para una familia tan simple como la nuestra. Soy hija única,y mis padres estan juntos.-aunque no tanto como yo querria. Casi ni se ven por el trabajo,y a mi ni mencionarlo.-La primera hora y media acomodé todas mis pertenencias,luego de que los encargados de bajar los muebles del camión de mudanzas hicieran su trabajo. Luego de terminar,me recosté en mi cama y di un gran suspiro. Al abrir nuevamente los ojos,me encontré con el techo. Era viejo,pense. Madera prodida,con algunos puntos verdes en ella.
Después de aquella observación, me dispuse a recorrer la vivienda. Sería interesante-supuse.
Baje las escaleras y salté varias cajas que me impedían pasar a ciertas habitaciones. La cocina era bastante espaciosa,al igual que la sala de estar. Mi madre estaba acomodando todos los utensilios de cocina,y murmurando para ella misma cuando algun objeto caía al suelo haciendo ruido. Mi padre estaba en la planta alta dandose un baño. Debia hacerlo ya que habia manejado todo el viaje y asi luego podia ponerse a ordenar un poco.
Después de que mi mamá me regañara por mi falta de ayuda,me dio un sermón sobre la familia,y que debemos ayudarnos todos entre sí. Solo escuché algunas palabras,hasta perderme en mis pensamientos mientras subía las escaleras.
Llegué a escuchar la canción que mi padre cantaba desde la ducha y canté a coro con él. Ingresé a mi habitación,aún cantando y me puse a ver por mi ventana. En unos segundos tenía mis ojos llenos de lágrimas. Todo por recordar a mis viejos amigos. Iba a extrañarlos,pero sabía que este cambio iba a ayudarnos.
Recordé los buenos momentos que pasé junto a ellos. Las risas,las discusiones,las lágrimas, las bromas.
Tenía una sonrisa grabada en mi cara,y dibujados los caminitos que las lágrimas dejaban al pasar;hasta que un ruido me saca de mi trance. Mi madre gritó y se oyó en toda la vivienda.
Salí corriendo lo más rápido que pude,casi tropezandome con unas cajas del pasillo. Pregunté que era lo que pasaba desde las escaleras mientras las bajaba,más aún no oí respuesta alguna. Llegué al marco de la puerta de la habitación en donde ella estaba,y ví a mi madre desmayada. Corrí hacia ella y traté de descifrar la razon de su accidente.
Papá llegó detras de mi,con una toalla envuelta a su cintura y aún con un poco de shampoo en su cabello. Me tocó el hombro y me pregunto que pasó, mientras trataba de levantar a mamá.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo al sentir la mano fria de mi padre sobre mi hombro,pero no le hice caso y le mencioné que yo tampoco habia presenciado el momento.
Mi papá cargó a mi madre hacia arriba y la acostó en su cama. Bajó las escaleras,mientras yo la supervisaba y trajo un algodón mojado con un líquido muy fuerte.-hasta yo podía olerlo- Se lo paso por la nariz a mi madre y ella despertó luego de unos minutos.
Al hacerlo,se reincorporó en la cama y nos miró con algo de confusión.
__Una rata!
__Eso era,Alice?¡Dios,nos habías asustado!
__Richard,tengo jaqueca. Por favor salgan del cuarto y dejenme descansar un poco. Luego termino de ordenar.

Al escuchar eso,mi padre me dio un poco de dinero y me mandó a comprar unas aspirinas para mi madre.
__Índigo,¿Puedes ir a comprar algunas aspirinas para tu mamá? No se siente muy bien. Mientras tanto terminaré de ducharme y tú puedes conocer la cuidad con tu bicicleta.
__Está bien pero,¿Puedo quedarme con el cambio?
__Si,claro
-debo agregar que estabamos acostumbrados a una buena seguridad en nuestra antigua cuidad-
Al decir eso,me dió dos palmaditas en la espalda y yo corrí hacía la sala de estar. Allí estaba mi bicicleta.
Esta era una Trek de color violeta. Joy,asi la nombré -Recuerdo que fue mi regalo de cumpleaños número 10. Aprendí sola,y no hace falta aclarar que estuvieron muy presentes las caídas. Mi padre estaba muy ocupado con su trabajo,y mi madre con la mantencion de la casa.-
Salí de casa,un poco confundida,puesto que no sabía en que dirección ir.
Monté mi gran transporte violeta y segui un camino de tierra que,según unos de los nuevos vecinos,conducía a una de las avenidas principales de Pennywell.
Poco a poco,esa pareja de ancianos fue desapareciendo a medida que realizaba cada una de las curvas que el camino indicaba.
Luego de estar unos veinticinco minutos pedaleando,llegué a la Av.Vermont,la misma mencionada por la pareja.
Me bajé de la bicicleta y agarré el manubrio. La fuí llevando conmigo,mientras iba tratando de recordar lo que me habian dicho. "Llegas a la avenida,luego verás una tienda de electrodomésticos en la esquina. Debes seguir otra cuadra más, y luego doblar a la izquierda. Sigue hasta el final de la calle,y a tu mano derecha se encuentra una farmacia llamada Fastmacy."-Repetía en mi cabeza.
Tienda de electrodomésticos.Tienda,Tien... ¡Allí está!
Segui todas las indicaciones de los ancianos,y pude llegar muy facilmente. Dejé mi bici en la acera del local y pedí las aspirinas que mi madre usa cuando su cabeza le duele.
__Hasta luego!
__Chau,muy buenas tardes.
¿Tardes? ¿Que hora e...-Miré mi reloj y ya eran las 18:42. ¡Mi padre va a matarme!-Pensé -
Tomé a Joy,pero unos cuatro chicos me rodearon.
__Oye,niña que linda bicicleta tienes... -Decía uno,mientras dos de ellos la observaban al mismo tiempo que caminaban alrededor para admirarla mejor.-
__Gracias,ya lo sabía.
Se miraron entre los cuatro y comenzaron a acercarse de a poco.
__Oigan me gustaría quedarme a charlar un rato más, pero tengo que ir a llevarle esto a mi madre. Las necesi...
__Nadie te pidió que nos contaras la historia de tu vida. Sólo nos interesa tu bicicleta. Bájate
__Pero... es violeta.
__No nos importa,bájate de una maldita vez.
Tras pronunciar la ultima palabra,el 'líder' del grupo,saca un cuchillo.
__Okey,pero calmate.
__No nos digas que hacer,mocosa.
Me bajé y muy desanimada vi como se llevaban mi querida bicicleta. Me sentí muy triste y frustrada,sabía que no podia hacer nada.
Me dispuse a caminar hasta casa y fui pateando todas las piedras en mi camino,con un poco- mucha- de ira.
Estaba tan sumergida en mis pensamientos,que casi pego un salto al escuchar unos contenedores metálicos caer,justo en un callejon muy poco iluminado.
Veo una pequeña cosa clara en un rincon del mismo.
Entre cierro los ojos,para tratar de ver que era. Me acerco hacia la esquina en donde se encontraba ,y pude llegar a diferenciar la anatomia de nada mas y nada menos que un gato.
__¡Oh,pequeño,me habías asustado!
... Mire la carita del animal,y noté algo de enojo. Más no le di importancia,pegue media vuelta y segui caminando.
__¿Pequeño? Yo no soy pequeño,niña.
Al escuchar eso toda mi piel se erizo,y no pude evitar quedarme quieta...

Índigo y MiloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora