Sara dejó a su novio porque él le fue infiel.
Sara se mantuvo fría cuando él le rogó que volviera.
Sara finalmente optó por perdonar y olvidar, aunque se le hiciera imposible.
Más tarde Sara volvió a ser engañada.
Esta vez Sara cambió, no lloró, se cambió y salió con todas sus amigas. Esa noche Sara besó a cientos de sapos, ninguno peor que su anterior novio.
Esa noche Sara volvió a ser feliz.
Así continuó Sara hasta que al besar a uno de los sapos este sorprendentemente se convirtió en hombre.
Por fin Sara estaba con un hombre que merecía y era querida como debía.
Por fin el otro quedo atrás. Solo. Viendo como el amor si que existe para el que cree en él.