Capitulo 0.04

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Página 4.

"Era increíble la manera en que una sonrisa podía hacer temblar tus piernas como gelatina, increíblemente ridícula". - C.M.

Clervie se tensó por completo al escuchar la pregunta de Harry, ¿Qué se supone que debía responder? No le diría; "Oh si, ya que te lo preguntas debo decirte que tu eres Hazed Sylset, y por si lo olvidaba... Yo fui quien escribí el artículo". Definitivamente no lo haría.
La castaña jugo unos momentos con sus manos y luego miro al chico frente de ella.

- No he leído el periódico escolar - mintió.

- ¿De verdad? - el oji verde pareció sorprendido, incluso incrédulo - Todas las chicas están vueltas locas por saber de quien se trata.

- Si, eso he escuchado - Vie quería cambiar de tema inmediatamente - ¿Que tal si hablamos de una pareja, donde la chica sea ciega?

- Me gusta la idea -

Comenzaron a intercambiar ideas y proponer como es que iniciaría la historia y como es que seria el trama principal, no quisieron definir un final, Vie siempre había sido de la idea que el escritor creaba una vida en el papel y ella misma se encargaba de dictar su término.
Se asombró de lo creativo y realista que podía llegar a ser Harry, no sólo se había tomado enserio su trabajo como escritor, si no que cada tanto le regalaba comentarios graciosos y enormes sonrisas.
<<¿Se podía estar enamorado de una persona en mayor escala?>> fue lo primero que pensó la castaña cuando su compañero de equipo abandonó el departamento. Había sido una tarde extraña, su cuerpo se había comportado como si fuese una chica normal, e incluso, había sentido sensaciones en su estómago cada vez que Harry la miraba, que no recordaba haber tenido antes.
Vie junto todo el material que habían utilizado y guardo cuidadosamente las páginas que llevaban, le gustaba el giro que estaba tomando su historia y lo fácil que era trabajar con Styles. Pero sobre todo, le gustaba la manera en la que alejaba todo el mal humor de su cuerpo.

- ¿Quién ha venido? - Kan apareció en el umbral de su habitación.

- Oh, un compañero de la escuela - murmuro - Teníamos que hacer un trabajo.

Por algún motivo la castaña se puso nerviosa, no entendía el porque, no habían hecho nada malo.
Ignoro los comentarios que su hermano decía mientras caminaba de regreso a su habitación, tal vez podría trabajar en el periódico escolar o adelantar su tarea, cualquiera sonaba bien para un sábado en la noche.
Vie estaba por terminar la tarea de física, cuando su celular sonó abruptamente. Se recordó mentalmente que debía cambiar aquella melodía de "Black Sabbath".

- ¿Si? - sonó cautelosa, no era común que alguien le llamara un sábado a las diez de la noche

- ¡Tory! - sonrío al escuchar la voz de su amigo, Louis.

- ¿Que pasa Lou? - Clervie soltó una risita

- Necesito entrar a tu casa, ahora mismo - la castaña recordó el porque de que Louis llamara en la noche, no traía nada bueno

- ¿Estas afuera? - cuestionó

- Si... -

Vie colgó, solo esperaba que su mejor amigo no estuviera borracho. Eso sería un gran problema, sobre todo, si recordaba la ultima vez que había aparecido ebrio frente a su puerta. Por poco y vomitaba el cojín favorito de su madre.
La esbelta chica salió a hurtadillas de su habitación, rogando no hacer ningún ruido que alarmara a sus padres o Ken. Giro el pestillo de la puerta con sumo cuidado, y le lanzó una mira de "Guarda silencio" a su amigo, apenas logró verlo.
La castaña lo hizo seguirla hasta su habitación, cuando lograron estar inmersos en ella sin mayor problema, Louis había desaparecido dentro del baño.

- Demonios, esa asquerosa fiesta tenía todos los baños ocupados - farfullo el oji azul caminado hacia su amiga

Vie lo miro mal.

- Claro, sabes que no hay problema en que vengas a orinar en cualquier momento a mi casa - hizo notar el sarcasmo en cada palabra

- ¡Oh, vamos Tory! - su amigo se tiro sobre la cama - ¡Era una buena emergencia!

- Seguro - farfullo molesta la castaña.

- ¡No te enojes, estas pasando de ser Tory a Shrek! - advirtió de manera juguetona el oji azul

Su mejor amiga sonrío, Tory era el nombre del huracán que había azotado Londres el día que se conocieron. Louis le había puesto aquel apodo por dos motivos;
- Los huracanes traían problemas
- Vie los gritaba
Poco a poco la castaña sintió ir desapareciendo su enojo, en realidad, era difícil mantenerse enojada con Tommo por mas de dos minutos. El era sencillamente; asombroso.
Aun recordaba el día en que se habían conocido, fue a inicios de la secundaria, Clervie iba corriendo por los pasillos en su tercer día de clases y Louis hacia lo mismo, entre tanta gente que ambos intentaban esquivar; olvidaron esquivarse a ellos. Fue hasta que ambos estuvieron en el piso, que se miraron de forma malhumorada y desafiante. <<¿Cual es tu nombre, despistada?>> había preguntado el oji azul molesto, la respuesta de Vie había sido en un tono peor; <<Clervie, ¿El tuyo, inútil?>>. A la mañana siguiente; corrían uno a lado del otro.

- ¿Clervie, esta alguien contigo? - la voz del papá de la esbelta chica, alarmó a los dos amigos

La castaña agradeció haberle puesto seguro a la puerta.

- ¿Por qué te encerraste? - Louis la miro aterrado, rogando con los ojos le dijera donde podría ir - Clervie, ¿estás ahí? 

- Eh, ¡Si, aquí estoy! - Vie le indicó con señas al oji azul, meterse al armario - Lo que pasa es que no quería que nadie me molestara, estaba haciendo una tarea importante

- Suenas extraña, ¿Quisieras abrir la puerta? - la esbelta chica se aseguró que Lou no se encontrará a la vista, el castaño parecía haberse escondido correctamente.

Camino hacia la puerta con nerviosismo. Rogaba internamente Louis no hiciera ningún ruido, su padre esperaba paciente al otro lado.

- ¿Que tarea era la que hacías? - preguntó su progenitor, cauteloso

- Fi-si, ¡Química! - se reprendió, aquello solo la estaba delatando mas

- Interesante - Carl, como era el nombre de su padre, achino los ojos - ¿Y tu tarea de química tiene que ver con meter un chico a tu habitación, a las once de la noche?

Vie ahogo un gritito.

- De que hablas - soltó una risa nerviosa - ¡Ahora si que has enloquecido!

- Seguro - el imponente hombre frente a ella le lanzó una mirada fría, para después, abrir el armario. Louis cayó segundos después al piso.

Diez razones para enamorarse de Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora