Capitulo 0.01

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"No hay nada mas desolador que un corazón destrozado, excepto, un corazón tímido." - C.M.

Clervie Mckenzie se adentró al largo pasillo con pesadez, pocas veces sonreía, y era imposible que lo hiciera un lunes por la mañana.
A su al rededor las chicas corrían efusivas de un lado a otro, se miraban cómplices y luego desviaban su atención a sus celulares mientras mordían sus labios. <<¿Que era lo que pasaba ahora?>> pensó la castaña. Quizás, Zayn Malik tenia una nueva novia, o Jim Connell por fin había confesado ser gay.  Cualquiera que fuera la respuesta, le daba exactamente igual.

- ¡Clervie! - Una rubia caminaba hacia ella -
- Hola - saludo sin mucho entusiasmo -
- ¿Ya has leído el periódico? - cuestionó ansiosa -
- No - mintió, era una de las principales redactoras. -
- ¡Tienes que hacerlo ahora mismo! - Sam tomo su mano - ¡Esta poniendo de cabeza a todas las chicas! -

Clervie frunció el ceño por dos motivos. El primero, aquella chica la estaba tocando. El segundo, no le gustaba como sonaba la frase "poniendo de cabeza", y menos si traía con ella la palabra "chicas". 

- Incluso ya han empezado a hacer apuestas - La rubia continuaba hablando - No puedo esperar a saber quien es  -

Lo ultimo confirmó sus sospechas. Su artículo había ocasionado mas revuelo del esperado. ¿Que iba a hacer?
Aún así, fingió no saber que era lo que la chica hablaba.

- No se que estas diciendo - dijo con frialdad - Tampoco me interesa -

Y sin esperar una respuesta se alejo. No soportaba hablar por mas de dos minutos con alguien que no fuera Louis.
Observo con calma su alrededor, Sam no se había equivocado, todo el sexo femenino parecía estar vuelto loco. Lo único que se escuchaba por el pasillo eran murmullos con el nombre de "Hazed Sylset". Vie se estremeció al recordar la noche anterior.

<< Nunca me había considerado una persona romántica, al contrario, me gustaba creer que el amor no era algo necesario en mi vida. Estaba acostumbrada a leer y escuchar sobre el, pero jamás, a escribir. Por ello, no creía lo que tenía frente a mis ojos. ¡Aquellos eran los párrafos mas cursis!, ni siquiera Jane Austen se había visto tan soñadora en sus escritos. Sin embargo, aquí estaba, tenía frente a mi la prueba de que por una vez, había sonado como una adolescente normal. Me dispuse a releer los renglones con cautela.

' Diez razones para enamorarse de Hazed Sylset

¿Alguna vez te has preguntado si existe el chico perfecto?

Aquel que aparezca con una serenata a las ocho de la noche bajo tu ventana.

Aquel que te lleve doce rosas cada fin de mes.

Aquel que tome tu mano mientras recorren la ciudad que siempre has querido conocer.

Aquel que te abrace en tus momentos de vulnerabilidad.

Aquel que con susurrar un "Todo estará bien" a tu oído te tranquilice.

Aquel que cada vez que te bese te haga perder la noción del tiempo.

Aquel que componga las mas increíbles canciones por y para ti.

Aquel que te diga lo que siempre has querido oir; "Te amo".

Bueno, ese aquel, estoy segura que existe. Y es Hazed Sylset. '

Suspire. Ahora, el problema recaía en si enviaría el archivo al señor Johns para ser publicado en el periódico del día siguiente, o lo guardaría como tantos de mis grandes secretos.
Me decidí por lo primero, pulsaría el botón de 'enviar' sin pensarlo y aceptaría las consecuencias que vendrían con ello. >>

Ahora, Clervie no estaba ni de cerca de querer aceptar las consecuencias. Una parte de ella le decía que no tardarían mucho en descubrir quien era el chico del que hablaba, y el hecho de que nadie supiera quien era la autora, no la tranquilizaba en absoluto.
Cerro los ojos y contó hasta tres, nada malo pasaría, a excepción de que si continuaba ahí parada recibiría una amonestación por parte del maestro de Literatura. Camino con rapidez hacia el salón 294, no se sentía con mucho ánimo de entrar a clase, sin embargo, tenía que hacerlo.
El profesor aun no había llegado, así que no pudo evitar soltar un suspiro de alivio. Pero este pareció desvanecerse cuando vio a la persona que pasaba por su lado; Harry Styles. Se sintió avergonzada por la manera en que lo había observado, como si se tratase de algún pastel de chocolate.

- ¿Ya leíste el periódico? - preguntó atenta Lilly Dux, apareciendo a su lado -

La castaña rodó los ojos. ¿Cuántas veces le preguntarían aquello en el día?, tal vez debería colgar sobre su blusa un letrero que dijera; "No gastes tu tiempo, no he leído el periódico. Tampoco me interesa hacerlo".

- No - soltó firme - Ahora, te agradecería si dejas de hablarme -

La chica no se sorprendió tras su respuesta, todos conocían el carácter de Mckenzie.
Clervie se sintió agradecida cuando se encontró nuevamente sola, sin voces irritantes y sin caras hipócritas. << ¿Cuándo terminaría aquel tormento? >> pensó mientras observaba a las personas con las que compartía clase.
El profesor tardo diez minutos mas en aparecer, para cuando lo hizo la mitad del salón estaba vacío.

- Muy interesante - fue lo primero que dijo al entrar -

Recorrió con los ojos entrecerrados a cada estudiante que permanecía dentro.

- Quiero decir gracias a todos los que se quedaron - tosió - Así que, regalare punto extra a las personas que me digan de que libro serían protagonistas -

Un murmullo se extendió por el blanco salón.
Aquella era una pregunta difícil, en especial para Vie, quien como fiel lectora de libros dramáticos no se sentía con el suficiente entusiasmo de querer ser participe de alguno. Una cosa era leerlos, pero definitivamente, otra era vivirlos.

- ¡Vamos chicos, no me digan que no encuentran ninguno! - el señor Stuart sonó divertido -

Kenya Raffin levanto la mano. El canoso hombre le indicó sonriente que hablara.

- 50 sombras de Grey - su voz era como un pitido -

Vie bufo por lo bajo. << ¡Qué asco! >>

- Bien... - el profesor no pareció feliz con su respuesta - ¿Alguien más? -

Lena, la chica de profundos ojos azules río bajito.

- Sinceramente, me gustaría ser Margot - susurro - de "Ciudades de papel" -

Algunos suspiros sonaron por el salón, la castaña solo rodó los ojos. << ¿Acaso todos pensaban en amor? >>
Cansada, decidió hablar. Su profesor la miro con anhelo.

- El diario de Ana Frank - confesó firme - Me encanta leer sobre la época Nazi, pero estaría encantada de poderla vivir con mis propios ojos. -

El canoso hombre asintió satisfecho.

- Siempre tan extrañamente genial, señorita Mckenzie - volteo su atención al resto de la clase - ¿Algún otro? -

Y entonces, Harry Styles levantó su mano.

- Personalmente me gustaría ser Mr. Darcy - su ronca voz inundo cada centímetro de su cuerpo - De Orgullo y Prejuicio -

Aquel era su libro favorito, amaba a Jane Austen.
Clervie se sintió ridícula, su corazón se había parado por un momento al imaginarse siendo Elizabeth Bennet.

***

¡Hola!
Este es el primer capítulo de "10 razones para enamorar de Harry Styles". Espero lo consideren de su agrado.
Por otra parte, me iré presentando conforme avance la historia... Así que, por el momento sólo diré que me llamo Ximena.

¡Bienvenidas a todas las lectoras!

Diez razones para enamorarse de Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora