Capitulo 0.03

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Página 3.

"Si enamorarse traía consigo una parvada de mariposas, entonces necesitaba urgentemente una pistola" - C.M.

Eran las diez de la mañana cuando el tono de llamada de Clervie la despertó, su cabello enmarañado y su pijama mal puesta se removieron entre la cama para poder alcanzar el aparato electrónico. No fue hasta el quinto tono que la voz de la castaña inundo la habitación.

- ¿Si? - sonó adormilada.

- ¡Clervie, hola! - una entusiasta voz estaba del otro lado - Um... Quizás esto te moleste, pero he pedido tu numero a Louis para ver lo del trabajo.

La esbelta chica se tardo unos segundos en analizar todo lo que aquel ronco sonido decía.
Abrió sus ojos con sorpresa al descubrir que el chico que la había llamado era Harry Styles. Por reflejo se sentó correctamente sobre su cama y plancho inútilmente su cabello, como si alguien pudiera verla.

- Oh, no hay problema - respondió al fin - ¿Puedes hoy?

Clervie no era la clase de chica dispuesta a hacer un trabajo en fin de semana, pero nunca era tarde para las excepciones.

- Suena excelente - la risa del castaño la hizo estremecer - ¿A las cinco?

- Perfecto - acepto al instante.

- ¿Podría ser en tu casa? - su corazón se paro - Mis primos están de visita y no me gustaría que interfirieran con sus malas bromas

- Por supuesto - estaba emocionada, ¡Harry vendría a su casa! - Nos vemos

- Hasta la tarde Vie -

Corto la llamada para esconder su rostro en la almohada. Esto era más de lo que alguna vez había soñado, sin embargo no le tranquilizaba en absoluto el saber que en unas horas tendría al chico de sus sueños en su hogar, en donde por si lo olvidaba mencionar, estaría su hermano.
Vie abandonó su cómoda cama para arreglar el desastre de departamento que tenía, también se propuso a desayunar algo ligero y aunque lo quisiera evitar, se tardo una hora escogiendo una muda de ropa que fuera atractiva pero casual. Nunca se había visto envuelta en un dilema tan femenino y ridículo, pero desde el día anterior todo lo que parecía formar parte de su día a día, estaba cambiando de manera radical.
Cepillo por tercera vez su lacio cabello y se miro por doceava en el espejo, solo faltaban diez minutos para que el chico de rulos tocara a su puerta. Kan apareció en su habitación con una mirada adormilada.

- ¿Podrías dejar de hacer tanto ruido? - pidió con fatiga

- Um, claro - por alguna razón, Vie no dijo nada sobre su visita escolar

Su hermano estaba por abandonar la recamara cuando regreso de manera precipitada, la miro durante eternos segundos con incredulidad.

- ¿Por qué estás usando un color que no es el negro, o gris? - cuestiono en un tono levemente alarmado - Eres Vie, mi hermana... ¿Cierto?

- Si - farfullo la castaña

- ¿De dónde has sacado esa ropa azul? - preguntó interesado Kan.

- De mi armario - respondió con obviedad la menor - Ahora, largo.

- Oh si, ahí está la Clervie humor demoniaco -

Ignoro su comentario, se encontraba completamente nerviosa por la llegada de Styles y no se veía capaz de pensar en otra cosa. ¿Cómo tendría que actuar? ¡Hace siglos que no hablaba de forma amistosa con alguien que no fuera Louis!
Comenzó a suspirar seguidamente, tendría que calmarse y mostrarse como un adolescente normal. Pero... ¿Cómo era ser normal?
Camino de un lado a otro por su habitación, admirando las paredes grises y los enormes dibujos en colores obscuros. Su recamara despertaba interés a todo el que la veía, no los podía culpar, si ella observará a una chica con dibujos de los monumentos más famosos en sus paredes, también le agradaría. Sonrío satisfecha cuando repaso lo bien que había quedado la torre Eiffel.
El timbre sonó sobresaltando su esbelto cuerpo, una tensión la invadió de pies a cabeza y se encomendó a algún dios inexistente porque todo saliera bien.

- Hola - saludo la castaña apenas abrió la puerta.

- Hola - el chico de rulos sonrío tímido

- Adelante, siéntete en casa - Vie nunca era tan amable.

Mientras el oji verde caminaba a la sala principal no pudo evitar admirarlo, llevaba un pantalón obscuro acompañado de una camiseta de los Rolling Stone, pero lo que mas llamo su atención fueron sus cafés botas... Eran originales y bonitas.
Clervie tomo asiento a un metro de distancia de su compañero, el lugar estaba en silencio.

- ¿Quieres algo de beber, o comer? - preguntó Vie

- Un poco de agua estaría bien, gracias - la castaña asintió

Apresuró su paso rumbo a la cocina. Por el momento nada iba mal, e incluso debía admitir que estaba siendo simpática, si se mantenía de esa manera toda la tarde podría sobrevivir al primer encuentro casual con Harry.
Tomo su vaso favorito y vertió el agua sobre el, su mano temblaba y toda ella se sentía extraña.

- Gracias - el chico le lanzó una sonrisa

- No hay problema - murmuro apenada la castaña - ¿Comenzamos?

- Adelante, ¿qué se te ocurre? - Vie tenía millones de ideas en la cabeza, mas no se sentía lo suficientemente segura como para exponerlas.

- Podríamos definir el genero - sugirió la chica tímidamente

- Buena idea, ayer comentaste algo sobre... ¿Romance? - Harry la miro esperando su corroboración.

- Si - aunque estaba totalmente arrepentida de ello.

- Me agrada el romance - junto sus manos en un leve aplauso

Clervie jugó con el final de su blusa, ya no se sentía tan segura con aquel color azul marino, quizás lucia fatal con el.
Por mas que buscaba las palabras adecuadas para responder, nada venia a su mente... Era como si todo sentido se hubiera borrado y ahora solo esperara que alguien le recordara como es que era hablar. ¿por que estaba tan nerviosa?

- Um... ¿entonces? - el chico de rulos la miro esperando una respuesta

- Si, si... Romance - formo una pequeña sonrisa

- ¿De que podría tratar? - el oji verde se recargo en el sillón, pensativo

- ¿Una pareja? - << vaya respuesta mas boba >> pensó la chica.

El castaño pareció meditar unos instantes, sus ojos se encogieron en señal de concentración y su frente mostró unas leves arrugas que lo hacían ver adorable.

- Que te parece si hablamos de lo que está volviendo locas a todas las chicas - Vie se puso tensa de inmediato - De ese chico, como era su nombre...

Un tono pálido se adueñó del rostro de Clervie, la nerviosa chica rogaba porque no estuviera hablando de su artículo en el periódico escolar.

- Oh si, ¡Hazed Sylset! - Harry la miro con extrema cautela - Dicen que es el chico perfecto, ¿Tu quien crees que sea?

Mckenzie trago saliva escandalosamente. En aquel momento solo pedía una cosa, solo una: Ser tragada por la tierra, y que la escupiera en cualquier otra parte, por ejemplo... Cancún.

Diez razones para enamorarse de Harry StylesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora