10 - Final

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    ¿Mi Padre? ¿Que cosa tan horrible decís?- Una lágrima broto de su ojo- no te creo nada.

-La verdad no me importa si me crees, igual os matare a ti y vuestra hermanita.-Se volteo- le dije a tu padre que hiciera lo posible para que vosotros creyeran que se había escapado.

-No, estáis mintiendo.-Grito- ¡Auxilio! ¡Ayúdenme! Alguien que me saque de aquí.

-¡Callaos!-Grito aun mas fuerte.-Nadie te escuchara, pero tus gritos molestan.

-¡Hijo de perra! Dejadme ir...- se detuvo- Donde esta mi hermana?

-Ella esta muy bien, anoche la pasamos increíble.

-Que le has hecho? Desgraciado!

-Ella es mía, puedo hacer lo que quiera.

-¡Ella no es tuya! Eres un asqueroso, os matare si la habéis tocado.

El hombre se puso en cuclillas, lo miro y susurro:

-Me la he cogido. ¿Que harás al respecto?

El chico al oír las palabras lo primero que hizo fue escupir a la cara del hombre.

-¡Estúpido! Lo abofeteó.- Se puso de pie y camino a la oscuridad una vez mas.

Carlo un poco inconsciente con el golpe pudo oír la conversación entre «Debemos deshacernos de el hoy mismo»

Otra voz decía «en el centro me han parado su madre y hermano»

«Si el pudo llegar aquí, ellos también lo harán, pero cuando vengan ya los habré matado», «Quiere que me encargue señor?»

«Preparar el barco, los llevaremos a nadar hoy»

Y allí perdió Carlo la razón.

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Eran pasado las tres de la tarde y Fabrizzio y su Madre aun buscaban a los chicos.

Sin obtener resultados caminaron aun pequeño mercado en el centro.

Y preguntando a todos una mujer se les acerco, era esa chica de cabello negro hermoso. La misma prostituta que ayudo a Carlo.

Estaba corriendo parecía que alguien la perseguía, pero se detuvo y comenzó a decirles:

-En el muelle, allí los tienen los nazis.

-¿Como sabéis?- Pregunto Maria

-Yo he ayudado al chico la ultima noche, me están buscando me mataran pero si voy a morir espero que al menos puedan llevar a sus hijos de vuelta a casa.

Siguió corriendo y al salir por la puerta unos hombres vestidos de uniforme la cogieron por los brazos.

Maria y Fabrizzio quedaron sin habla por algunos segundos, no sabían si creerle a la mujer.

-Madre, nada nos cuesta ir.

-Vayamos primero a la policía.

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Carlo sintió una mano que le golpeo y dijo:

-Vamos despertad y ponerte de pie, es hora de irnos.

-¿A donde vamos?

-Al muelle...-se detuvo por unos segundos, al parecer no sabia hablar español.- El jefe quiere daros un paseo.

-No, dejad me ir - pensó- os daré dinero si me dejáis ir.

Lo que fue de la Flor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora