8- El Muelle.

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  Carlo cerro la puerta del auto de French y agradeció el aventon. 

-Y recuerda lo que os he dicho.-Sonrió el anciano. 

-Lo tomare en cuenta señor. 

Solo unas pocas personas caminaban por el lugar, Carlo mostró la foto pero nadie sabia nada. 

-Disculpa- Se dirigió hacia Carlo una mujer de cabello oscuro. 

- ¿Eh si?-Respondio 

-No eres de por aquí.- Lo miro de arriba a abajo- ¿Que busca por aquí?, ¿una acompañante?-

 -A mi hermana-Señalo la foto- es ella. 

La mujer al ver la foto trato de irse pero Carlo tomo su brazo y dijo: 

-¿Espera, a donde vais?, ¿la habéis visto? 

-Deberías irte.-Dijo casi murmurando. 

La mujer quiso seguir caminando pero Carlo la detuvo una vez mas. 

-¡Vamos! ayúdame, ella es solo una niña. En dos días es su cumpleaños 16 y la queremos de vuelta en casa, dime lo que sepas por favor.La mujer dudo por unos segundos.

-Dame unos cuantos euros.- Dijo- Así creerán que me estas pagando y podremos ir a un lugar para decirte todo. 

-¿Quienes creerán?- Cuestiono Carlo. 

-Los Nazis-.murmuró 

Saco de su bolsillo unos billetes.Ella tomo el dinero. 

-Sígueme- Dijo.

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-Me crees incapaz de matarte luego de todo lo que me habéis hecho en estos años? Grito Maria. 

Fabrizzio observo a su madre sorprendido.

-Oh vamos mujer, sabéis que no me harás nada.-Dijo al tratar de moverse. 

Fabrizzio tomo los brazos de su padre y con una soga los ato a la silla.-Te escucho Carlo.-Dijo la mujer. 

-No te diré nada-. 

-Creo que una cacerola no duele mucho... Probemos.-Golpeo al hombre en las costillas con aquella antigüedad, que era de acero. 

-¡¡Ahh!!-Grito.-¿Que esperáis que os diga?-Es mi hija, no le haría nada. 

-¿Por que redactar esa carta?-Para que estuvierais mejor.-La miro- Solo quería que estuvierais mejor. 

-¿Mejor?,¿Pensando que no puedo salvar a mi hija?, ¡¡Los nazis la han raptado!!- de sus ojos brotaron lágrimas- La podrían matar en cualquier momento y todos nosotros aquí, llorando pensando que ha querido irse.-Lo miro con amargura- ¿Mejor? 

-Perdonad me.- 

-Mañana Fabrizzio y yo nos iremos al sur, nos llevaremos el dinero. 

-No podéis- 

-Lo haremos.- Dijo Maria- y traeremos a Carlo y Carlotta devuelta. 

-No deberéis ir-Dijo el hombre bajando la cabeza- ya Carlotta no debe vivir. 

-¿Como decís eso?- Cuestiono la mujer- ¿Por que lo decís?

 -Por favor no vayan. 

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Era una vieja habitación a donde la mujer guió al joven Carlo.

-No podrás recuperar a tu hermana- dijo la mujer cerrando la puerta. 

-¿Que sabes? 

-Los Nazis la trajeron hace un par de días...- guardo silencio- la venderán. 

- ¿A quien?¿Por que?- pregunto Carlo horrorizado. 

-A un Alemán que comercializa vírgenes.- hubo un silencio- y luego las mata. 

-¿Donde la encuentro?- Carlo comenzó a golpear la pared.-¡¡¡Decidme!!!-Grito 

-¡Detente!- puso su dedo en el labio de aquel chico- te oirán, y nos mataran. 

Por la mente de Carlo solo pasaba miedo. 

-Decid me donde los encuentro. 

-No vayas... Te mataran. 

-Solo quiero salvar a mi hermana, decid me por favor. 

-De acuerdo... En el muelle, allí esta el bar donde los Nazis tienen un prostíbulo, solo debes decir *Roses* y te dejarais pasar, allí podréis ver a tu hermana pero no te aseguro nada. 

Saco unos cuantos billetes y se los entrego a la mujer.

 -Vete, lejos. 

-No puedo, si lo intento me mataran.  

Lo que fue de la Flor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora