Conexión

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Desde el momento de que se conocieron los dos sintieron una conexión y esa tarde no fue la excepción, después de varias horas de platica, Mario saco su celular para mirar la hora, se dio cuenta que eran las 5:00 de la tarde y se suponía que ya tenía que hacer vuelto a su casa.

—Perdón; pero tengo que irme, me dejaron demasiada tarea—se despidió rápidamente de ella, cuando salió del departamento ella soltó un pequeño suspiro; en cuanto él llego al cuarto piso, bajo las escaleras a toda prisa, el camino a casa lo realizo corriendo en menos de 10 minutos, llego a casa todo estaba tranquilo, sus hermanos estaban afuera jugando fútbol, su papá lavando el carro y su mamá estaba viendo tv.

Nunca le prestaron atención, entro a su cuarto, se puso hacer tarea, al terminarla después de 2 horas, trato de leer, no podía sacar de su cabeza los hermosos ojos de la chica, busco un espacio en blanco en su libreta de matemáticas y escribió: "estas hecho todo un loco después de ver esos ojos que son tan hermosos, que causan un terremoto en el alma de un joven que está solo."

Se hecho a dormir, durante toda lo noche, no pudo conciliar el sueño, solo pudo dormir unas pocas horas, al fin llego la mañana y se dirigió a la universidad, dos profesores de las últimas horas faltaron, fue a su casa por algunas cosas y tenía la esperanza de que la chicha estuviera en su departamento, recorrió el camino en 5 minutos, entro al complejo de departamentos, utilizo las escaleras, la que encontró en el 3 piso, se pusieron a platicar, llegaron al departamento de cada uno.

— ¿Porque no estás en la universidad en tus clases?—se quitó la cola de caballo que llevaba, se veía hermosa.

—Porque unos profesores faltaron y decidí venir a traer unas cosas para la mudanza y ¿tú?—Es perfecta, es hermosa y quiero conocerla más.

— Salgo temprano, te puedo ayudar a mudarte, ¿si quieres?— sólo se le ocurrió esa excusa para poder conocerlo mejor.

—Si claro me gustaría—Le agradaba la idea de estar solos en su departamento tal vez pudiera robarle un beso.

—Pasa, perdón por el desorden sólo que no he tenido tiempo de arreglar este desastre.

—No importa— El departamento era igual al suyo, sólo que más desordenado y con menos muebles.

Durante unas cuantas horas estuvieron platicando y acomodando las cosas, intercambiaron miradas durante un par de ocasiones, al finalizar de ordenar todo, ella se acostó sobre la cama, el no supo que hacer sólo se le quedo mirándola.

—Oye te invito a comer la próxima semana, para seguir platicando, y para agradecerte por ayudarme.

—Sin dudarlo dijo que si— claro, me encantaría poder ir a cenar contigo.


Todo demonio necesita de un ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora