Noches de besos

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Después de no verse durante más de 1 mes; se encontraron en las escaleras; Mario se dirigía su casa y Diana regresaba de un largo día.

—Oye, ¿qué te parece si mañana concretamos lo de la cena que te debo?—

—Claro nos vemos a las 7:00 — Continuó su camino, no sin antes darle un beso en la mejilla.

Al día siguiente la llevo a un restaurante en donde pasaron el rato riendo, contando historias, los dos tenían pasados oscuros, pasaron la mejor tarde de sus vidas, la llevo hasta el departamento y se despidieron, al entrar al departamento Diana suspiro; Mario llego al anochecer a su casa y a nadie le importo; había estado usando el departamento para ir a dormir cuando el ambiente en su casa estaba muy tenso, lo cual era casi todos lo días; durante los 9 meses siguientes se siguieron viendo, Mario había conseguido trabajo; con la amistad de Diana le bastaba para poder olvidar lo que pasaba en su familia; se encontraban de vez en cuando en el departamento de él o de ella, él lugar en realidad no importaba mucho, platicaban durante horas; se conocieron a fondo, él ordeno el departamento con un poco de su ayuda, organizo los muebles y lo limpio.

La conexión era intensa, los dos la sentían; pero no querían decir nada por el miedo al rechazo del otro, se convirtieron en amigos, disfrutaban de las cosas más simples; un día se encontraron en el departamento de ella, se acomodaron en el sofá, se pusieron a ver tv durante un rato, sus manos se juntaron, ninguno de los dos dijo nada; siguieron viendo el televisor, después de un rato se besaron, fue un mutuo acuerdo, él ya estaba cuerdo.

Siguieron besándose mientras se acostaban en el sillón, él la sujetaba de las manos; sus labios jugaban, ella no lo creía; pensaba que era una fantasía que más tarde se convertiría en una pesadilla; pero, no era así, en realidad era su vida con un poco más de alegría que venía de cada caricia que recibía que le sacaba una sonrisa.

Después de varios minutos besándose—Oye ¿quieres ser mi novia?— le pregunto pensando en si había hecho lo correcto. Después de varios segundos, lo beso de vuelta, era un sí, y continuaron parecía que no se cansarían nunca, después de varios minutos tomaron aire, se pusieron a ver tv de nuevo, se mantuvieron acostados en el sillón; él la miraba de pies a cabeza, era la chica correcta que había esperado, se abrazaron durante todo el resto de la tarde; se robaban besos para reiterar lo que sentían.

 Después de varios segundos, lo beso de vuelta, era un sí, y continuaron parecía que no se cansarían nunca, después de varios minutos tomaron aire, se pusieron a ver tv de nuevo, se mantuvieron acostados en el sillón; él la miraba de pies a cabeza...

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Todo demonio necesita de un ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora