Capítulo 5

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Miércoles por la mañana.
Esta vez no se me ha hecho tarde.
Entro en clase y me siento con Fran.
-Hola - Me saluda.
-Hola.
- Que no se te olvide que mañana tenemos que hacer el trabajo.
- Lo sé. Podemos ir a mi ca..- Me interrumpe.
-No. Prefiero que te vengas a la mía, mis padres no estarán durante la tarde y allí estaremos mejor.
    Segunda semana de instituto, y ya quedo con un chico para irme a su casa a "hacer un trabajo". Y si, con esto quiero decir que no sé qué concepto tiene él de trabajo, ya que nunca hace nada, a lo que estudios se refiere.
-Vale.
Empiezan las clases, y mientras la profesora no suelta un bonito discurso de filosofía, me paro a pensar.
¿Qué es lo que ha cambiado tanto desde el verano hasta estos días? Hace tan solo un par de meses, no me hubiera imaginado esto. Me sientan al lado de Fran y se interesa por mí; así de repente, me habla Ángel... Demasiado para mí en tan poco.

Jueves por la tarde.
Ha llegado la hora, son las 5, y he quedado con Fran a y media. Salgo de mi casa, y voy hacia la puerta del instituto, donde se supone que me recoge.
Son y 25, he llegado puntual esta vez, así que espero pacientemente a ver si aparece.
A los segundos, aparece un coche rojo. Veo que dentro está Fran, y de copiloto Ángel.
Vale, como si la situación no fuera lo bastante rara, más aún se me hace con Ángel aquí.
-Hola Marta. Siento no haberte podido avisar, Ángel me insistió en que le llevará a casa de Carlos esta tarde y ya que pilla de camino...
-No te preocupes. Abre.
Entro en el coche y me pongo a ver Instagram, mientras la música suena en el coche para ahogar este silencio tan incómodo.
A los minutos, Fran nos avisa de que ya casi estamos.
Para el coche, y Ángel baja.
-Espera aquí.- Dice Ángel.
Antes de que Fran puede responder, ya se ha ido. Desde la ventanilla del coche veo como toca el timbre del chalet donde supongo que vive Carlos. Tras dos intentos de llamar, vuelve.
-Malas noticias, chicos. Carlos no está.
-¿Qué? ¿No habías quedado con él? - pregunta Fran.
Escucho atenta la conversación, aunque no lo parezca.
- Sí, pero parece que se ha largado.
-Vaya.
- Bueno... supongo que no tendré más remedio que irme a tu casa, Fran.
-No.
-¿Cómo que no?
-Tengo que hacer el trabajo con Marta.
-¿Y?
-Nada. Sube al coche. Y la próxima vez que quedes con alguien, asegúrate de que esa persona tambien quede contigo.

Llegamos a casa de Fran.
- Ángel, quedate en el salón, Marta y yo estaremos en mi habitación.
    Sin decir palabra, va directo al sofá y enciende la tele.
-Vamos. -Me indica Fran y me conduce hacia su habitación.
Entra, cierra la puerta, y dice:
-Siento lo de Ángel. Su padre no está muy bien de salud, y no está pasando por una buena racha. Por eso, cuando me dijo lo de Carlos, acepté para que saliera y estuviera distraído por unas horas.
-No tienes porque disculparte, tu solo has hecho lo mejor que has podido. - Intento aliviarlo.
-Lo sé.
Y tras esto, nos ponemos manos a la obra y hacemos el trabajo.
Son ya las nueve y mi madre quiere que este en casa a y media, por lo que me despido de Fran.
- Tengo que irme ya.
- Te acompaño.
- No, no hace falta.
- Es ya de noche, ¿no será mejor que te llevé?
-No pasa nada. No quiero molestarte.
- No eres ninguna molestia para mí. Pero como quieras.
Salimos a la puerta y Ángel pregunta:
-¿A dónde vais?
-Iba a acompañar a Marta, se va ya. -Responde Fran por mí.
- Yo también me voy.- Dice Ángel.
- Pero, ¿no te quedas a cenar?
-No, yo también me voy.
-Bueno Marta, por lo menos no te irás sola. Aunque el trabajo ha sido una mierda, he estado bien contigo. - Me da un beso en la mejilla.
-Lo mismo digo. - Respondo ruborizada.
Ángel y yo salimos del portal y vamos hacia nuestras casas.
No sé muy bien que decir, a si que decido callarme, y si Ángel quiere hablar, que él mismo inicie la conversación.
El resto del camino transcurre en silencio. Giro hacia mi calle, sin despedirme de él ni nada, cuando oigo que grita:
-¡Cuidado con Fran!

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