She Is Another. - Stiles Stilinski [Cancelada]

(6) Hot.

POV Vanessa.

- ¿Me buscabas? ¿Y cómo accediste a mi departamento? 

Los hombros del chico se tensaron una sola vez al sonido de mi voz. Pude ver el movimiento de su espalda, ya que me estaba dando esta cuando ingresé a la habitación. Pero rápidamente se dio vuelta y me regaló una pequeña sonrisa. 

Una sonrisa, que era todo menos amistosa.

- Tengo mis métodos. - Fue lo único que respondió a mi segunda pregunta, luego habló con advertencia mientras se acercaba a mi posición. - Quiero saber el porqué irte tan rápido luego de hablar con McCall y Stilinski.

Me crucé de brazos y le regalé una pequeña sonrisa falsa.

- Sí que estas obsesionado conmigo, eh. Notando y preocupándote por qué hago a cada momento y con quién. - Murmuré con molestia. - Me fui porque quería irme, sin más ni menos. Deberías dejar de darme tanta atención.

- Eres mi beta después de todo, tengo que preocuparme. - Su rostro formó una mueca molesta antes de hablar. - Acerca de eso... dijiste algo que no pude evitar pensar todo el tiempo luego de nuestra... charla. Algo en lo que tenías razón. 

- Digo muchas cosas que son de verdad, pero ¿a cuál te refieres? 

- Mis ojos. O mejor dicho, el color de mis ojos. No son rojos, y sé lo que eso significa, Vanessa. 

- Me alegra que no poseas daltonismo, Raeken. - Rodeé los ojos. 

- El sarcasmo es una mala costumbre ¿sabes? Y lastimosamente, sé de donde proviene. ¿No puedes olvidarle del todo, incluso después de muerta, eh? 

Mi rostro se transformó en una mueca de confusión ante el brusco cambio de tema del rubio. 

- ¿De qué rayos hablas? 

- De tu Stilinski, ¿de quién más? Tu ex novio... o mejor dicho ¿tu novio? - Soltó una pequeña risa maliciosa. - En realidad nunca terminaron, ¿verdad? 

No le contesté mientras le lanzaba una mirada de odio. 

Theo Raeken era un imbécil sabiondo. 

- ¿Para qué me llamaste, Theo? No creo que sea solamente por mi repentina huida.

- Es verdad. Solo... estaba aburrido y quería saber si querías ayudar a tu alpha. 

Theo se apegó a mi cuerpo y susurró mientras rosaba sus labios en mi cuello. Cerré los ojos y una sonrisa maliciosa inundó mi rostro. 

- ¿Y... cómo esperas que te entretenga? - Murmuré divertida. 

- Sé que puedes sorprenderme. 

Solté una corta risa antes de saltar encima suyo y besarle. 

Envolví mis piernas en sus caderas y mis brazos en su cuello mientras que él me tomaba del trasero. Le besé con desesperación, con lo cuál él me correspondió de la misma forma, mientras nos guiaba a un sillón de doble plaza y se recostaba sobre mi. Su remera se perdió en el camino y sus pantalones se desabrocharon también.

Comencé a acariciar su pecho, para luego bajar a su vientre y más.

Theo acarició mi cuerpo con sus manos lentamente, mientras besaba mi cuello y yo soltaba pequeños gemidos con los ojos cerrados. Subí mis manos para comenzar a rayar su espalda con mis garras, provocando heridas que se cerraban rápidamente. Moví mis caderas contra las suyas y gracias a ese movimiento, pude sentir como se despertaba escaleras abajo.