Capítulo 4 Sobre mates no hay demasiado escrito

107 5 2
                                    

Los días y las semanas van pasando y cada vez más me voy adaptando a Harris School bla bla bla. Eder es buena conmigo y ahora la estoy conociendo mejor, igual que a Joel, que por sorpresa de muchos, ha dejado de ir con los populares. Despues del enfrentamiento de las Otras y yo contra el trío La La La, las cosas volvieron un poco a su cauce. Birdy acabó por apoyar a Cleo delante del tribunal de animadoras, y fue aceptada finalmente porque Cleo es buena.

Pero ya está. No ha habido sublevación por parte de las Otras ni dimisión por parte de populares. Todo sigue igual. Nada ha cambiado. Ni cambiará por lo que parece.

Virginia y Faye siguen igual, hablándome cada tres por cuatro y han olvidado de hablar de Adrián. Eso sí, cuando Alice cortó con Adrián, fue lo primero que me dijeron ese día. Y tengo que decir que me lo imaginaba, porque Alice es demasiado lista como para acabar atada a un chico demasiado tiempo.

Mis notas son buenas, pero hay una en concreto que no puedo con ella y no porque no me guste, sino porque no consigo comprenderla lo suficiente.

−Em, ¿cuantas veces te he dicho que...? −El profesor Brown tambien nos da mates, así que más de una vez me tiene que repetir las cosas.

Cada día me pongo a estudiar, y ultimamente hace bueno, así que me meto debajo del porche en la mesa y la silla y estudio allí.

Así que hoy al llegar he comido y me he ido al porche. Y aquí estoy.

−A veeeer... Si x al cuadrado menos y da 36... E y más x es 6... ¡x es 6! Ale, otra más.

Las mates me son difíciles y ya he suspendido dos examenes. Acabo los deberes y me quedo embobada mirando la casa de enfrente.

No he molestado a Harry. Tampoco se lo he dicho a nadie y tampoco le he dado ningún libro o CD para que me firmase. Seria un poco como si me quisiera aprovechar del hecho que es vecino mío para atosigarlo.

Además, ultimamente parece más tranquilo y hasta se atreve a salir al porche algunas veces. Me saluda des del otro lado de la calle y le devuelvo el saludo. Me sorprende que Eder, aunque es vecina mía, aún no sepa que tiene a Harry a menos de doce metros.

Tampoco es que no me interese por ellos. Sigo las notícias en internet y las revistas, me voy actualizando constantemente. Me siento mal por las chicas que dicen que quieren conocerlos, porque yo tengo la oportunidad de conocer a uno y ellas no. Y tambien quiero ser capaz de conocer a Harry, pero de forma normal, o sea, quiero conocerle como Harry Styles, no como Harry Styles. Ups, me explico de maravilla... Me refiero a que quiero conocerlo como un chico normal y corriente. No como una fan o como una obsesionada y pervertida mental, sino como vecina. Y amiga, si puede ser. Creo que pido demasiado.

−Em, ¿no tienes frío? −Me sobresalta Eder des de su casa.

Se ha hecho tarde y aún sigo fuera.

−No. −Me encojo de hombros.

Ella sale de su casa y se viene a mi porche. Por duda, aún no les he dicho a mis padres que Eder es lesbiana. No tienen prejuicios contra nadie, pero puede que mi madre se fuera de la lengua con mi padre y que al final todo el vecindario acabara enterándose, incluida su madre.

−¿Que haces? − Me pregunta.

−Estaba intentando estudiar matemáticas, pero se me va la vista. −Le digo.

Se sienta a mi lado, en la otra silla. Me observa en silencio y luego mira a la casa de enfrente.

−Aún sigo sin saber quien es el individuo que vive enfrente, −Dice. Y luego me mira cómplice, bajando el tono de voz a un susurro −pero dicen que es alguien que trabaja para el gobierno y que tiene mucha información secreta, como un espía.

Bienvenida a Londres (me tenía que pasar a mí)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora