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"Tenemos que irnos."

Miguel una vez más tomó mi mano. Rápidamente nos acercamos a la atmósfera sudorosa de la pista de baile y la cabina vacía en la parte posterior. Apenas tuve tiempo de poner mi chaqueta y agarrar mi celular antes de que él tomara mi mano una vez más. Miguel ahora llevaba su chaqueta, empujando las mangas hasta sus antebrazos.

"Rubén!"

Miguel no se dio cuenta, pero me volqué a ver a Nick mirándome preocupado. Lo único que podía hacer era vocalizar un perdón. Su fuerza opacando la mía mientras me jalaba hacia la salida. Era difícil seguir sosteniendo la mano de Miguel a través de la densa multitud. Mis dedos se escapaban de él. Dejé escapar un pequeño grito cuando alguien agarró mi cintura. Esta no era mi noche. Levanté la vista hacia el hombre que estaba claramente borracho. Pero la sonrisa burlona le fue eliminada rápidamente de la cara.

"Aléjate." Gruñó Miguel.

Se movió a empujar agresivamente al tipo, pero rápidamente me le puse en frente presionando mis manos contra el pecho de Miguel, en un intento de detenerlo.

"Miguel". Supliqué. "Por favor, no lo hagas."

La imagen de él golpeando a Jake aún estaba fresca en mi memoria. No podía soportar ver que suceda de nuevo. Su pecho subía y bajaba pesadamente bajo mi tacto. Suspiré de alivio cuando él agarró mi mano y continuó moviéndose a través de la gran cantidad de personas. Pronto estuvimos en la puerta y en el aire fresco de la noche.

"Vamos".

Miré la cara de Miguel, su mandíbula estaba tensa mientras caminábamos de regreso a su coche. Me esforzaba por mantenerle el paso, sus piernas largas dando grandes zancadas. Poco tiempo después reconocí la carretera donde se encontraba estacionado el vehículo negro. Un suspiro escapó de mis labios cuando me topé con él. Miguel deteniéndose abruptamente me dejó confundido. Mis dedos apretándole la mano izquierda tratando de llamar su atención.

"Miguel?"

Él no respondió. Mi visión se desvió hacia donde él estaba mirando fijamente. Mis ojos entrecerrados tratando de ver el interior del vehículo que estaba aparcado curiosamente justo enfrente del coche de Miguel. El golpeteo de los latidos de mi corazón parecía hacerse más fuerte cuando de pronto reconocí a los dos chicos sentados en los asientos delanteros. Los amigos de Jake. Estaban esperando a que Miguel regresara a su coche?

Me jaló rápidamente hacia un callejón entre dos edificios. La espalda de Miguel apoyada contra el frío ladrillo, mis manos volaron hasta su pecho para evitar que me cayera encima de él. Lo único que se oía era nuestras respiraciones pesadas. Cerré los ojos, aliviado de que estábamos escondidos de las personas que pretendían hacernos daño. Me sorprendió cuando los dedos de Miguel apartaron los cabellos de mi vista. Me miró a los ojos. Sus cabellos oscuros cayeron sobre su frente, sus ojos negros brillando mientras él me miraba fijamente. Miguel era uno de los chicos más hermosos que había visto en mi vida. Y sin embargo, él era uno de los más aterradores.

"Podemos caminar de regreso a mi casa, no es tan lejos.", Susurró.

Tragué saliva nerviosamente, sin decir nada en respuesta. Él se apartó de la pared, sosteniéndome para que no me tambaleara de nuevo. Me tendió su mano izquierda para agarrarme pero yo negué con la cabeza. La empujé, de vuelta a su lado, antes de alcanzar su mano derecha. La intensa mirada de Miguel quedandose fija en mis movimientos. Sus nudillos ensangrentados. Era difícil decidir si el líquido rojo seco pertenecía a Miguel o Jake. De alguna manera creo que no me importaba. Mi respiración se trabó en mi garganta mientras el disminuía la distancia entre nosotros. Mi espalda se vio forzada contra la pared opuesta en el estrecho espacio.
La mano de Miguel levantándose, tocando mi barbilla e inclinándola hacia un lado. Sus labios hicieron contacto con el lugar donde mi mandíbula se encuentra con mi cuello, succionando la piel cálida. Un rastro húmedo de besos fue dejado a lo largo de mi mandíbula mientras sus dedos se apartaban para descansar en mis caderas. No me di cuenta que mis ojos estaban cerrados hasta que se abrieron. El toque de Miguel había dejado mi cara. Hizo una pausa, su visión yendo a mis labios. Sentí su nariz rozar contra mi mejilla antes de que él diera un beso prolongado a la piel. Los labios de Miguel se movieron un poco, plantando otro beso en la comisura de mi boca. Cuando se dio cuenta que no iba a apartarlo, Miguel presiono mis labios con los suyos. El beso fue un poco más urgido que el anterior. Mis dedos se enredaron en los cabellos en la parte posterior de su cabeza. La mano de Miguel comenzó a vagar por el interior de mi muslo.

"No." jadeé.

Él se alejó sonriendo antes de pasar los dedos por mi entrepierna. El tacto áspero me hizo estremecer de nuevo en la pared. Mi aliento salió en bocanadas temblorosas mientras lo miraba fijamente. Miguel me dio un beso final en los labios luego me jaló de la pared.

"Vamos a la mía." Me guiñó un ojo.

***

Habíamos tenido cuidado de no ser vistos por los amigos de Jake. Miguel iba a recoger el coche por la mañana, evitando una confrontación inevitable con los hombres enojados.
No tuvimos que caminar mucho antes de que él sacara un juego de llaves de su bolsillo trasero. Pasó su fuerte brazo por encima de mi hombro mientras me guiaba por las escaleras hasta la puerta principal. Mi pecho se levantó rápidamente hacia arriba y hacia abajo, llenándome de miedo porque iba a estar completamente a solas con Miguel. En su departamento. Eché un vistazo alrededor para ver las casas que se alineaban en el lado opuesto de la carretera. Un segundo más tarde y me habría perdido ver la cortina que se cerró a toda prisa de un jalón. Un vecino entrometido en comprobación para ver quién esta vez. Me hizo pensar en cuántos chicos Miguel había traído de vuelta a su casa.
La puerta principal estaba cerrada con llave y fue abierta rápidamente. Miguel entró encendiendó la luz del pasillo. Yo estaba congelado en mi lugar, todavía de pie en el escalón superior. Frunció el ceño y se volvió hacia mí, sacándose la chaqueta de los hombros y botando sus converse a un lado.

"Puedes entrar, ¿sabes?" Él sonrió.

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dark ↮rubelangel™Donde viven las historias. Descúbrelo ahora