Lily estaba muy arrepentida de no haber hecho caso omiso a la opinión de su amigo respecto a no dibujar a desconocidos, porque él pasó toda la noche molestándola, echándole en cara que por primera vez -cosa que no era cierta- le había hecho caso en algo. Lily iba a demostrarle que estaba equivocado, y nuevamente dibujaría al chico.
Ella había extrañado dibujar al muchacho, había extrañado colorear sus sorprendentes ojos, porque sí que lo eran, jamás había visto semejante combinación de colores, pero le gustaba, porque eran únicos.
La primera vez que coloreó los ojos del muchacho se sintió en una situación irritable, como cuando Bethany Williams se sentía frustrada al no poder combinar a la perfección los colores para lograr el verde eléctrico de Dawson.
Malditos extraterrestres sexys.
Lily no había podido encontrar un color que se asemeje al chico, pero hizo un intento, y se podría decir que iba por un buen camino.
Sacó su viejo cuaderno azul, un lápiz y borrador.
Comenzó a dibujarlo.
Mientras lo hacía se fijaba en el chico, que estaba a su lado, como siempre, y estudiaba con cuidado y atención sus rasgos. Lo había hecho ya varias veces, pero no se había percatado de una pequeña cicatriz. Era apenas visible, tenias que poner total atención para verla. Una parte empezaba debajo de su ojo izquierdo, y se desplazaba por su mejilla, yendo en dirección a su oreja izquierda. Era grande, la verdad, y le causó preocupación y curiosidad a la morena.
Dejó éso de lado, y siguió dibujando al chico -y claro, incluyendo la cicatriz-. Mientras dibujaba su ondulado y castaño cabello, se imaginaba enredando sus dedos en él y alborotándolo. Le encantaba hacer éso, era una manía que tenía. Cuando comenzó a formar los labios del chico... Se imaginó besándolos.
Y éso hizo que una corriente eléctrica pasara por su espina dorsal, enviando escalofríos por todo su cuerpo.
Lily deseaba besar sus labios, eran rojos y no rosa, y éso hacía que sus ganas de saborear los labios del chico se intensificaran. Además, eran gruesos y bastante formados, por lo que el chico parecía ser una especie de modelo, aunque lo dudaba.
Como ya saben, Lily es muy rápida a la hora de dibujar, por lo que no tardó mucho en dar por terminado el dibujo del chico. Lo firmó, le puso la fecha y luego cerró el cuaderno.
Te veré mañana, ojos oscuros.
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Peter.
Short StoryElla dibujaba muy bien. Él se sentaba junto a ella en la estación del tren. Ella se sentía intrigada y a la vez atraída por sus oscuros ojos, y sin querer, comenzó a dibujarlo en su viejo cuaderno azul. Se tomaba la libertad de dibujarlo cada vez...