Nuestro Destino

Al fin noticias de mi Clary

Narra Jace

Ya habían pasado unos cuantos días desde que tuve ese sueño-pesadilla con Clary. La imagen de Clary con Sebastian cargando a nuestra hija era lo peor que había soñado en mi vida.

Pero sabía que sólo era un sueño. Sebastian no tenía como saber que Clary había estado embarazada. La única que talvez le pudo haber dicho si eran cómplices era Verónica. Pero ahora ella estaba muerta. Ya no había nada que la volviera a la vida.

No había desechado las cosas de mi hija. Aún las tenia en mi habitación. Las estaba guardado para cuando estuviéramos denuevo juntos. Talvez tendríamos una segunda oportunidad para tener un hijo.

Ahora estaba en el instituto, pasaba algunos días aquí, pero la mayoría los días los pasaba en el apartamento en la habitación de la bebé. Fui hasta mi habitación y me senté en la cama. Cada noche recordaba a Clary, pensaba en mi hija, no era justo, no sólo había pedido al amor de mi vida, también había pedido a mi hija y sin conocerla.

Me tumbe en la cama y empecé a llorar. Quería estar con Clary, quería verla, abrazarla y poder escuchar su hermosa y melodiosa voz de Ángel.

Estuve como tres horas en esa posición. De pronto escuche que alguien tocaba mi puerta. Me levanté de la cama y me limpie las lágrimas. Fui hasta la puerta y la abrí, era Izzy.

-Isabelle que quieres?- le dije

-Llegó esto para ti- me dijo extendiendo un sobre hacia mi, yo la mire con el seño fruncido, casi nadie recibía cartas aquí. - Es de Clary- me dijo, tome la carta y la abrí. Me fui a la cama para leerla.

Amado Jace:

Nuestro encuentro en este mundo no ha durado tanto como yo quisiera, fuimos mitades de un gran ser que se perfeccionó uniéndose más y más dia tras día y sé que ahora no entenderás la razón de mi actuar, pero sé, en el fondo de mi corazón que tanto te ama, que es lo mejor para nosotros, para tí, para mi...

Quiero decirte que contigo conocí lo más del cielo,y sabes por qué, porque tú te volviste mi cielo,un cielo dónde solo habían querubines cuando tú y yo estabamos juntos. Cuando me besabas y me tocabas.

Fuiste lo más lindo que los ángeles me han permitido conocer y sé que será muy duro acostumbrarnos a esto nuevo pero... Jace me fui del Instituto para siempre. Lo lamento.

Quiero que seas feliz, que tengas una vida normal llena de amor con alguien que valga suficiente para estar a tu lado.

Eres mi cielo y siempre lo serás. Estoy bien. Mereces ser feliz y yo no te puedo otorgar esa felicidad. Porfavor creeme que está es la decisión correcta para ambos. Te deseo lo mejor. En realidad creo que encontrarás a la chica indicada. Te amo Jace.

Adiós para siempre. Clary

Termine de leer la carta y mi corazón se rompió. No, no podía ser verdad. Ella quería que yo buscará a otra mujer, que ella no me podía hacer feliz, que ella no era suficiente para hacerme feliz . Yo jamás buscaría a otra mujer, era Clary la que me podía hacer feliz, ella era la única. Solamente ella estaría en mi vida.

Pero ella aún me amaba, no me había dejado de amar. Y podía sentir que me había perdonado. Lo sentía en mi corazón.

Puse la carta en mi armario para que no se dañara. Desvíe mi vista a un punto del armario y vi el collar que tenía la J, lo tome en mis manos y me quedé mirándolo. Este collar pronto volvería a su lugar; el hermoso cuello de Clary. Me quedé pensando y recordando cuando le propuse ser mi novia.

Estaba tan hermosa ese día, algunas veces creía que ella era un ángel caído del cielo. No había belleza que se le comparara. Simplemente ella era perfecta. Era imposible sacar de mi cabeza esa sonrisa que me hacia sonreír aunque estuviera en los momentos más tensos del día. Esa piel tan suave como pétalo de rosa que amaba recorrer con mis labios hasta hacerla gemir.

Ese cabello largo y hermoso que admiraba cuando el viento soplaba en el, las hermosas y suaves piernas que eran mi perdición. Y esos ojos...hay por el Ángel, esos ojos chocolate que alegraban mis días y mis mañanas cuando despertaba junto a ella, los que siempre estaban cargados de felicidad y que tenían ese brillo especial que me encantaba ver, y que en ninguna mujer podría estar ese mismo brillo.

Deje el collar y me fui al invernadero, hay podría recordar la vez que nos reconciliamos.

Pase unas cuantas horas en el invernadero recordando. Cuando ya me di cuenta que eran las seis de la tarde decidí irme al apartamento. Quería estar un poco en la habitación de mi pequeña.

Baje las escaleras pero cuando pase por la habitación de Izzy la escuche hablar con alguien al teléfono.

-Si...Claro que si...En realidad no...Sip...Si aún sube al invernadero todos los dias- dijo Izzy, con quien estaba hablando de mi? Sería con?- Si Parabatai, hay ya quiero estar contigo en Florida... No te preocupes Clary... Esta bien te quiero, adiós- dijo, luego vi que colgó el teléfono y se dio la vuelta. Cuando me vio se quedó como si hubiera visto un fantasma.

-Isabelle sabes lo que no fue buena idea? Me ocultaste donde estaba mi Clary! Si me hubieras dicho ahora mismo estaría con ella y con mi hija, porque mi hija aún estaría viva si no fuera porque tu jamás me dijiste que estaba en Florida!

-Jace, solamente hice eso porque Clary fue quien me lo pidió. En un momento no quería que volvieras a saber de ella. ¿Acaso crees que yo no me sentía mal cada vez que iba a verla? ¿ Que no la escuchaba llorar y sollozar cada noche, hasta quedarse completamente dormida? ¿Crees que no sufría cada vez que le contaba cada cosa que hacías durante los nueve meses?- me dijo. ¿Que? Mi Clary sufría lo mismo que yo, eso solamente me hacía querer volverla a tener en mis brazos lo más pronto posible.

-Cuantos más saben donde esta Clary- le pregunte.

-Todos en el instituto- me dijo

-¿¡Que!? Todos lo sabían menos yo? - le dije enojado

-Si Jace- admitió. Vi que sacaba su pulsera pero yo le quite el collar, la pulsera y el anillo.

-No le dirás a Clary que yo se donde esta- le dije.- Nadie lo sabrá Isabelle.

-Que piensas hacer?- me dijo.

-Eso no te interesa- le dije. Me fui a mi habitación y prepare algo de ropa para llevarme a Florida. Iría a buscar a mi Clary. Por fin sabía dónde estaba y la hiba a ir a buscar.

Tome mi estela y abrí el portal para ir a Florida y entre.